En el año 1956, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la fecha del 1 de junio como el Día de la Defensa de la Niñez, fecha que posteriormente fue modificada al 20 de noviembre, aunque algunos países, Rusia y Ucrania entre ellos, han mantenido y recuerdan la fecha original. Función del Estado en cualquier caso y en cualquier situación, la defensa de los menores es aún más importante en un contexto de guerra, como es el caso de Donbass, un conflicto que deja ya más de 13.000 muertos, cientos de miles de refugiados y aún más desplazados.
Las cifras oficiales -siempre cuestionadas, especialmente por el gran número de desaparecidos y por el desinterés de Ucrania de registrar datos fiables y las dificultades de las recién creadas Repúblicas Populares de realizar esa labor en los momentos más duros de la guerra- dejan un dato de 147 menores muertos en la guerra: 98 niños y 47 niñas. Si el dato de fallecidos es cuestionable, más difícil aún es saber cuántos menores han resultado heridos en la guerra, han sufrido amputaciones, han perdido, junto a sus familias, sus viviendas o modo de subsistencia, o han tenido que huir de la zona de guerra para refugiarse en lugares más seguros.
Siete años después del inicio de la guerra, el 1 de junio de 2021, Día de la Defensa de los Niños en Ucrania, fue el día elegido por el Parlamento de Kiev para aprobar una medida en defensa de la niñez. Con 308 votos a favor, la Rada Suprema de Ucrania aprobó establecer el 4 de junio como día del recuerdo a los menores fallecidos en la guerra en Donbass. El Parlamento animó también a los ayuntamientos a preparar actos para conmemorar dicha fecha. Según ha informado la prensa ucraniana, la iniciativa pretende, además, reafirmar la unidad del pueblo ucraniano.
Mientras proliferan en el país campamentos organizados por batallones paramilitares que adoctrinan a la infancia en los valores más militaristas y de odio a Rusia y a la población ucraniana que no reniega del pasado común con Rusia y la Unión Soviética y en pleno centro de Kiev se enseña a niños y niñas a disparar armas automáticas apuntando a una imagen del Kremlin, la iniciativa parlamentaria aprobada ayer con la única oposición de la Plataforma Opositora por la Vida habla de honrar a los niños fallecidos en la “agresión rusa”.
Ucrania, que inició la guerra en el verano de 2014 para tratar de solucionar con rapidez un problema político por la vía militar, ha logrado imponer en el país la visión de la “agresión rusa”, una en la que Kiev se reserva el papel de víctima inocente frente a un poderoso vecino dispuesto a invadir el país. En este tiempo, las muestras de solidaridad con Donbass han sido escasas y los refugiados que cruzaron la línea del frente para refugiarse en Ucrania han sufrido todo tipo de discriminaciones, sufridas tanto por adultos como por menores, especialmente en el ámbito escolar.
Votó a favor de la iniciativa el partido de Poroshenko, Solidaridad Europea, el presidente que pronunció palabras como “Nosotros tendremos nuestras pensiones; ellos, no. Tendremos asistencia para nuestros niños, nuestro pueblo y nuestros jubilados; ellos, no. Nuestros niños irán al colegio y a la guardería; los suyos estarán escondidos en sótanos. Porque no son capaces de hacer nada. Así es como ganaremos la guerra”. Poroshenko cumplió su palabra y utilizó los bombardeos para mantener atemorizada a la población, con el objetivo de lograr su sumisión.
Su sucesor, cuyo partido, Servidor del Pueblo, votó también a favor de la iniciativa, ha seguido, contrariamente a sus promesas electorales, con la misma política de uso político de las herramientas militares. En un momento en el que precisó de una forma de llamar la atención de sus socios, especialmente de Estados Unidos y de su entonces recién investido presidente, Volodymyr Zelensky optó por intensificar los bombardeos a lo largo de grandes sectores del frente. Unos bombardeos que no buscaban ganar la guerra ni avanzar sobre territorio de las Repúblicas Populares, sino que tenían un objetivo político, pero que costaron la vida a un niño que, según confirmó la abogada ucraniana Tetyana Montyan, presente en el funeral, fue despedido ante un ataúd cerrado ante las condiciones en las que había quedado su cuerpo tras la explosión.
En todo este tiempo, Ucrania ha mantenido también un bloqueo económico de Donbass que afecta a la situación económica de toda la población, también la de la infancia, que en las localidades de la zona del frente se ha visto obligada, además, a acudir al colegio siempre con el riesgo de encontrarse bajo las bombas ucranianas y con el peligro constante que suponen las minas antipersona. Pero nada de eso ha sido prioridad para Ucrania, que ha antepuesto su objetivo de imponer la modificación de los acuerdos de Minsk a su favor a la búsqueda de cualquier acuerdo de paz o de tregua militar y económica. Como en otras ocasiones, la respuesta de Ucrania es siempre un acto de propaganda, una declaración vacía en la que, como siempre, se hace cargar a Rusia con la responsabilidad de los actos ucranianos.
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