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Un inestable equilibrio a punto de romperse

Artículo Original: Dmitry Steshin / Komsomolskaya Pravda

La guerra en Donbass lleva siete años “congelada”. El inestable equilibrio en la región se ha mantenido durante ese tiempo. Rusia repele todo intento de Ucrania de “resolver por fin la cuestión separatista” sin cruzar la línea de la “guerra caliente” y sin convertirse en parte del conflicto.

Por ejemplo, la introducción de la “zona rublo” en la RPD/RPL es una difícilmente ambigua “violación de la soberanía” de Ucrania, pero no hubo tantos llantos de Kiev. Fue Ucrania quien impuso el bloqueo económico sobre Donbass en noviembre de 2014 y Rusia simplemente salvó a varios millones de ciudadanos de habla rusa del país de una catástrofe humanitaria. Cualquiera podía ver esa catástrofe: tiendas vacías y supermercados con las estanterías agolpadas tras una mampara que llegaba hasta el techo, simplemente no había suficientes productos para llenar en espacio. Docenas de ancianas se agolpaban a las puertas de las tiendas “vendiendo” viejos libros, aunque, en realidad, estaban pidiendo limosna.

De la noche a la mañana, Ucrania privó a los ancianos de Donbass de sus pensiones. Rusia comenzó a pagar pensiones. No podía no hacerlo. En el invierno de 2014-2015, se registraron docenas de casos de personas mayores muertas de hambre en Donbass (24 casos solo en diciembre de 2014 según Elizaveta Glinka, la doctora Lisa). Y otra vez, Ucrania se mantuvo en silencio: eran actos bestiales y llamar la atención sobre ellos solo dejaría en evidencia la correcta actuación de Rusia.

Rusia se encontraba en una situación difícil: ayudaba, de facto, a los ciudadanos de otro país, pero de tal manera que no perjudicaba a sus ciudadanos con más sanciones. El precario equilibrio se acabó con la distribución de pasaportes rusos en Donbass, concretamente, con el “procedimiento simplificado para la obtención de la ciudadanía rusa” para los residentes de la RPD y la RPL.

En primavera, hablé con empleados del Servicio Migratorio de Donetsk. Según sus datos, para octubre -es decir, ahora- habría un millón de ciudadanos rusos en las dos repúblicas. No hay motivo por el que no creer ese dato. En ese punto, el inestable equilibrio se rompe: es una figura psicológicamente significativa para todos. Muestra que para Rusia no hay lugar hacia el que retirarse y que para Ucrania es demasiado tarde para atacar. Como ocurriera en Osetia del Sur, que Georgia iba a “liberar”, olvidando completamente que hacía mucho tiempo que vivían allí ciudadanos del potente país vecino. El hecho de que Tiblisi no fuera ocupada durante la operación “Imposición de paz” se debió a la generosidad de un enemigo muy fuerte.

Rusia se enfrenta ahora a una elección complicada: proteger a sus ciudadanos demostrando su fuerza o abandonarles haciendo como si nada hubiera pasado. La segunda opción es imposible: Rusia se ha encaminado a este punto de tomar una decisión final consciente y consistentemente durante años. Al mismo tiempo, lo ha hecho evitando la confrontación abierta, es decir, la guerra. Pero Ucrania ha sido la primera en renunciar a la paz, declarando decenas de veces consecutivas que NO iba a cumplir los acuerdos de Minsk, algo que ha confirmado con hechos, por ejemplo, capturando a un empleado del JCCC. Por cierto, es ciudadano de Rusia. Después, según se ha informado, aunque aún está por confirmar, militantes del regimiento nacionalista ucraniano Azov irrumpieron en la localidad de Staromarinka, en la zona neutral, donde alrededor de 40 de los menos de 200 residentes que aún permanecen allí tienen pasaportes rusos. Y supuestamente realizaron registros e interrogaron a la población. Y después, Ucrania utilizó un dron turco Bayraktar sin motivo aparente. Solo para demostrar su capacidad. Aunque según los acuerdos no debería haber aviación, tampoco drones (la única excepción son los drones de observación de la misión de la OSCE), sobre Donbass.

Es probable que se obligue a Ucrania a entrar en razón y los Bayraktar se queden en tierra. O habrá que derribarlos y que vuelvan a tierra. Si no, será imposible de explicar incluso internamente: ¿por qué merecía entonces Donbass todos estos años de sangriento sufrimiento? Rusia se encuentra a punto de tener que tomar una decisión en la que las opciones son muy simples: restablecer la justicia y proteger a sus ciudadanos o la vergüenza.

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