Contra la infraestructura

Artículo Original/Fotografías: Denis Grigoriuk

En los últimos días, el Ejército Ucraniano ha bombardeados la planta de agua Yuzhnodonbasskaya y las zonas aledañas. Nos acercamos hasta allí para entrevistar a los trabajadores de la estación de bombeo, conocer cuál es la situación y observar las terribles consecuencias de los incesantes bombardeos de las tropas ucranianas.

“Esta es la carretera por la que pasa nuestro autobús, que nos lleva al trabajo y nos trae desde la planta. Suele ocurrir que la gente se encuentra bajo el fuego y no pueden llegar al puesto de trabajo”, explica el trabajador mientras muestra un árbol en el que son perfectamente evidentes los agujeros de bala en el tronco. “Aquí una mujer resultó herida. Leve, en el hombro”.

Pasamos por una parte de la carretera destrozada por los proyectiles y la metralla. Las posiciones ucranianas están cerca. La carretera está a tiro. Aumentan los nervios, ya que un francotirador ucraniano podría disparar en cualquier momento independientemente de quién vaya en el coche: civiles o militares. Frenamos al llegar a la entrada. Ahí está la tiroteada señal de “Agua de Donbass”. En la estación de bombeo se pueden apreciar numerosos cráteres, uno de ellos junto a un destrozado tractor. Hay muchos más cerca de los edificios. En la pared hay restos de lanzagranadas “Snezhinka”.

“Y ahí está el famoso árbol. Todos los periodistas le sacan fotos”.

Del tronco salen los restos de un proyectil de 82mm. El ingeniero jefe de la empresa “Agua de Donbass”, Vladimir Kosenko, nos acompaña hasta el refugio, donde los trabajadores se ven obligados a pasar cada noche de trabajo y últimamente también los días, ya que el Ejército Ucraniano no solo ha abierto fuego contra la infraestructura en la oscuridad. El lugar dispone de todo lo necesario para esperar a que termine un ataque: agua, estufas, camas e incluso una televisión. Es un refugio en toda regla, no un sótano adaptado como ocurre en las viviendas de los civiles en las zonas cercanas al frente.

El personal de la planta está prácticamente al completo con respecto al periodo anterior a la guerra. Algunos se han jubilado, otros han dimitido, pero la base se ha mantenido. Les ha endurecido la guerra. También los hay novatos, pero habitualmente no son capaces de superar el test que suponen los bombardeos ucranianos.

“Aquí ha habido varios impactos. Muchos cráteres pequeños. La hierba se quemó. Por eso tenemos una fila de sacos. Los proyectiles llegan hasta nosotros habitualmente”, continúa el ingeniero jefe.

Las últimas noches han sido tensas. Pero, pese a los ataques, la planta no ha detenido su trabajo. El suministro de agua se mantiene. Pero estos ataques causan confusión, ya que técnicamente la planta puede suministrar agua no solo a la República Popular de Donetsk sino también a otras localidades de Donbass bajo control de Ucrania. Por cierto, la planta de coque de Avdeevka también recibe suministro de agua de Yuzhnodonbasskaya.

“El 80% del agua va a ese territorio. No puedo explicar estos ataques”, explica Vladimir. El ingeniero jefe añade que los bombardeos podrían dejar sin suministro de agua a un millón de personas residentes en Mariupol, Krasnoarmeysk, Dobropole o Volnovaja. El problema es que los proyectiles pueden dañar equipamiento de alto coste sin el que la estación no podría funcionar.

El anterior pico de violencia en la zona de Yuzhnodonbasskaya se produjo en junio. Los empleados siguieron realizando sus funciones bajo el sonido de las balas y los proyectiles. Milagrosamente, no hubo heridos. Tres meses después, los bombardeos se han reanudado. No es difícil imaginar la razón. Vladimir afirma que los ataques se reanudaron tras la última rotación en el Ejército Ucraniano.

Mientras en los foros internacionales afirma que desea solucionar el conflicto, el Gobierno ucraniano da a sus tropas órdenes de atacar infraestructura vital. Es el caso de Yuzhnodonbasskaya, aunque estos ataques perjudiquen sobre todo a la población residente en la zona de Donbass bajo control de Kiev. Puede que Poroshenko quiera utilizar un posible desastre humanitario para otros propósitos, como ha sucedido en otras ocasiones: para acusar de terrorismo a la RPD o como argumento para conseguir una misión de paz de Naciones Unidas en términos que no sean los propuestos por el presidente ruso.

Hay que recordar que, hace unos días, las tropas ucranianas también atacaron la planta de filtración de agua de Donetsk.