No hay silencio en el frente

A pesar de las numerosas treguas pactadas -la próxima, que sustituye a la tregua de Año Nuevo, comienza el 8 de marzo-, el Ejército Ucraniano sigue utilizando los bombardeos como herramienta de presión y como medio para mantener un statu quo que en Donbass se llama ya “ni guerra ni paz”. Esa ausencia de alto el fuego completo es el principal argumento de Ucrania para negarse a cumplir sus compromisos según los acuerdos de Minsk, entre ellos la retirada de armamento pesado del frente, y, sobre todo, para negarse a negociar los puntos políticos.

Mientras tanto, los bombardeos sirven también como herramienta de presión constante contra la población civil de las zonas del frente, pequeñas localidades en las que los pocos residentes que quedan sufren las consecuencias de los ataques y de las dificultades para reparar los daños que se producen. Esta semana, las tropas ucranianas han vuelto a atacar Sajanka, una pequeña localidad cuyo valor estratégico es limitado y la presencia militar es aún menor. Hace ya casi tres años, los residentes de la localidad se quejaban de los ataques pese a que no había allí ningún puesto de control de la RPD. Tres años después, la situación sigue siendo la misma.

Nuevos ataques en Sajanka

Artículo Original: Komsomolskaya Pravda

La golpeada Sajanka, en el distrito de Novoazovsk al sur de la RPD, que no había visitado nunca Komsomolskaya Pravda, volvió a ser atacada. El 25 y 26 de febrero, los proyectiles dañaron el recién renovado colegio. En esta ocasión, sufrió un impacto la caldera. Por suerte, el ataque se produjo después de la cena, cuando los niños ya no se encontraban en el colegio. No quedan más que unos veinte. En total, en todo el colegio. No queda más que lo que normalmente sería una clase.

“¿No saben contra qué disparan?”, preguntó retóricamente el voluntario de Donetsk Andrey Lysenko. “Además de la caldera, el bombardeo ha dañado las líneas de alta tensión, la calefacción central, la torre de televisión y una guardería. Hubo proyectiles que cayeron en el patio del colegio. En este momento, más de un centenar de casas se encuentran sin electricidad. Y los niños no pueden ir al colegio.

En el centro de Donetsk algo así es inimaginable, pero la ilusión de paz desaparece a apenas unos kilómetros. No he podido contactar con los residentes de Sajanka a los que conozco. Los chicos del pueblo con los que periódicamente me mantengo en contacto por VKontakte, no han podido conectarse a internet desde el 24 de febrero. Para ellos, internet es, al menos, un pequeño entretenimiento que durante un instante les distrae de las imágenes que ven por la ventana. Hablamos sobre perros, modelos de teléfono móvil, los problemas de casa, a veces les ayudo un poco a hacer los deberes. Muy pocas veces hablamos de la guerra. Es mejor no insistir en que hablen de lo que hace daño. Especialmente desde donde ahora no hay guerra.

Esta es la última correspondencia:

“¿Qué tal estás? Nos están atacando. Los ucranianos están golpeando donde vamos a coger agua para beber”, me escribió un alumno del colegio de Sajanka.

No hay silencio en las zonas del frente de Donetsk.

“Hoy han bombardeado Trudovsky cuando los niños iban al colegio”, cuenta Andrey Lysenko. “Artillería pesada desde Marinka”.

La situación en el frente en Donbass sigue siendo tensa y estable. Teniendo en cuenta que se celebraba una nueva ronda de consultas del Grupo de Contacto, la intensidad de los ataques se redujo un poco. Aun así, como siempre, el Ejército Ucraniano abrió fuego contra las afueras de Gorlovka y Donetsk. En la RPL sigue habiendo turbulencias en la zona de Bajmutka, cerca de Pervomaisk. Los residentes informan de explosiones.