Las encuestas, tanto nacionales como internacionales, siguen dando disgustos al Gobierno ucraniano. Primero fue la encuesta en la que la mayoría del país estaba dispuesta a renunciar definitivamente a Donbass si eso suponía el final de la guerra, idea que contradice los constantes intentos ucranianos de presentar la guerra como la voluntad general del país de recuperar todo su territorio. Después, la semana pasada, otra encuesta volvía a reafirmar la voluntad de la población de conceder autonomía a los territorios de la RPD y la RPL. Más de la mitad de la población se muestra dispuesta a conceder unos derechos políticos a los que el Gobierno ucraniano se niega en rotundo.
Ahora, una encuesta internacional realizada por Gallup muestra unos datos catastróficos para el Gobierno ucraniano en relación con la confianza de la población en sus autoridades. Un aplastante 91% se muestra convencido de que la corrupción está extendida por el Gobierno, mientras que, a una semana de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, un ínfimo 9% confía en las acciones de su ejecutivo. Sin embargo, sin una oposición organizada y sin alternativa a la vista, no se puede pensar en que las elecciones vayan a traer grandes cambios.
El disgusto de las encuestas
Artículo Original: Antifashist
Ucrania ha conseguido ser líder mundial en algo, concretamente en la falta de confianza en las autoridades. No hay nadie en el mundo que confíe menos en su clase dirigente que los ucranianos. El 91% de la población no confía en su Gobierno. Es el porcentaje más alto de todos los países. Así se desprende de un estudio realizado por la compañía analítica internacional Gallup en 2018.
“Es el nivel más bajo de confianza en el mundo por segundo año consecutivo”, comenta el comunicado que resume los datos.
Según Gallup, en comparación con el momento en que Yanukovich era presidente, este indicador alcanzó un mínimo de 24%. En los países post-soviéticos, el porcentaje de credibilidad de la autoridades estatales se sitúa en el 48%, con una media mundial del 56%.
Los investigadores han determinado que, inmediatamente después de la elección de Petro Poroshenko como presidente de Ucrania [en el verano 2014], la confianza en el Gobierno se situaba en el 24%, mientras que el 48% aprobaba las acciones de Poroshenko. “Sin embargo, estas esperanzas se evaporaron muy rápido, ya que muchos ucranianos ven que el Gobierno no ha sido capaz de cumplir con las exigencias de los manifestantes de la revolución de Maidan. En 2015, esa confianza no superaba el 14%”, afirman los autores del estudio.
Según el estudio, la población ucraniana también está perdiendo confianza en la limpieza de las elecciones. El actual nivel de desconfianza se extiende a otras instituciones, incluidas las responsables de conducir el proceso electoral del 31 de marzo. “En 2018, solo el 12% de los adultos de Ucrania afirmaba que tenían confianza en la honestidad de las elecciones, lo que representa un descenso en comparación con el 26% que tenía esa opinión en 2014. Todo ello indica que el nivel de desconfianza en el sistema electoral en el país está creciendo”, apuntan los investigadores.
“Es probable que estas dudas sigan aumentando a causa de los amplios niveles de corrupción que la inmensa mayoría de los ucranianos (el 91%) ven en su Gobierno. Entre otras acusaciones, Poroshenko está bajo sospecha en el escándalo de la venta de componentes rusos a la industria de defensa ucraniana a precios inflados. Poroshenko también se enfrentó a alegaciones de corrupción cuando el nombre de su empresa apareció en los papeles de Panamá que detallaban una trama de evasión de impuestos a nivel mundial. Las empresas del país se ven bajo la misma sospecha y el 82% de los adultos ucranianos afirma que la corrupción está ampliamente extendida”, sentencia el estudio.
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