Artículo Original: Colonel Cassad
Sobre el nuevo ministro de “cultura” de Ucrania.
Ucrania, que lleva desde el 4 de marzo (cuando fue cesado Oleksy Honcharuk) sin problemas, tiene ya al esperado nuevo ministro de Cultura. Se trata del ahora diputado de “Servidor del Pueblo” y exdirector general del holding 1+1 Media, del oligarca Igor Kolomoisky, Alexander Tkachenko, que hace un año hizo algo de ruido al incorporarse al entorno del presidente Zelensky. 263 diputados le otorgaron su voto (necesitaba 226).
Hay que decir que este personaje está muy lejos de la cultura, aunque haya trabajado en la televisión los últimos treinta años, once de ellos en el holding de Kolomoisky y ha sido subdirector de REN TV en Moscú. Eso sí, en lo que se refiere a conseguir una pieza del pastel, no le gana nadie. No es ninguna coincidencia que el primer discurso de Tkachenko como ministro de Cultura fuera sobre dinero. Tkachenko estimó que la necesidad real de la cultura ucraniana ronda los 3.000-4.000 millones de grivnas, alrededor de 112-150 millones de dólares. Y prometió aumentar la financiación para el sector. “Espero que, con el esfuerzo conjunto de mis colegas del Parlamento, seamos capaces de ayudar a la cultura y las industrias creativas con más eficiencia. También estamos hablando de financiación adicional para apoyarles durante y después de la epidemia. Para ello, estoy esperando la votación de la ley 3377 sobre el apoyo de la cultura e industrias creativas en el Parlamento”, anunció el ministro de Cultura.
Otra cosa es que el dinero que Tkachenko consiga vaya a llegar a su destino. A este señor le gusta apropiarse de la propiedad ajena utilizando su puesto oficial. El Estudio de Cine de Odessa, por ejemplo, del que ha sido presidente y accionista desde 2005, no va a recuperarse en mucho tiempo de la parasitaria actividad de Tkachenko. No es ninguna coincidencia que, según TASS, unos días antes de su nombramiento para el puesto de ministro, representantes del cine de Odessa realizaran un acto de protesta. Los participantes en la concentración le acusaban de haber saqueado el estudio de cine y de buscar llevarlo a la bancarrota. Según varios medios, la compañía propiedad de Tkachenko, que es dueña del 25% de la acciones del estudio, ha demandado al Ministerio de Cultura de Ucrania, que sigue teniendo la mayoría de las acciones. Hay que destacar que la Brigada Estatal de Investigación de Ucrania ya había abierto un caso sobre las circunstancias de la privatización del Estudio de Cine de Odessa. Sin embargo, eso no quiere decir (como evidencia el ejemplo del expresidente Petro Poroshenko, contra el que hay una docena de causas penales abiertas pero él ni siquiera sabe de ellas) que Tkachenko vaya a ser llamado a declarar.
Otra parte del discurso del recién nombrado ministro estuvo dedicada a sí mismo. Por ejemplo, afirmó que los habitantes de Ucrania no deben ser divididos entre patriotas y traidores y explicó que ahora “hay una oportunidad de unir”. Esa afirmación no puede causar más que asco e ironía, teniendo en cuenta que, durante los últimos seis años, Tkachenko ha sido un férreo defensor de descalificar a todos aquellos que no comulgaran con sus valores nacionalistas. Atrincherado en el Parlamento, donde presidía el Comité de Política Humanitaria e Informativa, Tkachenko apeló, para contrarrestar la “propaganda rusa” a censurar el cine online y los canales de Telegram opositores. Fue Tkachenko el que afirmó que Donbass y el resto de Ucrania tienen “valores diferentes” y eso les impide vivir juntos. Y bajo su presidencia, el Comité recomendó que el Parlamento celebrara en 2020 los aniversarios de los colaboracionistas Nazis. Es más, desde 2014, Tkachenko ha defendido la prohibición de contenido ruso en la televisión ucraniana. Según el exdiputado Miajil Dobkin, Tkachenko incitaba al odiar a los oponentes del golpe de 2014 en Ucrania cuando dirigía el canal 1+1. “Tkachenko hizo todo lo que estuvo en su mano para hacer que una parte de Ucrania odiara a otra. Tkachenko definía la política de 1+1 y de TSN. Fue una pesadilla”, explicó Dobkin en NewsOne, entrevista en la que añadió que duda que una persona como Tkachenko pueda unir a la población sirviendo como ministro de Cultura.
Sin embargo, nadie espera unificación del ministro de Cultura de Maidan. Ese no es el objetivo de las autoridades locales, que solo simulan estar a favor de la integración de la sociedad ucraniana y contra el conflicto interno. Así que Tkachenko no dejará de seguir la línea de su predecesor Borodyansky. La ucranización, la guerra informativa contra Rusia, la censura de los medios y otros placeres del nacionalismo continuarán.
-Anna Ponomareva
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