En busca de legitimidad, con el objetivo de limpiar su imagen y de conseguir fondos, grupos de la extrema derecha nacionalista ucraniana acuden al Estado para financiar sus actividades, tanto las legítimas como sus habituales ataques. Es el caso del batallón C14, Sich, que desde hace tiempo trata de legalizarse a base de proyectos supuestamente educativos o solidarios con los que limpiar su imagen de fuerzas de choque de los sectores más reaccionarios del país. Como ya se publicó hace meses, se trata de un rudimentario esquema de pequeñas actividades y organizaciones pantalla encabezadas por su líder, Yevhen Karas, y otros miembros conocidos del batallón, concretamente los dos acusados del asesinato del periodista Oles Buzina.
Según ha publicado el medio ucraniano -abiertamente pro-Maidan y financiado con dinero occidental- el presupuesto del Estado ha asignado más fondos al C14. Más allá de la cantidad, que no es elevada (medio millón de grivnas, unos 15.000 dólares), la parte más alarmante de la información es el hecho de que, a pesar de sus actuaciones violentas y racistas, Ucrania continúa financiando a estos batallones, en este caso, además, en un ámbito que hace la donación aún más grave: la “educación nacional-patriótica”.
Más fondos para el C14
Artículo Original: Antifashist
Los nacionalistas del C14, calificados como terroristas por los expertos occidentales del Terrorism Research & Analysis Consortium, recibirán medio millón de grivnas del presupuesto del Estado.
Como ha publicado Hromadske, el presidente de la Comisión de Competencia, que determina los fondos recaudados; el viceministro de Deporte y Juventud, Mikola Danevich y el director de la educación nacional-patriótica del Ministerio de Deporte y Juventud, Nikolay Yajovich, han considerado que, para realizar más pogromos, este año precisarán de otro medio millón de grivnas del presupuesto de Ucrania.
La información explica que esta cantidad entregada se refiere a proyectos como:
“Educación nacional-patriótica, clave para la seguridad informativa del Estado”;
“Promoción del patrimonio nacional con la realización de los juegos de simulación histórica “Holodny Yar”;
“La justicia como base fundamental de la educación nacional-patriótica moderna”;
“Centro de educación a distancia de educación nacional-patriótica”.
Hay que recordar que, en los seis meses de este año, los radicales del C14 han arrasado y posteriormente quemado un campamento de población romaní en Kiev. Por su intervención se encuentra ahora mismo entre rejas el brasileño Rafael Lusvarghi, que luchó en la milicia de la RPD y que fue capturado en el monasterio en el que se refugiaba y entregado al SBU [después de que un periodista de RFE/RL desvelara su paradero]. En Marinsky Park, en el centro de Kiev, los nacionalistas vertieron pintura sobre el monumento al general soviético NIkolay Vatutin e intentaron demoler el monumento soviético a Korchagin en Boyarka. Los matones del C14 también han sitiado en varias ocasiones el monasterio Kiev-Pechersk Lavra.
En el curriculum de los radicales están también los numerosos ataques contra periodistas y editores contrarios al régimen de Kiev. También los ataques contra Elena Berezhnaya y Natalia Vitrenko. Y los pogromos contra templos del patriarcado de Moscú.
Actualmente, la web del líder del C14, Yevhen Karas, publica un post de la organización Carpathian Sich amenazando la marcha por la igualdad, anunciada para el 17 de junio en Kiev. Representantes de la organización llaman a “los nacionalistas, representantes del clero, organizaciones públicas y a la juventud progresista a oponerse conjuntamente a la marcha gay e impedir una orgía en el corazón de Ucrania”.
Hay que añadir que la Comisión también ha asignado otro medio millón de grivnas a la organización “Golosko Krivka”, cuyos fundadores son los nacionalistas de Svoboda.
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