Artículo Original: Denis Grigoriuk

El entonces líder del Praviy Sektor, Serhiy Sternenko (en el centro de la imagen) en el fallido «Maidan» contra el alcalde de Odessa, mayo de 2016
El radical de extrema derecha de Odessa Serhiy Sternenko ha sido condenado a siete años y tres meses de prisión por secuestro. El condenado también perderá la mitad de sus propiedades. Hay que admitir que es difícil de creer, ya que en la Ucrania moderna los patriotas normalmente se libran con sentencias suspendidas o incluso son declarados inocentes, aunque su culpabilidad sea evidente [puede tener algo que ver su enfrentamiento abierto con la parte del nacionalismo liderada por Andriy Biletsky o su militante oposición a Zelensky desde la campaña electoral, con lo que ha conseguido quedar, al menos durante un tiempo, en los márgenes de la escena de la extrema derecha nacionalista-Ed]. El sistema judicial ucraniano está construido de tal manera que los radicales no suelen tener que responder por sus crímenes. Pero en esta ocasión, uno de los más odiosos representantes de la comunidad nacionalista ha sido condenado a siete años.
El resultado es difícil de creer porque el caso de Sternenko ha sido muy largo [el secuestro se produjo en 2015]. Y las actuales autoridades no se han atrevido a actuar contra esta ruidosa minoría. Al contrario, el equipo Ze habitualmente ha utilizado a los grupos nacionalistas e incluso los ha integrado en sus proyectos. Con esta tendencia, el presidente ucraniano intentaba probar que es “su chico”. Así que los nacionalistas no solo no han desaparecido, sino que, al contrario, se sienten con fuerza bajo el nuevo Gobierno.
El abogado de Sternenko ha llegado a decir que Zelensky ofreció al radical de Odessa un puesto en los cuerpos de seguridad del Estado. Es más que probable que Masi Nayyem, hermano del Nayyem que convocó a la gente para “té, café y buen ambiente” en Maidan en 2013, esté mintiendo cuando da esa información, ya que su cliente lleva seis años acusado de secuestro. El anterior Fiscal General no se atrevió a enfrentarse al líder mediático de los nacionalistas, pero Venediktova ha conseguido llevar el caso del residente en Odessa hasta su final lógico. ¿Cuál ha sido la reacción de la minoría ruidosa? La que era de esperar.
Los activistas se reunieron frente al tribunal e iniciaron un enfrentamiento con la policía. Hay que insistir en que la protesta no fue a cargo de residentes locales sino de visitantes de otras ciudades. Por ejemplo, muchos habían llegado de Lviv, Ivano-Frankivsk, Dnepropetrovsk, Kiev o incluso Járkov. Todo está relativamente claro en lo que respecta a Lviv y otras ciudades del oeste, porque el mismísimo alcalde de Lviv se ha manifestado a favor de Sternenko, pero las cosas son diferentes en lo que respecta a las ciudades del este. Hace tiempo que he notado una tendencia a que las regiones de habla rusa intenten probar su sentimiento ucraniano a base de pasarse de patriotismo. Pero, por alguna razón, Odessa no apoya al nacionalista, así que fueron personas de otras ciudades las que tuvieron que hacer bulto frente al tribunal.
A la cabeza de esta defensa estaba la exministra de Sanidad Ulyana Suprun, conocida como la doctora muerte. La estadounidense no solo no acabó entre rejas por haber destruido la medicina del país, sino que se ha dedicado a defender a Sternenko. También estaban presentes representantes de Solidaridad Europea, el partido de Poroshenko, del Corpus Nacional y otras organizaciones.
Mientras tanto, en las redes sociales, los activistas de salón ucranianos ya lanzaban sus duras críticas al presidente Zelensky, lo que lleva a la conclusión de que las actuales autoridades ucranianas aún no han conseguido ganarse del todo a los radicales, que la semana pasada jaleaban el cierre de cadenas de televisión de la oposición y las sanciones contra oponentes al garante de la constitución pero que ahora dicen cosas completamente diferentes.
“Zelensky, Venediktova y compañía han elegido la guerra. Contra Ucrania. La tendrán. ¡Libertad a Serhiy Sternenko!”, escribió el periodista Bohdan Butkevich. Para comprender quién es este periodista solo hay que recordar sus famosas declaraciones sobre la “innecesaria población de Donbass”. “Donbass no es solo una región deprimida. Hay un salvaje número de personas innecesarias (…). Soy perfectamente consciente de ello. La región de Donetsk tiene alrededor de cuatro millones de habitantes. Sobra al menos medio millón (…). No tenemos que comprender Donbass. Tenemos que comprender los intereses nacionales de Ucrania. Y Donbass debe utilizarse como un recurso (…). En cuanto a Donbass: no quiero saber la receta para hacer esto rápidamente. La cosa más importante que tiene que saberse es que hay gente que habrá que matar”, afirmó en 2014. Por cierto, Butkevich nunca respondió por su llamada al asesinato. Era exactamente el tipo de afirmación que dividió en dos a la sociedad ucraniana y que incitaron al odio dentro del país. ¿Pero quién lo recuerda después de tantos años?
La colega de Butkevich Olena Yajno también comentó el veredicto de Sternenko y lo hizo utilizando las mismas tesis que se usaban en la era Poroshenko. No han cambiado su postura en absoluto. “Todo ha sido tan bonito últimamente. Tan bonito que casi no podía creerlo. En siete años, Sternenko se dejó ir un poco y volvió a la normalidad. Me ha hecho recordar que vivimos en el país del victorioso barro y gris mediocridad, que no perdona a personas brillantes que tienen valores y actitud”, escribió.
Los defensores de Sternenko están utilizando un hashtag para defender al exmiembro del Praviy Sektor. Por la tarde, se reunieron en la calle Bankova en Kiev para exigir a las autoridades la puesta en libertad del condenado. Es más, hay diputados que están de acuerdo con ello. Concretamente, Geo Leros, de Servidor del Pueblo, ha llamado a la población a salir al centro de la capital ucraniana para participar en acciones de protesta.
Aún no se sabe cómo acabará todo, ya que algunos representantes del establishment estadounidense están del lado de Sternenko. No es imposible que la embajada de Estados Unidos llame a capítulo a las autoridades y que esos siete años se conviertan en libertad condicional. También pueden quedar en nada los otros dos casos contra él (asesinato y tráfico de drogas), igual que se olvidaron los crímenes de Poroshenko. Lo que ocurre actualmente en Ucrania vuelve a demostrar el verdadero estado dentro del país: caos y anarquía en la que la masa puede hacer lo que quiera.
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