Al margen de la política

Artículo Original: Denis Grigoriuk

La tesis de que “el fútbol está al margen de la política” no supera la prueba de la realidad. Desde el inicio del conflicto, de una manera o de otra, el mundo del fútbol ha tenido relación con lo que estaba sucediendo en Donbass. Solo hay que recordar la participación de los miembros más ardientes de los ultras en la batalla del lado de los batallones nacionalistas de Ucrania.

Tengo que admitir que durante mucho tiempo no pude siquiera ver un partido del equipo de Donetsk, el Shakhtar, jugar en el campeonato ucraniano o en la Europa League. Puede que fuera por el hecho de que el club se marchó a jugar a Lviv o porque los jugadores apoyaron a los soldados de la llamada operación antiterrorista. Cuando las emociones se calmaron, mi amor por el deporte regresó y ahora puedo ver otra vez los partidos del Shakhtar sin amargura ni otras emociones negativas salvo cuando el equipo pierde.

Sin embargo, hay un matiz que causa incomodidad durante los partidos. Es el hecho de que los comentaristas (tanto en ruso como en ucraniano) sigan hablando del equipo como el “club de Donetsk” y de los jugadores como “los chicos de Donetsk”, aunque la mayoría de ellos no hayan pisado la ciudad en los últimos seis años o que otros hayan llegado al equipo una vez que el Shakhtar se mudó a otra ciudad.

El conocido canal de Telegram “Inside Donetsk” habló de forma bastante emotiva durante el partido entre el Inter de Milán y el Shakhtar. “Hace mucho tiempo que el Shakhtar Donetsk dejó de ser nuestro equipo. Los chicos han trabajado ideológicamente para nuestros enemigos durante muchos años. Por supuesto, seguimos sus éxitos y a veces nos alegramos con ellos. Pero hace tiempo que ya no sois de Donetsk”, escribieron los autores del canal.

Es incómodo acompañar con la palabra Donetsk al actual Shakhtar. Gran parte de los jugadores cuyos retratos siguen decorando la fachada del Donbass Arena ya no están en el club. El único lugar en el que el Shakhtar sigue jugando en Donetsk es en los videojuegos. Ahí, los comentaristas siguen hablando del equipo de Donetsk y los partidos se juegan en uno de los mejores estadios de Europa.

El texto de Inside Donetsk me recordó al periodo en el que no podía ver los partidos. En aquel momento aún había una guerra abierta, las emociones estaban a flor de piel y era posible justificar sentimientos excesivos. Entones solo podía respetar a Yaroslav Rakitsky, que se negaba a llevar camisetas de apoyo a las tropas ucranianas o a cantar el himno de Ucrania durante los partidos del equipo nacional. Mientras todos los demás jugadores se adaptaban a los nuevos tiempos, Rakitsky hacía con las manos el símbolo de Donetsk. Por cierto, el sistema acabó con el deportista. Dejaron de llamarle a la selección nacional y pronto se marchó a San Petersburgo para jugar con el Zenit.

Esto es lo que dijo, por ejemplo, el conocido periodista ucraniano Dmitry Gordon sobre Rakitsky: “Es una historia muy triste. El hecho de que Rakitsky se haya permitido tener posturas prorrusas. Al menos así no tendremos que invitarle al equipo nacional. Saliste con el equipo nacional de Ucrania y defendiste sus colores. Estúpido, ¿sabías lo que estabas haciendo por esos malditos millones? Tengo una sensación de asco, asco por Rakitsky. Me pone físicamente enfermo verle. El chico que cantó el himno de Ucrania y defendió los colores de Ucrania puede posar con una sonrisa en la cara con una camiseta que pone Rusia”.

Todo esto refuta la tesis de que el fútbol no tiene nada que ver con la política. Pero eso no es lo más importante.

En general, los recuerdos de los años más calientes me causan un fenómeno paradójico. En aquel momento en el que yo no podía ver los partidos del Shakhtar, Mijaíl Tolstij, Givi, seguía siendo un leal fan del exequipo de Donetsk. El héroe de la RPD no se avergonzaba de hablar de ello y abiertamente lo declaraba en las entrevistas. Concretamente, citaré una entrevista con el periodista Graham Phillips:

¿Cuál es tu equipo deportivo favorito?

¿Mi equipo favorito? En la antigua Ucrania, el Shakhtar. Soy del equipo desde que tenía 13 años. Bueno, te diré sinceramente que todavía me preocupo por él, por ese club.

En otra ocasión, Givi concedió otra interesante entrevista. En ella hablaba del Shakhtar, de Rinat Ajmetov y Viktor Yanukovich. “No hay suficiente fútbol en Donetsk. Lo hecho mucho de menos. Ahora están organizando una liga de fútbol, pero me refiero a fútbol a gran escala. Ver a Pyatov, a Rakitsky, a Srna, a Teixeira, a Douglas Costa. Se puede seguir nombrando futbolistas. Yanukovich nunca atacó a su propia gente. Nunca. Hablemos de Rinat Ajmetov. Él también ha hecho su elección. Hasta el último momento creí que estaría de nuestro lado. No es suficiente que el Shakhtar sea de Donetsk. No entiendo por qué eligió ese bando. Ahora sigo viendo los partidos del Shakhtar. Siempre he sido de este equipo. No tenemos suficientes chicos aquí. Gana 3-0 contra Kiev y todo el batallón se alegró por los chicos”, afirmó el comandante del batallón Somalia.

Los residentes de Donetsk aún siguen al equipo, incluso quienes han abandonado la ciudad y viven en Rusia o en Ucrania. También les molesta, pero se aguantan ante las pantallas de televisión.

Recientemente ha aparecido un nuevo “Shakhtar” en Donetsk. La prensa local habla de que un club con ese nombre se ha registrado en la República y participará en la liga de la RPD. Se ha presentado como una especie de justicia poética, que ahora haya un equipo de Donetsk que lleve con orgullo el nombre de Shakhtar.