Artículo Original: Antifashist
En vísperas del frío, la situación en Mariupol sigue siendo difícil. Durante su visita a la ciudad a finales de agosto, el viceprimer ministro Marat Jusmulin afirmó que la ciudad está preparada al 80% para el invierno. Un mes más tarde, cuando volvió a visitar Mariupol, corrigió la cifra y declaró un 70% de preparación. La lógica dice que la preparación debería aumentar y no disminuir, pero en la realidad esas cosas no son importantes. Incluso esa cifra del 70% de preparación para el frío es exagerada, como la temperatura media de un hospital.
Los constructores rusos y locales están, por supuesto, trabajando mucho, pero simplemente no cuentan con el tiempo necesario. La destrucción es excesiva. En algunas viviendas, se han reparado completamente los tejados y se han colocado nuevas ventanas y puertas. Se puede comprobar fundamentalmente en el centro de la ciudad y en aquellas zonas donde la destrucción no fue tan pronunciada. Se cree que la parte más afectada de la ciudad fue Vostochniy, donde realmente hay gran número de edificios quemados y destruidos, pero barrios como Cheryomushki han sido prácticamente borrados de la faz de la tierra. De las docenas de edificios de pisos que hay allí, solo tres en el barrio Azovie se han preservado en condiciones relativamente dignas. Pero incluso en ellos hay destrucción: los techos de algunos pisos sufrieron daños por las bombas, los ascensores están dañados y las ventanas están rotas en prácticamente todos los pisos.
Sin embargo, teniendo en cuenta la situación de otros edificios, las viviendas son habitables y esperan reparaciones. Es ahí donde los constructores llegan tarde. Es posible comprenderles, hay demasiado trabajo, pero eso no hace la vida más fácil a la población. Durante el día, la temperatura sigue siendo aceptable (14-15ºC), pero por la noche baja a 8-9ºC, en noviembre llegarán las heladas y habrá llegado el invierno. Las ventanas cubiertas de plástico ayudan contra el viento y el polvo, pero no protegen de las heladas.
Muchos residentes de las viviendas destruidas siguen viviendo en sótanos sin luz, agua corriente o calefacción. Los voluntarios se encontraron con una situación así en Oktaybr, 13. Doce personas mayores vivían en el sótano del destruido hospital del distrito Primorski. Parece que simplemente fueron olvidados y no tienen la fuerza para recordar a las autoridades de la ciudad de que están ahí. En invierno, esas personas se congelarán. Y no son un caso aislado. Miles de residentes de Mariupol viven en sótanos y en pisos de viviendas quemadas. Esas viviendas han sido calificadas de pendientes de demolición y se prevé trasladar a esas personas a dormitorios y buscarles residencia permanente, pero no hay dormitorios para todos.
La construcción y reparación de viviendas dañadas es intensiva. Se está terminando la construcción de dos nuevos edificios en los que se prevé que se alojen a partir de diciembre mil familias. En unos días, 50 familias recibirán sus casas en un nuevo edificio en la avenida Lenin. El suministro de agua ya ha sido restablecido en todos los barrios. El suministro eléctrico se está restableciendo en muchos hogares. Todas las infraestructuras sociales -hospitales, colegios, guarderías, administración, estaciones de bombeo- están conectadas al sistema eléctrico. El trabajo continúa para reanudar el suministro de gas, que se ha reanudado para 8.000 viviendas unifamiliares y 42 edificios de pisos. Las calderas de los edificios están siendo reparadas. Donde es imposible repararlas, se instalan calderas modulares móviles, que ya han llegado de Rusia.
Comprendemos que las empresas de construcción están haciendo todo lo que está en su mano, pero nos gustaría que al menos se pudieran colocar nuevas ventanas lo antes posible. Sin ellas, la población no superará el invierno. La situación en los frentes es difícil y muchos recursos y fondos están yendo allí. Es lo correcto. Lo principal es acabar con los fascistas ucranianos y alejarles de las ciudades de Donbass y de la frontera de la región de Belgorod. Donetsk, Gorlovka, Makeevka, Belgorod y otras ciudades están sufriendo ahora más que Mariupol. Pero el 14 de octubre, Ucrania disparó dos misiles contra Mariupol, apuntando al puerto. Las defensas antiaéreas funcionaron y los misiles fueron derribados, pero la situación es preocupante.
En verano regresaron muchas familias que se habían marchado a pueblos cercanos, a Rusia o al extranjero durante la batalla. La población sigue teniendo la intención de vivir aquí si hay pisos o viviendas unifamiliares. Pero muchos vuelven a estar “sentados en la maleta” de nuevo. No se puede sobrevivir en los pisos sin ventanas. Muchos simplemente no tienen dinero para instalar ventanas por su cuenta. Esperamos que antes de que lleguen las heladas, la protección contra el frío se repare en las viviendas y la calefacción vuelva a aparecer en nuestras casas.
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