Artículo Original: Colonel Cassad
En el contexto del actual bloqueo de Minsk, Zelensky y su equipo han decidido entretener al público con una nueva payasada de iniciativa de referéndum sobre Donbass. Se anunció informalmente en la rueda de prensa de Zelensky y debía demostrar lo lejos que está dispuesto a llegar para solucionar el problema de la guerra en Donbass, que allá por 2019 prometió parar. A medida que se apilan las preguntas a Zelensky sobre las promesas incumplidas, el presidente constantemente tiene que inventar nuevas excusas sobre por qué no se han cumplido. Es lo que ocurre con la pregunta de por qué Poroshenko no ha sido encarcelado. O con la guerra, que continúa y los actos de Zelensky no acercan la paz sino todo lo contrario.
Zelensky y su entorno han realizado repetidas propuestas diseñadas a “modificar”, “modernizar” y “cambiar la modalidad” de los acuerdos de Minsk, que el presidente ucraniano no piensa implementar. Como las propuestas de introducción de fuerzas de paz, observadores, entrega de la frontera o un referéndum son inmediatamente rechazadas, Kiev sigue, desde años, caminando en círculos sin cambiar realmente las propuestas.
Rusia, por su parte, ha dejado claro a Zelensky, como ya lo hiciera con Poroshenko, que no va a discutir el cambio en la interpretación de los acuerdos de Minsk con él y todo intento de conseguir una cumbre con Putin antes de las conversaciones entre Putin y Biden ha terminado en nada.
- Si Zelensky quiere discutir Donbass, puede hacerlo con los representantes de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, junto a los que Ucrania firmó Minsk-2.
- Si Zelensky quiere discutir las relaciones con Rusia, puede ir a Moscú y tratar esas cuestiones allí.
- Si Zelensky quiere discutir Crimea, Rusia no tiene nada que discutir más allá de la situación en la frontera entre Crimea y Ucrania.
Eso es todo. En ninguno de los temas que ha tocado Zelensky se ha producido ningún progreso. Así que, consciente de que Moscú no va a negociar con él, ha vuelto a la estrategia de Poroshenko y ha comenzado a lanzar nuevas (en realidad viejas) ideas sobre “fuerzas de paz” con un “referéndum sobre Donbass”. En este sentido, merece la pena recordar que, en 2014, Ucrania ignoró los referendos en Crimea y Donbass y contó fábulas sobre cómo fueron realizados “a punta de pistola”, algo muy gracioso de escuchar teniendo en cuenta que se trata de un país en el que el terror nazi ha sido utilizado contra disidentes.
Es más, antes de 2014, las élites políticas de Ucrania sistemáticamente ignoraron las demandas de un referéndum nacional para otorgar a la lengua rusa el estatus de segunda lengua oficial del Estado o el referéndum sobre la entrada en la OTAN, exigencias saboteadas por Kuchma, Yuschenko y Yanukovich. Han seguido bloqueadas con Poroshenko y Zelensky.
Esos referendos no se han producido porque, en un referéndum a nivel estatal, el ruso habría obtenido inevitablemente el estatus de segunda lengua oficial, ya que es la lengua vehicular para el 83% de los residentes de Ucrania (según Gallup). Lo mismo se puede decir del referéndum sobre la OTAN. Si se celebrara, el resultado no sería favorable a la OTAN y eso mostraría el verdadero precio a pagar por la charlatanería de la “elección europea de Ucrania”.
Y ahora, con toda esa historia antigua de Ucrania y los referendos, Zelensky vuelve a hablar de un “referéndum sobre Donbass”. No hay forma de celebrarlo en el territorio de la RPD y la RPL, ya que los acuerdos de Minsk no se han implementado (ni van a implementarse) y la guerra continúa. Las leyes y autoridades de Ucrania no tienen efecto en Donbass y ningún resultado se va a aplicar. Así que Zelensky puede celebrar cualquier referéndum en Ucrania y en las zonas de Donbass bajo su control. Fuera cual fuera la pregunta y fueran cuales fueran los resultados, no tendrían efecto alguno para determinar el destino de la RPD y la RPL, ya que las preguntas de esa consulta no habrían sido consultas con la RPD y la RPL. El “referéndum” es, en este contexto, una posible forma para legitimar ciertos pasos dados por Zelensky y para justificar el incumplimiento de sus promesas electorales.
Además, durante un tiempo, se llenará el espacio informativo con “otra solución al problema de Donbass”. Hasta que llegue el momento de justificar otra vez por qué no se han cumplido las promesas. Siguiendo esta lógica, en el verano o el otoño de 2021, Zelensky y su entorno posiblemente se acuerden otra vez de la idea de pacificadores de la ONU o de la OSCE y después seguirán dando vueltas en círculos.
Ante estas circunstancias, se espera que se acelere el proceso de distribución de pasaportes rusos para los ciudadanos de la RPD y la RPL, fundamentalmente a base de facilitar la obtención de los pasaportes de las Repúblicas. Cada pasaporte entregado refuerza algo que ya es irreversible, que la RPD y la RPL dejen de depender de si se celebra o no un referéndum en Ucrania. La RPD y la RPL ya celebraron su referéndum en 2014 y tomaron su decisión. Es por esa opción por lo que llevan más de siete años luchando.
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