Artículo Original: Sergey Mirkin
A finales de agosto y principios de septiembre, el Ejército Ucraniano intensificó los bombardeos contra el territorio de la RPD/RPL y la tendencia continúa. A consecuencia de los actos de las tropas ucranianas sufre la población civil y los políticos de Maidan hacen declaraciones beligerantes. Por ejemplo, el presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, Oleksiy Danilov, afirmó que el Ejército Ucraniano podría tomar Donetsk y Lugansk en caso de que Zelensky diera la orden. Y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny, expresó el deseo de circular por la Plaza Roja y la calle Arbat en un tanque ondeando la bandera ucraniana. La situación se asemeja a la existente a principios de 2021, cuando muchos estaban convencidos de que no iba a poder evitarse una gran guerra en Donbass. ¿Cuál es el motivo del empeoramiento otoñal? Hay varias versiones.
Según la primera versión, dar la orden de intensificar los bombardeos de la RPD/RPL es una forma de venganza de los políticos ucranianos contra los residentes de Donbass por obtener pasaportes rusos y por poder votar en las elecciones a la Duma rusa. Los políticos de Kiev y diferentes activistas nacionalistas están extremadamente ofendidos porque la población de Donbass reciba pasaportes rusos. En julio de 2021, se introdujo una propuesta de ley en el Parlamento según la cual se propone privar de la nacionalidad ucraniana a todos los residentes de Donbass y Crimea que hayan obtenido pasaportes rusos.
El 8 de septiembre se produjo un mitin de Rusia Unida en Donetsk en el que participaron el secretario general del partido, Andrey Turchak, diputados y figuras públicas. La llegada de una delegación del “partido en el poder” es una prueba más de que Donbass se está convirtiendo en parte del “campo político” ruso, un elemento importante en el proceso de integración en la Federación Rusa. Es de facto, no de iure de momento. Y Kiev comprende que esos procesos hacen prácticamente imposible que la región vuelva a Ucrania, especialmente en los términos que propone Ucrania. La declaración del secretario de prensa de Volodymyr Zelensky afirmando que el líder ucraniano no se opone a que los habitantes de la RPD/RPL reciban pasaportes rusos y voten en las elecciones si así lo desean es un intento de poner buena cara ante un mal juego. Al fin y al cabo, Zelensky no puede intervenir en esos procesos.
Entonces, ¿por qué disparar contra la población civil? En primer lugar, desde 2014, el Ejército Ucraniano ha cometido actos de terror contra la población civil de la región por medio del uso de la artillería. En segundo lugar, los bombardeos, según los conciben los políticos ucranianos, son un mensaje a la población de Donbass: apostáis por Rusia, pero Rusia no puede protegeros. En tercer lugar, las elecciones rusas en la RPD/RPL no son el elemento principal. Son uno más, pero no el fundamental.
La segunda versión es que el presidente de Estados Unidos Joe Biden dio permiso a Zelensky para escalar el conflicto. Esta opción parece dudosa. La Casa Blanca tiene otros problemas al margen de Ucrania, tiene que lidiar con los críticos por la salida de Afganistán. Otra cosa es que los políticos hayan decidido utilizar el factor Afganistán en su propio beneficio. Se deben a que Estados Unidos ha mostrado debilidad, ha rendido Kabul al régimen talibán. Estados Unidos no va a abandonar a otro régimen satélite, porque eso no solo destruiría la confianza de sus aliados en Estados Unidos, sino que generaría una crisis política en Washington. Debido a ello, el equipo Ze confía en que Estados Unidos se verá obligado a tomar partido por el régimen de Kiev al margen de lo que hagan sus oficiales. Teniendo en cuenta la psicología de los políticos de Maidan y su confianza en la omnipotencia de Occidente, se puede asumir que lo piensan. Otra cosa es si necesitan una escalada solo por la escalada o si quieren solucionar sus problemas con ello. Así que el factor Afganistán-Estados Unidos es un incentivo adicional que contribuye a la consecución de un objetivo. ¿Cuál? Lo indican las siguientes versiones.
Según la tercera versión, el empeoramiento busca desacreditar el Nord Stream-2. Cuando la situación empeoró en Donbass a principios de este año, Rusia realizaba maniobras masivas en su frontera suroeste. Eso atemorizó a los políticos ucranianos y su retórica pasó de beligerante a pacífica. Y, además, Joe Biden quería reunirse con Vladimir Putin. Los halcones de Estados Unidos y Europa quieren una reacción de la Federación Rusa para declarar que, una vez terminado el Nord Stream-2, Moscú tiene vía libre para amenazar a Ucrania. Entonces, la prensa y políticos occidentales comenzarían a exigir de Estados Unidos que adopte sanciones contra el gasoducto y la Casa Blanca tendría argumentos para hacerlo.
Pese a que el Nord Stream-2 está físicamente completado, aún tiene que pasar por procedimientos legales en Alemania y la Unión Europea para comenzar a operar. Es probable que, además de los aspectos puramente legales, se tenga en cuenta también el aspecto político, especialmente a nivel de la UE. El 26 de septiembre se celebran las elecciones al Bundestag y un empeoramiento en Donbass podría ser utilizado como argumento contra el Nord Stream-2 para obtener votos. Esto es especialmente evidente en el caso los verdes, que se oponen al gasoducto. Así que los políticos de Maidan son herramientas en manos de los halcones occidentales y el empeoramiento en Donbass es una forma de dar un golpe contra el gasoducto.
La cuarta versión dice que el equipo Ze necesita una escalada en el conflicto para neutralizar posibles protestas en otoño. Este es el momento del año en el que en Ucrania tradicionalmente se producen las protestas. El expresidente Poroshenko temía el otoño y ahora lo hace Zelensky. Hay una gran brecha entre las promesas y las bonitas palabras sobre los éxitos de Ucrania y la realidad. Por ejemplo, Zelensky ha hablado del renacer de la industria de aviación en Ucrania, mientras que la deuda nacional hacia la industria es, según los expertos, de 250 millones de grivnas. Las deudas de Ucrania a los mineros ascienden a 650 millones de grivnas. Mientras tanto, los precios de los servicios básicos siguen aumentando. El precio del agua caliente debe aumentar un 33%, pero teniendo en cuenta que los precios internacionales del gas están en precios récord y que Ucrania lo adquiere de la UE, el dato será aún más alto. En ese contexto, los políticos opositores están siendo perseguidos y las webs críticas con el Gobierno están siendo cerradas.
Zelensky quiere mantener el poder a toda costa. Escalar el conflicto es una probada forma de distraer a la población de los problemas actuales. Además, las autoridades acusarán a quien salga a protestar de estar haciendo el juego al Kremlin, la prensa actuará según la fórmula de repetir que los “héroes” mueren en el frente y la quinta columna después les apuñala por la espalda. Parece que esta última versión es la más plausible, ya que es el miedo a su propia gente lo que empuja a Zelensky a actuar en Donbass.
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