Desde hace prácticamente nueve años, cuando comenzaron las primeras protestas y se produjo la toma del edificio de la administración regional de Donetsk, las milicias de Donbass han sido calificadas de meros títeres de Rusia para los que se han utilizado diferentes definiciones como separatistas apoyados por Rusia o milicias prorrusas. Uno de esos grupos, el grueso de lo que posteriormente sería el batallón Vostok, fue uno de los primeros en aparecer en escena y también en ser equivocadamente catalogado como ruso. En los días posteriores a la captura del edificio del poder regional del oblast de Donetsk, varios medios afirmaron erróneamente que el acto había corrido a cargo de un grupo de soldados chechenos. Los mismos medios hubieron de rectificar posteriormente al comprobarse que se trataba de hombres vinculados a Alexander Jodakovsky, excomandante de una de las unidades del Ministerio del Interior de Ucrania disueltas por los primeros decretos del nuevo ministro del Interior Arsen Avakov.
Uno de los comandantes con perfil más alto, Jodakovsky ha sido una de las figuras más polémicas, no solo por sus encontronazos con otros cargos de la RPD -fundamental, aunque no únicamente con Strelkov– sino por su brutal sinceridad ante los medios. Jodakovsky, encargado en el primer intento de Gobierno en la RPD antes incluso del referéndum del 11 de mayo de 2014, afirmó entonces no saber qué era esa República en cuya gestión había de participar. Aunque en aquellos primeros momentos de la rebelión de Donbass convivían muchas luchas -contra el nuevo Gobierno ucraniano, por la independencia, por soluciones utópicas o por la adhesión a Rusia-, el fundador del batallón Vostok dejaba claro públicamente que las milicias que estaban organizándose no debían centrarse en crear una entidad política alternativa a Ucrania sino por unirse a Rusia. Mucho antes de que Moscú comprendiera que esa tendencia existía en Donbass, una parte de la rebelión luchaba ya por ese objetivo. Ahora, casi nueve años después, es Rusia quien precisa de esas unidades para conseguir el objetivo común de expulsar a las tropas ucranianas de los territorios de las antiguas regiones de Donetsk y Lugansk.
La trayectoria de Jodakovsky y la brigada que creó es especialmente significativa para observar la evolución tanto del conflicto como del trato que Rusia ha dado a estas unidades. La semana pasada, el fundador de la brigada Vostok escribía en primera persona sobre ello tal y como recogía Antifashist:
Rusia aún no se ve a sí misma a través de los ojos de los soldados que llevan luchando por ella desde 2014. Alexander Jodakovsky, comandante de la brigada Vostok, ha escrito sobre ello en su canal de Telegram. “Para cuando comenzó el año 2015, el número de nuestros chicos que habían muerto en las batallas ascendía ya a 500. Solo en agosto-septiembre de 2014, la brigada Vostok perdió a más de 200 personas en las duras batallas en dirección a Járkov y Dnipropetrovsk. A veces bromeamos: no ha sido Rusia quien se ha unido a nosotros, somos nosotros los que nos hemos unido. En Rusia, los rusos no se ven a sí mismos de la forma en que lo hacen quienes estuvieron dispuestos a dar la vida por el mundo ruso, entendiendo por ello el espíritu ruso y el alma rusa. Rusia, habiendo pasado la prueba que se ha encontrado, aún no se ve como algo real en nuestro mundo decadente. Por eso es por lo que lucharon y luchan las personas que vinieron a Vostok, por Rusia y por su futuro y por ello han dado sus vidas”, escribió.
Con el inicio de la operación militar especial, se formaron, sobre la base de la brigada de Jodakovsky, unidades que ahora van a incorporarse al ejército ruso. “A partir de Vostok, formé el 11º Regimiento y tres batallones de defensa territorial, en realidad, tres batallones de rifles. Quienes han sobrevivido siguen luchando actualmente. Integré una de las unidades en las tropas del Ministerio del Interior de la RPD, con ella entré en la guerra con el inicio de la operación especial. Ahora, debido a la reorganización de las unidades, tenemos que unirnos al sistema ruso”, añadió.
“Ahora, las unidades de brigada se incorporarán a la Guardia Rusia, Rosgvardia, convirtiéndose en una unidad de fuerzas especiales. El perfil de la unidad hacía presagiar un camino directo a Rosgvardia, pero existían otras alternativas. Sin embargo, hemos encontrado nuestro lugar aquí. Antes de que se tomara la decisión final, mantuvimos muchos contactos con el liderazgo de Rosgvardia. Al fin y al cabo, una unidad creada por voluntarios motivados tiene sus propias características comparada con las estructuras rusas existentes. Pero vimos a personas cuyos objetivos se corresponden con nuestras ideas. Ahora, Vostok se convertirá en la base de las unidades de Rosgvardia en el nuevo cuerpo territorial que se está creando en la República Popular de Donetsk”, añadió.
La trayectoria de Jodakovsky y su retorno a las estructuras de seguridad oficiales de la RPD después de una salida conflictiva son, en cierta forma, una manera de cerrar el círculo. Ayer, Vladlen Tatarsky, miembro de su grupo más cercano, felicitaba al comandante por su nombramiento como jefe adjunto del Directorio Principal de la Guardia Nacional de la RPD, un puesto en el aparato de seguridad de la República que, al contrario que en 2014, en esta ocasión supone formar parte de la estructura de seguridad de la Federación Rusa, tal y como demandaba en aquellos primeros meses de la rebelión de Donbass.
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