Ayer por la mañana, alegando no haber sufrido bajas ni pérdidas de equipamiento -algo que Ucrania niega-, Rusia anunció que todas sus tropas se habían replegado a la margen izquierda del río Dniéper tras dejar caer todo lo capturado desde el 24 de febrero en la margen derecha, incluida la ciudad de Jerson, única capital regional ucraniana aún bajo su control. Horas después, y sin grandes masas recibiéndoles, las tropas ucranianas entraron en Jerson e izaron la bandera azul y amarilla donde hace unos días fue retirada la tricolor rusa. Más allá del pesimismo y las dosis de realidad que el paso ha supuesto para la población rusa, la del sur de Ucrania y la población prorrusa de Jerson, la situación implica un cambio cualitativo en el frente. Jerson y los territorios de la margen derecha protegían a los territorios de la margen izquierda y los accesos a Crimea, ahora expuestos a la artillería de largo alcance que Ucrania ha recibido de sus socios extranjeros.
Artículo Original: DonRF
Se acabó la noche de la vergüenza. Qué significa aún no está claro. Pero los socios de negociación también están en silencio, así que no se puede creer al cien por cien nada sobre muertos o prisioneros. Hay que esperar. Entregaron una ciudad rusa. Una capital regional. La capital de un territorio de la Federación. Y es vergonzoso. Sin exagerar sobre muertos y al margen de las bajas, las haya habido o no. La vergüenza es que el proceso comenzó dentro, es nuestra vergüenza, general, rusa. Por toda una serie de razones objetivas y excusas, quienes decidieron tienen nombres y apellidos, pero hay uno común. Es el Estado el que pierde las guerras. En su totalidad.
La humillación no requiere venganza, requiere análisis. Por qué ha pasado, qué ha salido mal, qué partes del cuerpo están enfermas, qué tonterías se han hecho y qué no se ha hecho mal. Hace falta análisis militar y político. No todo está claro y no estaría de más que los Sharii o Rotislav Ishchenko, con su histeria, desaparecieran. O Jerson caerá en el olvido muy pronto. La luz de la luna se olvida con los rayos del amanecer. Ahora mismo, estamos llenos de algún tipo de sustancia de la que queremos deshacernos y no sabemos cómo. La tendencia es que no habrá acuerdo y ellos seguirán riendo: “Las autoridades de Estados Unidos han privado a la economía rusa de del estatus de economía de mercado por la creciente influencia del Estado sobre ella, afirmó el Ministerio de Comercio. La decisión, según el Ministerio, dará a Estados Unidos la oportunidad de aplicar completamente la legislación antidumping contra Rusia y reducir la presión sobre las empresas estadounidenses a causa de las operaciones de importación injustas”.
Pero tampoco se puede volver atrás. Reagruparse de Crimea y la RPD/RPL difícilmente es posible. En primer lugar, porque nadie lo entendería, como no se ha entendido Jerson y tendría consecuencias. Son simplemente las leyes de la naturaleza, que no tolera el vacío. En segundo lugar, es bastante más difícil dar la orden de retirarse a esos ejércitos. Seguirán. Así que queda un largo y difícil conflicto.
Muy largo y duro, sea externo o interno si el gobierno no puede sobrellevar la gestión por sí mismo. Y hay que estar preparados para eso. Me escribirán diciendo que a los rusos no les importa. A mucha gente no le importa nada, igual que los sirios, ucranianos, o afganos sobre los que escupieron. Luego escupieron, pero con sangre. Es hora de comprender dos simples máximas de gente inteligente: somos lo que somos y todo se hace dentro de nuestras capacidades, militares y de gestión. No hay más.
Personalmente, seguiré haciendo lo que he hecho hasta ahora: escribir y recopilar las historias de quienes están en las trincheras y en los sótanos, a quienes les deseo que salven sus vidas. Sobre el resto, es mejor olvidarse de ilusiones. Eso es todo. No hay ningún vil acuerdo, no hay traición, está el Estado y sus instrumentos. Es así, no hay nada más. Y no la habrá en mucho tiempo. La vergüenza ajena se ha convertido en tradición desde marzo. Qué sería sin ella. Por otra parte, salvo rara excepción, no he visto a oponentes explicando qué ha pasado los últimos ocho años. Ni antes ni ahora. Puedo dar un consejo: somos todas personas adultas que debemos pensar por nosotras mismas, no a través de los medios. Ellos no se preocupan por nosotros, tienen sus propios objetivos. Y los tiempos que vienen serán duros.
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