Sobre los avances y retiradas

Recientemente, incluso aquellos que hasta hace apenas unos días calificaban desastrosa la actuación militar rusa en una operación que veían estancada han cambiado el discurso. Si antes de la caída de Popasnaya y el inicio del avance sobre las dos últimas ciudades de Lugansk aún bajo control ucraniano dudaban incluso de si Rusia sería capaz de recuperar para las Repúblicas Populares todo el territorio de los oblasts de Donetsk y Lugansk, ahora todas las esperanzas están puestas en el armamento pesado que pretende enviar Estados Unidos en un futuro próximo. En ese contexto, Zelensky y sus asesores de la Oficina del Presidente -especialmente los prolíficos Arestovich y Podoliak- anuncian que cada vez queda menos tiempo para que Ucrania logre la superioridad y presagian una ofensiva a gran escala para un futuro a medio plazo. Eso sí, teniendo en cuenta los avances rusos y republicanos en Severodonetsk y hacia Slavyansk o Artyomovsk, nadie sabe dónde estará para entonces la línea del frente y el efecto que tendrán esas armas que Kiev espera.

Sin embargo, los innegables avances rusos en Donbass, una batalla que parece encaminarse a su apogeo con las batallas por Slavyansk y por la parte central y occidental de Donetsk, han hecho surgir también una excesiva euforia en sectores prorrusos. Al contrario que las autoridades, que persisten durante los avances como ya hicieran con las retiradas en un lenguaje militar sin excesivas valoraciones, ciertos sectores han dado por ganada la batalla por Donbass y piensan ya en fases posteriores. Pero los avances, importantes y posiblemente decisivos para la batalla por Lugansk no son definitivos para el desarrollo de la guerra, que continuará más allá de la batalla por Donbass, ni impiden a Ucrania atacar el frente y la retaguardia: ayer mismo, la explosión de una bomba hirió a tres civiles en Melitopol (zona de Zaporozhie controlada por las tropas rusas desde hace semanas) y los ataques de artillería asesinaron a tres civiles en Stajanov y a al menos cinco en Donetsk.

La iniciativa de la guerra es de Rusia y las Repúblicas Populares, pero un frente amplio y en el que no disponen de un número excesivo de tropas hace peligrosos los ataques ucranianos, dispongan de armamento estadounidense o no. Y aunque los avances sean evidentes y reseñables -objetivos que las milicias no habrían podido imaginar capturar están derrumbándose con rapidez ahora mismo-, el triunfalismo es prematuro.

Severodonetsk y la batalla por Donbass

Artículo Original: Donrf.Livejournal

“¡Ya está! Severodonetsk está bajo nuestro control completo. Los nazis han sido derrotados. Todas sus posiciones han sido destruidas. La ciudad ha sido liberada. Los residentes pueden descansar tranquilos. Ya no están en peligro. Es el brillante resultado que han logrado nuestros soldados bajo el liderazgo de mi hermano, asistente del presidente de la República de Chechenia, Apti Alaudinov, en cooperación cercana con todas las tropas del Ministerio de Defensa y de la milicia popular de la RPL. No esconderé que el plan era liberar Severodonetsk en una semana, pero hoy se han hecho ajustes y se ha dado la tarea de tomar el control de la ciudad en tres días. A consecuencia de ello, nuestros soldados han avanzado aún más rápido, en tres horas. Todos los destacamentos banderistas han huido vergonzosamente de Severodonetsk en cuanto se han dado cuenta de que la República de Chechenia ha empezado a barrer la ciudad” (Ramzan Kadyrov).

Al contrario que algunos, tengo buena opinión de los chechenos, no sobran manos en la vorágine de la batalla y hay que agradecer a todos aquellos que ayudan en la liberación de Donbass. Pero eso no quita que haga falta alguna aclaración:

