Finalizada, con la caída de Krasny Liman, la exitosa ofensiva ucraniana en la región de Járkov, que supuso el colapso de una parte importante del frente y la retirada obligada de las tropas rusas de una serie de puntos estratégicos que debían haber sido importantes para acciones ofensivas, el frente ha vivido estas semanas cierta pausa operativa. Ucrania no ha tenido dificultad alguna para consolidar sus ganancias territoriales y, sin oposición, ha podido mantener sin problemas las localidades capturadas y utilizarlas para avanzar y amenazar las posiciones rusas y republicanas en la RPL.
El colapso ruso en Járkov obligó a las autoridades rusas a justificar políticamente la movilización de reservistas anunciada por Vladimir Putin y que desde hacía semanas parecía una necesidad objetiva si la Federación Rusia pretendía continuar luchando en el territorio ucraniano. Los referendos de adhesión a Rusia y el reconocimiento de esas regiones como parte de Rusia, paso necesario para justificar la movilización de recursos y personal, coincidieron con el momento más grave en términos militares desde julio de 2014. A escasas horas de la pérdida de Krasny Liman, cuyo destino estaba ya escrito, un concierto patriótico celebraba la ampliación del territorio y daba la bienvenida a unos ciudadanos a los que Rusia tiene ahora la obligación de defender.
Tras varias semanas de relativa calma, varios periodistas rusos advertían ayer del inicio de operaciones ofensivas ucranianas en la región de Jerson y daban por hecho el inicio de una nueva ofensiva en busca de aislar y capturar la única capital ucraniana bajo control ruso. Por el momento, ese primer ataque parece haber sido únicamente un reconocimiento, pero los ataques continuarán. La ciudad de Jerson se encuentra además en la margen derecha del río Dniéper, añadiendo así una dificultad más a la defensa y suministro de la ciudad. Ucrania tratará de avanzar en dos frentes, desde Nikolaev al oeste y hacia Berislav en el este. La petición pública de Vladimir Saldo al Gobierno ruso en busca de ayuda para la evacuación de la población civil que quiera retirarse a lugares más seguros, lejos de los bombardeos diarios de la artillería ucraniana, es solo un aspecto más que muestra la dificultad de la situación en esta especialmente vulnerable zona del frente.
Aunque posiblemente la opción más sencilla -Rusia ha sufrido graves pérdidas en lugares en los que ha chocado con el obstáculo de un río, por lo que no hay garantía alguna de éxito en la defensa de Jerson-, el avance hacia Jerson es también la dirección más previsible. Es de esperar que el comando ruso haya sido capaz de reforzar sus defensas y esté esperando este ataque, anunciado repetidamente por las autoridades civiles y militares ucranianas como uno de sus principales objetivos.
Sin embargo, las posibilidades de ofensiva de Ucrania no se limitan a la ciudad de Jerson. Un plan más ambicioso podría utilizar el ataque a Jerson como forma de atraer a las escasas reservas rusas hacia esa zona para lanzar el ataque principal desde la dirección de Zaporozhie, en la margen izquierda del río Dniéper, ya fuera hacia Melitopol o hacia Berdyansk. En cualquier caso, el objetivo, posiblemente demasiado ambicioso y peligroso para Ucrania, sería, no solo aislar Jerson, sino partir en dos el territorio del sur bajo control ruso.
Los periodistas Alexander Kots y Evgeny Poddubny, dos de los mejor informados corresponsales de guerra en el frente, no descartaban ayer la posibilidad de un ataque en dos direcciones y, citando fuentes del comando ruso, alertaban ayer de que 40.000 tropas ucranianas (una cifra claramente inflada, pero que en cualquier caso contradice flagrantemente la repetida idea de que Ucrania está agotando sus reservas) preparadas para atacar en el frente de la RPL.
Ucrania amenaza, ante todo, la ruta entre Kremennaya y Svatovo, dos localidades estratégicas cuya pérdida supondría un grave problema para las defensas rusas. La pérdida de Svatovo supondría un problema más en la ya de por sí deficiente logística de las tropas rusas en esta guerra. Kremennaya, por su parte, es el último punto de defensa de la aglomeración urbana que incluye Rubezhnoe, Severodonetsk y Lisichansk, las ciudades de la RPL más importantes en el territorio de Lugansk capturado por las tropas rusas desde el 24 de febrero. Frente a la primera semana de julio, cuando se completó la liberación todo el territorio de la RPL y el líder de la República anunciaba que los soldados contribuirían en la liberación de la RPD, Rusia y las Repúblicas Populares se encuentran ahora en una fase defensiva en la que únicamente tratan de mantener el territorio recuperado.
A lo largo del día, las fuentes rusas afirmaban haber repelido el primer ataque de Ucrania en la región de Jerson. Sin periodistas sobre el terreno en ese frente y con gran escasez de información, habrá que esperar para observar el desarrollo de los acontecimientos. Sin embargo, la certeza de que Kiev y sus socios se ven capaces de infligir un nuevo golpe a las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa en el sur aleja toda posibilidad de solución negociada a medio plazo. Y con la solución militar como única viable por el momento, Ucrania debe atacar antes de la llegada del invierno, cuando la logística se complicará aún más y habrá llegado al frente una parte de las reservas movilizadas por la Federación Rusa.
En este contexto de peligro en al menos cuatro zonas del frente -Jerson, el sur de Zaporozhie, Ugledar hacia Volnovaja y Kremennaya-, la República Popular de Donetsk anuncia avances en la batalla por Artyomovsk (Bajmut para Ucrania, que ha querido eliminar toda referencia al camarada Artyom, Fyodor Sergeev). Después de más de dos meses desde el inicio de la aproximación a la ciudad, las unidades rusas, fundamentalmente formadas por mercenarios de la empresa privada Wagner han avanzado desde el sur para iniciar las batallas urbanas ante la retirada de una parte de las tropas ucranianas.
Tras la caída de Lisichansk, cuando el avance ruso, aunque lento, parecía seguro, las tropas ucranianas hicieron estallar los puentes dentro de la ciudad. A pesar de ello, las Fuerzas Armadas de Ucrania han logrado mantener a las tropas rusas lejos de la ciudad durante todas estas semanas. La pérdida de Artyomovsk, una ciudad de más de 70.000 habitantes antes de la guerra, supondría el primer golpe a Ucrania desde sus éxitos en septiembre, pero en estos momentos, ya no tendría las implicaciones que hubiera tenido de haberse logrado el pasado agosto, cuando las tropas rusas mantenían sus posiciones en Izium. Artyomovsk, un importante nudo de comunicaciones, debía ser clave en la posterior batalla por Slavyansk-Kramatorsk, ahora mismo inviable tras la pérdida de Izium y Krasny Liman. Lo que en agosto habría sido una derrota que comprometiera todo el frente norte de Donetsk, en estos momentos solo sería ahora mismo para Ucrania una pérdida que espera compensar con creces con sus próximas ofensivas.
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