Donbass como instrumento

Artículo Original: Denis Grigoriuk

Las recientes declaraciones de varios políticos indican que la confrontación entre las partes en el proceso de negociación sobre Donbass no ha mejorado. Tras las sonoras declaraciones realizadas por el exlíder de la RPD, Alexander Borodai, sobre la posible entrada de la RPD y la RPL en Rusia, Ucrania no ha hecho más que radicalizar su discurso. Es más, en el caso de las declaraciones de Borodai, no han sido siquiera las palabras de un representante oficial ruso sino de una persona a título individual. Eso sí, a ellas han respondido, en nombre de Ucrania, personas que están directamente involucradas en el proceso de negociación.

Daré dos ejemplos de declaraciones que ilustran perfectamente mi afirmación sobre la radicalización de la postura de Kiev. Como se esperaba, los nuevos miembros de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto no están ahí para establecer contactos sino para sabotear las negociaciones. Serhiy Garmash (un propagandista ucraniano) cree que Rusia no va a aceptar a la RPD y la RPL, ya que, en ese caso, Moscú supuestamente perdería un instrumento de presión en Ucrania. Al mismo tiempo, ha vuelto a usar la tesis favorita de Ucrania de “maleta-estación-Rusia” al decir que tras la desocupación de Donbass, solo quedarán allí quienes estén de acuerdo con Ucrania, mientras que quienes no lo estén, deben marcharse a Rusia.

El viceprimer ministro de Ucrania, Alexey Reznikov, ha ido más allá. Ha sacado de la caja negra la idea de introducir tropas de paz o armar a la misión de la OSCE. Una vez más, los oficiales de Kiev insisten en la idea de los “cascos azules” en todo el territorio de Donbass, también en la frontera con Rusia, aunque tendría mucho más sentido que estuvieran en la línea de separación. En las palabas de los políticos ucranianos es difícil encontrar la lógica, ya que están guiados por los intereses políticos de Ucrania como Estado, no en los intereses de la población de Donbass en general.

Esta retórica destructiva está dirigida a un único objetivo: el sabotaje. Es evidente que al bando ucraniano no le afectó el estado de alarma de combate de las unidades de la milicia popular de la RPD y la RPL y las declaraciones políticas, aunque sonoras, también fueron ignoradas.

Hay que admitir que Ucrania nunca ha participado en un verdadero diálogo directo, salvo en esos momentos en los que sus tropas fueron derrotadas en Donbass. A juzgar por la actitud del equipo de Zelensky, este gobierno no es diferente del anterior.

En el contexto de las palabras de Borodai sobre la unión con Rusia y las de las tropas de paz de Reznikov, el escritor ruso Zajar Prilepin ha publicado el programa de su fuerza política, en el que Alexander Kazakov, que fuera asesor del primer líder de la RPD, Alexander Zajarchenko, describe las acciones del recién creado partido. Según el programa, se apoya la celebración de referendos para que la RPD, RPL, Transnistria, Abajasia y Osetia se unan a Rusia. Sin embargo, el ideólogo del partido lo califica como “fundamentalmente de Donbass”, lo que implica que esas tesis no son generales. Eso es al menos lo que ha tratado de decir claramente en su artículo.

Sin embargo, al leerlo, no me quitaba de la cabeza las declaraciones del senador ruso Vladimir Jabarov en las que afirmó que las autoridades rusas no están considerando la unión de la RPD, RPL y Rusia, ya que la postura oficial del Kremlin no ha cambiado: Donbass sigue siendo territorio de Ucrania. Y las intenciones de personas que quieren llegar al poder suelen cambiar una vez que lo consiguen. Me gustaría estar equivocado en esta percepción.

Por desgracia, todo lo anterior indica que mis anteriores previsiones eran correctas. Donbass es una herramienta en la lucha política, un instrumento, si se puede decir así. La retórica sobre el conflicto armado es utilizada tanto por los partidos políticos rusos que quieren entrar en la Duma como por los oficiales de Kiev, que intentan sabotear el proceso de negociación de alguna manera. Un avance podría costar a las autoridades ucranianas sus preciados asientos, ya que los nacionalistas no van a permitir la presencia de personas con opiniones pro-rusas en el país. No debemos olvidar tampoco que el retorno de Donbass a Ucrania solo sería posible con estatus especial y eso supondría el inicio de la federalización del Estado. Kiev no puede hacer eso, de ahí el sabotaje de los acuerdos de Minsk.

Cada vez hay menos confianza en que el conflicto armado en Donbass pueda resolverse por medios políticos. Existe la sensación de que es necesario forzar la paz, algo que solo ocurrirá si Kiev decide iniciar una agresión armada. Pero la experiencia de Georgia enseña a Zelensky que no debe permitir tal aventura, ya que las consecuencias pueden ser desastrosas para el Estado de Ucrania. Sin embargo, siempre es posible lanzar, de forma simultánea, advertencias sobre las “ofensivas rusas” mientras se aumenta el presupuesto militar, con el que se llenan los bolsillos quienes desean introducir tropas de paz.

Tampoco la postura de algunos políticos rusos a título individual es motivo de confianza. La experiencia muestra que cuando Rusia toma medidas serias en Donbass, como el reconocimiento parcial de los documentos expedidos por las Repúblicas o concede pasaportes rusos, lo hace sin anuncios ni promesas. En un momento determinado, se publica un decreto del presidente Vladimir Putin y ya está. Parece que todo sigue dependiendo de qué decisión tome el líder ruso. ¿Habrá alguna vez un nuevo mensaje en la web presidencial del presidente de la Federación Rusa afirmando que Donbass estará bajo jurisdicción rusa?