1. En primer lugar, las tropas del Ministerio de Defensa van primero. Las ciudades son tomadas por la infantería en cooperación con la artillería y los tanques. La Rosgvardia (Guardia Nacional Rusa, parte de la cual es la fuerza de despliegue rápido chechena Ajmat) realiza operaciones de barrido y actúa como parte de las fuerzas de infantería. Es una tarea dura, arriesgada y honorable, pero no hay que sobreestimar su papel.
2. Severodonetsk aún no ha sido totalmente tomada. El enemigo persiste al menos en la zona industrial y las zonas de las afueras. Sí, hay evidencias gráficas y audiovisuales de que el centro de la ciudad se encuentra bajo control ruso. No es que no haya que creerlo, se puede creer lo bueno, pero será diferente cuando haya confirmación oficial. Hasta entonces… Por ahora, las batallas en las calles de la ciudad persisten y se han producido durante mucho tiempo. Es indudable que hay progresos, pero es demasiado pronto para decir que se ha acabado la historia.
3. Después de Severodonetsk está Lisichansk, así que es muy prematuro hablar del final del cul de sac, por decirlo brevemente. Seguirá habiendo muchas batallas. Y muy duras.
4. Tomar la ciudad es gratificante, pero sin bolsas -sean pequeñas o grandes [se embolse en pequeñas bolsas la zona de Lisichansk-Severodonetsk, Bajmut, Slavyansk-Kramatorsk o la gran bolsa que cerrara todo Donbass, opción que se manejó desde los medios, pero que Rusia nunca ha intentado implementar-Ed], no da nada en general. Porque si retiran a esas tropas de la bolsa, esos efectivos, que han ganado experiencia de combate en batallas urbanas, reforzarán la segunda línea: Slavyansk-Kramatorsk-Artyomovsk. Y si se retiran de ahí también, recibirán una agrupación de duras tropas con experiencia de combate que, tras un descanso y un refuerzo, podrán atacar cualquiera de nuestras ciudades. Al mismo tiempo, antes de retirarse, esa agrupación de defensa convertirá cualquier ciudad en ruinas e infligirá bajas en nuestras tropas. Y no hay bolsa de Severodonetsk-Lisichansk, hay una ruta principal que se encuentra bajo control a fuego y una segunda ruta que es parcialmente bombardeada. Pero ambas pueden utilizarse si no hay más remedio.
5. La retirada significa que el enemigo ha cambiado de opinión sobre morir en masa y pasa a tácticas más flexibles. Eso no es una buena noticia. Tenemos pocas tropas. Tendremos que aumentar el número de efectivos o habrá problemas. No hay nada de bueno en que un necio se haga más inteligente, ante todo para sus oponentes. La guerra no es tomar ciudades, la guerra es acabar con las tropas enemigas. No se trata de las personas, sino de cuántas instalaciones militares y equipamiento se ha destruido. Porque es muy difícil recuperarlo.

Así que es prematuro alegrarse. Aún quedan muchas batallas y muchos problemas de aquí en adelante. La dinámica general es positiva, es verdad, y es importante que estemos avanzando y ellos estén retrocediendo, pero es demasiado pronto para caer en el entusiasmo. Es más, el enemigo está lejos de estar exhausto. En la región de Jerson ha lanzado un contraataque. Con él no ha logrado ningún éxito significativo: se ha dicho que la irrupción fue hasta Novaya Kajovka, aunque fuera un avance insignificante y que se saldó con bajas. Eso es precisamente lo que significa, según la definición de la ciencia militar, un contraataque para desviar tropas del frente principal. Debido a nuestra falta de personal, si los militantes continúan sus ataques, tendremos que reforzar la agrupación en esa dirección a expensas de otras.

Sí, y al norte de la región de Járkov, la agrupación debe ser aumentada y la ciudad volvería a estar fácilmente en la zona de actividad militar. Esta es la retaguardia del enemigo. Hay una guarnición, una base de reparación, un nudo de logística. En pocas palabras, es el lugar más importante en el que se deberían utilizar los caros Iskanders. Lo mismo ocurre en el sur, hay que calibrar (atacar con misiles de crucero Kalibr) objetivos en Krivoy Rog, que si se avanzase unos 30km, estaría en el rango de ataque de artillería y lanzacohetes múltiples. Por cierto, las fuerzas aeroespaciales trabajan con éxito, tanto en los nudos ferroviario como en la disposición de fuerzas enemigas.

Si se reduce el mensaje a un único denominador, las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa necesitan aumentar el tamaño de su agrupación. De cualquier manera, las hostilidades ya se están produciendo en un frente muy amplio comparable a la longitud del frente de la Gran Guerra Patria. Debido a la supremacía aérea y la calidad de la artillería, mantenemos un número limitado de tropas, pero una operación de profundidad seria requiere otro enfoque.

Terminaré con las partes positivas. El suministro de armas pesadas a los militantes ucranianos es extremadamente débil. Los misiles Harpoon ya fueron suministrados anteriormente -según la prensa ucraniana, es con lo que hundieron nuestro barco [en realidad parece que fueron misiles ucranianos Neptune, pero Ucrania sigue intentando resaltar la eficacia de las armas extranjeras, sea cierta o no-Ed] y los lanzacohetes múltiples que recibirán tienen un rango de 70km, lo que convierte lanzacohetes múltiples comunes en Uragan. No hay en la agenda ni Abrams, ni aeronaves ni Patriots. Al mismo tiempo, continúan los suministros de vehículos y ese es el principal problema. Esta guerra es una guerra de artillería. Todas las listas de deseos de Kiev son solo eso, listas de deseos. La entrega de otro tipo de armamento llevaría el conflicto a otro nivel, es verdad, pero la OTAN no necesita eso, un conflicto local de larga duración les sirve perfectamente.