Pese a las numerosas declaraciones de representantes rusos sobre lo innecesario de preparar una cumbre del Formato Normandía hasta que no se cumplan las condiciones marcadas en diciembre del año pasado tras la cumbre de París, continúan los preparativos para que dicha cumbre de jefes de Estado se produzca. De la misma forma que ocurriera hace un año, cuando Ucrania trató apresuradamente de dar ciertos pasos en el cumplimento de los prerrequisitos -concretamente en lo referido a la retirada de tropas de cuatro puntos del frente, lugares de escasa importancia estratégica y que no cambiaban en absoluto la situación en el frente-, las partes dan pasos marcando sus exigencias y simulando ciertos avances en el proceso de Minsk.
Esta temporada previa a la celebración de una de las cumbres del Formato Normandía, en las que los jefes de Estado de Alemania, Francia, Ucrania y Rusia buscan resolver, sin presencia de la RPD y la RPL, el conflicto de Donbass, se presta también a la presentación de exigencias y al lenguaje del ultimátum. Es el caso de la última reunión del Grupo de Contacto, en la que Donetsk, Lugansk y Rusia trataron de presionar a Ucrania en busca de un cambio en la resolución del Parlamento de Ucrania que prohíbe las elecciones en la RPD y la RPL.
Así lo recogía esta semana Antifashist
El 19 de agosto, en una reunión del Grupo de Contacto Trilateral, el representante ruso, Boris Gryzlov, y los representantes de la RPD y la RPL bloquearon el intercambio de prisioneros, la designación de lugares para la retirada de tropas y desminado y las preparaciones para una nueva cumbre de líderes del Formato Normandía en Berlín hasta que el Parlamento de Ucrania cambie la resolución “sobre la convocatoria de las próximas elecciones locales en 2020”.
Así lo comentó el líder de la delegación ucraniana, Leonid Kravchuk, en declaraciones al diario Segodnya. Según sus palabras, se trata del punto cuarto del decreto, que prohíbe las elecciones en la RPD y la RPL.
“Han pedido que esa resolución, que fue aprobada, cumpla con los acuerdos de Minsk. Por eso me he dirigido al Parlamento para decir que ni el Grupo de Contacto ni yo podemos solucionar ese asunto. Es una resolución del Parlamento, solo ellos pueden hacerlo. ¿Cuál será su reacción? Me pondré en contacto con la Oficina del Presidente y el Parlamento. Si seguimos, debemos buscar un camino adelante. Si no queremos hacerlo, debemos decir: no queremos, que todo siga como está. Entonces se ha acabado todo, no hay nada de qué hablar, no habrá negociaciones, seguiremos luchando en la frontera”, afirmo Kravchuk, que añadió que los representes de Rusia y la RPD/RPL habían vinculado esos cambios a la solución de otros asuntos: el intercambio de prisioneros y la retirada de tropas.
“Afirmaron que si no resolvemos este asunto, ni siquiera considerarán los demás. Todo se para por completo. Es oficial. Podemos hablar de cualquier asunto y adoptar los documentos relevantes, pero no entrarán en vigor mientras el Parlamento no haga cambios en la resolución. En segundo lugar, para que el proceso de Minsk no se pare, porque los jefes de Estado quieren reunirse en la cumbre que se está preparando en Berlín. Según lo que yo sé, estaba prevista una reunión de los asesores políticos en París el 28 de agosto. Eso también se ha paralizado. Dicen: si no podéis, entonces no hay nada de qué hablar”, afirmó Kravchuk.
Pese a que Ucrania no ha realizado esfuerzo alguno por cumplir con sus compromisos políticos y no ha aprobado una ley para celebrar las elecciones locales en Donetsk y Lugansk de acuerdo con la RPD y la RPL -tal y como se comprometió en la primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Formato Normandía-, las Repúblicas Populares y Rusia insisten en que el Parlamento de Ucrania apruebe una ley para ello, aun sabiendo que sería de forma unilateral y que posiblemente incluiría aspectos inaceptables para la población de Donbass y sus actuales representantes. Y aunque la celebración de elecciones locales en Donbass sería el punto de partida para el retorno de la región a Ucrania. Todo ello sin que haya señal alguna de que Kiev esté dispuesto a conceder a Donbass el estatus especial protegido por la Constitución de Ucrania al que se comprometió con su firma en los acuerdos de Minsk.
La dureza de Donetsk, Lugansk y Rusia fue relativa y se mantuvo únicamente unas horas. Sin esperar a una respuesta del Parlamento de Ucrania, que difícilmente va a ceder a las exigencias de Donbass y Moscú, las Repúblicas Populares acordaron, en una reunión celebrada por videoconferencia, la retirada de tropas de cuatro zonas del frente y el desminado de ciertas zonas adyacentes.
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