Amenazas

En línea con las declaraciones de los altos cargos del Gobierno de Zelensky y las suyas propias, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Vadim Pristayko, se reafirma en lo que en realidad es una amenaza a sus socios europeos. Una vez más, ahora con más presión por la falta de tiempo, Pristayko insiste en que la próxima cumbre del Cuarteto de Normandía determinará, no solo el proceso de paz en Donbass sino la propia permanencia de Kiev en el formato de Minsk. Eso supondría retroceder cinco años, a septiembre de 2014, algo que posiblemente no cambiara en exceso las vidas de la población de Donbass, pero que sería incómodo para los socios europeos de Ucrania, que han apostado por el proceso de Minsk y formatos adicionales como el de Normandía también para normalizar las relaciones con Rusia.

Con la opción militar -la opción Krajina con la que el nacionalismo más radical sigue soñando- fuera de toda opción, ya que posiblemente implicaría la intervención de Rusia para impedir la derrota militar de las Repúblicas Populares, la amenaza de Pristayko está, en realidad, dirigida a París y Berlín, a los que con sus declaraciones intenta presionar en busca de apoyo para la interpretación ucraniana de los acuerdos de Minsk, rebajados para eliminar los puntos políticos.

Así reflejaban el jueves los medios rusos las declaraciones de Pristayko:

Artículo Original: Ukraina.ru

El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Vadim Pristayko, ha afirmado que Kiev podría retirarse de los acuerdos de Minsk si finalmente se prueba que el formato es ineficiente e incluso ha puesto fecha a esa retirada. Así lo explicó el 14 de noviembre en una entrevista concedida al servicio ucraniano de la BBC.

“Sí, es posible. Si vemos que este proceso se alarga eternamente, si lo vemos, eso nos lleva a un proceso constante de tensión sin fin, entonces antes o después se tomará la decisión de retirarnos del proceso de Minsk”, afirmó.

Pristayko también apuntó que cree que “existe una fecha límite”. Según el ministro, no está explícitamente escrita, pero si la cumbre del “formato Normandía” no produce progresos, eso haría surgir las dudas sobre la posibilidad de paz en el proceso de Minsk.

“Cuando volvamos, entonces sería correcto preguntarnos. Si volvemos sin nada, sería lógico preguntarse para qué seguimos necesitando Minsk”, insistió.

El ministro afirmó también que, si las conversaciones de Minsk ya no funcionan, Ucrania volvería a pedir una misión de paz, en realidad, una misión de pacificación, no de mantenimiento de la paz.

-Ukraina.ru

Hay que recordar que el proceso de Minsk implica un proceso de negociación directo entre Kiev, Donetsk y Lugansk del que Ucrania siempre ha renegado, de ahí su preferencia por el proceso de Normandía, en el que, con el inestimable apoyo de sus socios europeos, puede negociar directamente con Rusia, evitando así tratar con Donbass. Aunque los acuerdos implican compromisos políticos para Kiev -puntos que Ucrania también trata de rebajar o eliminar, siempre en negociación con Moscú, no con la población directamente afectada-, el cumplimiento de esos compromisos supondría el retorno de las regiones bajo control de la RPD y la RPL a Ucrania. Eso es lo que Kiev está dispuesto a arriesgar solo por no cumplir con esas mínimas concesiones políticas que aceptó en 2015 al aceptar Minsk-2 y que nunca ha tenido intención de cumplir. De ahí la estrategia de dilatar el proceso con la esperanza de que el hartazgo de Rusia hiciera rebajar las exigencias que siguió la administración Poroshenko y que la administración Zelensky ha transformado en presión para que sean sus socios quienes le ayuden a conseguir rápidamente, bajo amenaza de hacer estallar todo el proceso, el retorno de Donetsk y Lugansk a Ucrania sin las concesiones políticas que les garantizaban los acuerdos de Minsk.