La ofensiva de la imagen

Artículo Original: Alexey Zotiev

Volodymyr Zelensky desea reunirse con Vladimir Putin. Esta reunión es mucho más importante para Zelensky que para el presidente ruso. En primer lugar, esas negociaciones estarían exclusivamente orientadas a la imagen e insistirían en la importancia del presidente de Ucrania como un jugador de pleno derecho en la arena geopolítica. En segundo lugar, tal reunión es importante para la sociedad ucraniana, que espera ansiosa a que Zelensky acorrale a Putin en una esquina con sus “preguntas incómodas y exigencias más que razonables”. Eso es al menos lo que el presidente ucraniano ha anunciado repetidamente en el curso de la planificación de la posible reunión entre los dos jefes de Estado.

No hay duda de que Zelensky, incluso a nivel emocional, por no hablar de la capacidad de manejar hechos y argumentos, no será capaz de acorralar al presidente ruso. Eso es evidente para cualquier persona en su sano juicio, pero no todo tiene que ser tan triste. La reunión entre los dos presidentes sería a puerta cerrada, es decir, “cara a cara”. Se trata del formato más conveniente para Zelensky, que podría decir cualquier cosa, especialmente teniendo en cuenta que Putin suele tradicionalmente contenerse en las valoraciones y comentarios. Es algo que se ha observado en numerosas ocasiones y por lo que los políticos ucranianos suelen interpretar los resultados de las negociaciones según sus deseos.

Ahora, al predecir un encuentro entre los dos jefes de Estado, que se producirá antes o después de cualquier manera, los políticos ucranianos ya comienzan a preparar el terreno que permitirá a Zelensky mantener buena cara ante un futuro mal juego.

El otro día, el ministro de Asuntos Exteriores Dmitro Kuleba públicamente afirmó que, si se produce una reunión entre los presidentes de Ucrania y Rusia, Zelensky habrá creado ya grandes problemas para Putin. Kuleba insistió en que tal reunión es necesaria, ya que llevará a buscar una forma de lograr la paz en Donbass. El líder de la diplomacia ucraniana afirmó también que Zelensky claramente sabe cuáles son las “líneas rojas para Ucrania” y tomaría una “postura agresiva” en la conversación con Putin. El ministro insistió también en que la reunión solo sería a puerta cerrada.

Es exactamente la idea mencionada. Al margen de cómo vaya la conversación entre los dos presidentes, Zelensky jurará después que fue “duro, elocuente y persuasivo”, creando así las condiciones de negociación más incómodas para Putin y defendiendo los intereses de Ucrania, “acorralando en la esquina al presidente ruso” al menos un par de veces. Ya hemos pasado por todo esto y esta valoración de las reuniones entre Putin y Zelensky no sorprende a nadie.

También comentó la posibilidad de una cumbre entre los dos presidentes el exministro de Asuntos Exteriores de Ucrania Pavlo Klimkin, que no dudó en decir que el presidente de la independiente Ucrania debe coordinar con Estados Unidos los temas de la conversación con Putin para poder así “estar en sintonía” con Washington en el futuro en todo lo relativo a Rusia. Una situación ilustrativa que deja claro que, al margen de qué melodía toque Ucrania, el compositor es Estados Unidos, que ante todo cuida sus propios intereses.

Entonces, sobre la reunión de los dos líderes. La potencial reunión. Todo es simple y sencillo. Pese a toda la bravuconería que se derrama en las páginas de la prensa ucraniana, Zelensky no podrá controlar el tono de este acto y menos aún tomar una postura agresiva y ofensiva. El motivo es sencillo: el presidente ucraniano no es un actor de pleno derecho en las negociaciones, ya que, por escala e importancia, no puede, a priori, marcar el tono de las negociaciones con su homólogo ruso. Incluso aunque los temas de conversación se acuerden previamente con Estados Unidos.

Zelensky actuará, en cualquier caso, como solicitante en esta reunión, lo que excluye toda posibilidad de celebrar negociaciones de forma ofensiva. En primer lugar, Rusia es garante de la estabilización de la situación en el sudeste de Ucrania, algo necesario para las autoridades de Kiev a día de hoy. Es necesario al menos reducir el nivel de crispación y lograr cierta estabilidad política interna, aspecto clave para las futuras elecciones legislativas o presidenciales. Sería extremadamente complicado mantener el poder con el bagaje de toda una serie de promesas incumplidas y para entonces será dudoso poder explotar el tema de la resolución pacífica al conflicto en Donbass.

En segundo lugar, en algún momento de las negociaciones, Zelensky sacará el tema de la prórroga del tránsito de gas ruso a través de Ucrania. De hecho, este tema es mucho más importante para las autoridades de Kiev que Donbass o Crimea, ya que, sin dinero ruso, dinero que viene del “Estado agresor”, Ucrania se encontrará en una situación que podría calificarse de catastrófica. La negativa de Rusia a transitar gas a la Unión Europea a través del territorio ucraniano no solo privaría a las autoridades ucranianas de unos ingresos significativos por las tarifas de tránsito, sino que quedaría eliminada la posibilidad de especular con la posición de Ucrania como país que garantiza el tránsito ininterrumpido de gas ruso a los consumidores europeos en el curso de cualquier negociación, que se realizaría exclusivamente en el marco de los intereses de Rusia y la Unión Europea. En ese contexto, ¿es posible imaginar a Zelensky en igualdad de condiciones, actuando de voz cantante en las negociaciones con Putin y tomando una postura agresiva?