En busca del beneficio político

Sin el interés ni las expectativas que se crearon el mes pasado con la cumbre del cuarteto de Normandía, de la que se esperaban unos resultados que no se produjeron y que ha tenido como principal resultado el intercambio de prisioneros que se produjo a finales de diciembre, el proceso de Minsk continúa impasible, con sus periódicas reuniones en las que las partes constatan la gran brecha que existe entre ellas.

Y con cada reunión que pasa, Ucrania deja más claro que el cambio en el Gobierno ha supuesto únicamente cambios cosméticos en una estrategia que no ha cambiado y que sigue buscando solo el beneficio político para Kiev, que sigue sin entender como un factor el bienestar de la población de Donbass. El equipo de Zelensky, que ha incumplido su promesa de levantar el bloqueo económico a Donbass y reanudar los pagos de pensiones en la zona, persiste, en otro signo de continuidad, dilatando el proceso a base de nuevas exigencias, algunas de las cuales ya fueron planteadas por la anterior administración. En esta ocasión, utilizando como argumento la celebración de las elecciones y el control de la frontera, Ucrania ha buscado una vez más reescribir los términos de los acuerdos de Minsk, una práctica que dura ya casi cinco años.

Artículo Original: Izvestia

Las elecciones en las repúblicas separatistas de Donbass solo pueden celebrarse tras la vuelta de esos territorios a control de Kiev [los acuerdos de Minsk prevén las elecciones como punto de partida, no como algo a celebrar en el futuro tras la rendición unilateral que exige Ucrania-Ed] y el retorno de los desplazados. Así lo afirmó Daria Olifer, secretaria de prensa del representante de Ucrania en el Grupo de Contacto de Minsk, el 16 de enero.

De lo contrario, afirmó, no se podrá garantizar la seguridad de los colegios electorales por la posibilidad de reanudación de las hostilidades. “No solo se trata de la seguridad de los posibles votantes, sino de la participación segura de todos los partidos y candidatos (…). Solo tras el retorno de los desplazados internos y refugiados a sus pueblos y ciudades natales, su participación en las elecciones puede garantizar una paz larga”, escribió en Facebook.

Horas antes, ese mismo día, se había celebrado en Minsk una reunión regular del Grupo de Contacto. Durante la reunión, el bando ucraniano exigió a la misión de monitorización de la OSCE que vuelva a verificar la retirada de armamento pesado de la línea del frente a causa de la tensa situación de seguridad [que no existe, en el frente nada ha cambiado-Ed]. Kiev presentó además una propuesta para la retirada de tropas y armamento en tres sectores adicionales, lugares que aún no han sido desvelados. Además, Ucrania propuso crear un grupo de trabajo adicional para monitorizar la frontera con Rusia [en un nuevo intento de lograr el control de la frontera como punto de partida, no como punto de llegada una vez que se cumplan todos los puntos políticos de los acuerdos de Minsk, algunos de los cuales Kiev ya ha dejado claro que no piensa cumplir-Ed].

El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y la canciller Merkel trataron en una conversación telefónica el día anterior el tema de la retirada de tropas. Zelensky afirmó que debe tratarse de “áreas humanitarias” [la anterior propuesta de Ucrania marcaba como puntos de retirada campos vacíos, lugares alejados de ciudades y que nada iban a mejorar la seguridad de la población de Donbass en una retirada que solo habría sido una operación de relaciones públicas-Ed]. Por su parte, la República Popular de Lugansk denunció el 12 de enero que las tropas ucranianas instalan armamento pesado en zonas residenciales en Donbass.