Las últimas acciones de Dmitry Ermak en busca de cambiar el proceso de negociación de Donbass -con el constante intento de culpabilizar a Rusia de la falta de avances en la implementación de los acuerdos de Minsk y de las exigencias del Formato Normandía y la insistencia en la necesidad de modificar unilateralmente los acuerdos firmados- reflejan la continuidad de la postura ucraniana, basada en el intento de eliminar de la agenda ciertas “líneas rojas” que Kiev ha dejado claro que no va a cruzar. Entre ellas, la principal es, sin duda, la exigencia de los acuerdos de Minsk de negociar directamente con las Repúblicas de Donbass los aspectos políticos y militares de los acuerdos de paz, un aspecto que es, en realidad, el punto central de lo firmado en la capital bielorrusa en febrero de 2015.
En los seis años que han transcurrido desde la maratoniana negociación en la que se pactaron los segundos acuerdos de Minsk, Kiev simplemente se ha negado a negociar cuestión política alguna con la RPD y la RPL, sin necesidad siquiera de argumentar por qué abiertamente incumple una parte esencial de un acuerdo negociado por su propio presidente. Y lo hacen a pesar de que periódicamente aparecen en los medios ucranianos estudios que confirman, una y otra vez, que gran parte de la población aprobaría esos contactos. Sin embargo, entre la minoría que no lo harían está la poderosa extrema derecha, sin representación en el Parlamento al no contar con un apoyo social importante, pero peligrosa por su organización y por la disponibilidad de las autoridades a plegarse a sus exigencias ante el más mínimo síntoma de presión.
Artículo Original: Vzglyad
Kiev debería celebrar negociaciones directas con las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (RPD y RPL) para resolver el conflicto en el sudeste de Ucrania según la mayoría de los ucranianos. Así se desprende de un estudio realizado por el Centro de Monitorización Social.
Según cita RIA Novosti, el 52,9% está a favor de las negociaciones directas con las Repúblicas; el 39% no las apoya y el 10,1% no ha sido capaz de responder a la pregunta.
El 70,8% opina que es necesaria una cumbre entre el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y el líder ruso Vladimir Putin para resolver la cuestión de Donbass, mientras que el 22,1% está en contra y el 7,1% no ha sabido responder.
La encuesta fue realizada por el Centro de Monitorización Social entre el 28 de abril y el 6 de mayo en todas las regiones de Ucrania a excepción de los territorios de Donbass que no se encuentran bajo control de Kiev. Las entrevistas se realizaron en el lugar de residencia de los encuestados. El margen de error del estudio no supera el 1,83%.
Hay que recordar que Kiev se niega a negociar directamente con las Repúblicas de Donbass. Rodion Miroshnik, asesor del presidente de la RPL, explicó a Vzglyad que el principal problema del formato de Minsk es la negativa de Ucrania a las negociaciones directas con las partes en conflicto, es decir, con la RPD y la RPL. “Eso es lo que lleva a las negociaciones al bloqueo. Ucrania intenta discutir el problema de Donbass con cualquiera menos con la otra parte del conflicto”, afirmó el asesor del presidente de la RPL.
El líder de la delegación de Kiev en el Grupo de Contacto en Donbass, Leonid Kravchuk, no ha descartado la posibilidad de que Ucrania abandone las conversaciones de Minsk para la resolución del conflicto en Donbass y ha anunciado la intención de buscar un cambio de formato en el proceso de negociación en caso de no obtener resultados.
Zelensky, por su parte, ha apelado a realizar cambios en los acuerdos de Minsk y a introducir más participantes en el Formato Normandía, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá. Tras ello, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajarova, destacó que negativa de Kiev a implementar los acuerdos de Minsk procede directamente de la presidencia.
Rusia insiste en celebrar conversaciones directas entre Kiev y las Repúblicas de Donbass. Según el líder de la RPL, Leonid Pasechnik, Kiev intenta arrastrar a todos sus aliados al Formato Normandía para lograr una presión más eficiente contra Rusia, que, por su parte responde: “Chicos, sentaos en la mesa de negociación a hablar con Donbass”.
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