Ucrania exige

Aprovechando la llegada al poder de un Gobierno alemán en el que es consciente de que dispone de grandes aliados -los Verdes han sido, desde el inicio de Maidan el partido que más abiertamente se ha manifestado a favor de los postulados ucranianos-, Ucrania apela a Alemania a dar pasos contra Rusia. Eso sí, lo hace con la coherencia habitual de un embajador conocido por sus estridencias y por su impertinencia.

Artículo Original: Alexander Grishin / Komsomolskaya Pravda

El embajador de Ucrania en Alemania, Andriy Melnyk, ha anunciado las nuevas exigencias de Kiev al nuevo gobierno alemán. Melnyk es un personaje extraordinario, digan lo que digan. Parece que no tiene ni idea de la existencia de negociaciones, notas diplomáticas o mensajes, simplemente hace su trabajo diplomático en Alemania a través de discursos en las redes sociales, entrevistas en la prensa alemana e intervenciones en diversos foros.

En ocasiones anteriores, el embajador Melnyk ya había exigido a Alemania que compense a Ucrania y pague a Kiev por el pasado colonial alemán, es decir, que pague reparaciones por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial en el territorio de la actual Ucrania, que garantice el tránsito de gas ruso a través de Ucrania más allá de la finalización del contrato actual en 2024 y, finalmente, que pague a Ucrania una compensación monetaria por el “trofeo” en forma de archivo de Johann Sebastian Bach devuelto durante la presidencia de Kuchma como regalo. Como es natural, Melnyk no consiguió ninguno de esos objetivos, pero eso no ha hecho más que darle más ganas de seguir adelante.

En una entrevista concedida al diario Bild, el embajador presentó lo que prácticamente parece un ultimátum al nuevo canciller alemán Olaf Scholz. Según Melnyk, Scholz debe dar toda una serie de pasos contra Rusia en los próximos días. Concretamente, su plan de acción contra Moscú incluye:

• Apartar a Rusia de todas las organizaciones internacionales
• Embargo de suministros energéticos [¿Qué gas transitaría entonces por Ucrania de camino a Alemania? –Ed]
• Prohibición de inversiones alemanas en la Federación Rusa
• Congelar activos y cuentas de los rusos en el extranjero
• Desconectar a Rusia del sistema internacional de pago SWIFT.

Solo estos pasos pueden, según el diplomático ucraniano (hay que recordar que el embajador es el portavoz de la política exterior del Estado en el país, por lo que sus palabras son la postura del Estado) pueden “hacer entrar en razón a Putin e impedir una nueva guerra en el corazón de Europa”.

¿Tiene algún sentido el ultimátum de Melnyk? Incluso con la investigación más profunda, es imposible de encontrar. Las exigencias del embajador son completamente absurdas. SWIFT es una empresa privada y el Gobierno alemán no tiene ni la autoridad ni la capacidad de prohibir o permitir a nadie. Y tampoco de excluir a Rusia de participar en ninguna organización internacional. Por no hablar del hecho de que, sin gas ruso, la economía alemana se colapsaría al poco tiempo.

Las exigencias de Melnyk son aún más ilógicas teniendo en cuenta que deben tomarse para el 8 de diciembre de este año. Olaf Scholz tomará posesión ese día. Parece que la lógica no es el punto fuerte del diplomático ucraniano ni tampoco el calendario.

Por algún motivo, los alemanes están demostrando una increíble paciencia hacia el actual representante de Ucrania en su país. Cualquier otro diplomático de cualquier otro país habría sufrido hace tiempo un fuerte golpe a su reputación con solo algunas de las declaraciones que Melnyk se ha permitido, pero él aún mantiene su puesto. ¿Puede que vean en él a un personaje desconocido gracioso?

Sea lo que sea, es cosa de Berlín tolerar lo que quieran y de quien quieran. Lo más importante es saber qué quiere realmente Ucrania con una persona como el embajador Melnyk: ¿que Alemania deje de importar gas ruso o que garantice el tránsito de gas ruso a través del sistema de tránsito ucraniano? Porque ni el nuevo canciller Scholz ni la inteligente Angela Merkel serían capaces de hacerlo.