Artículo Original: Sergey Mirkin
Más de 200.000 residentes de la RPD/RPL con nacionalidad rusa votaron en las elecciones legislativas. Así lo anunció el presidente de la Comisión Electoral de la región de Rostov Andrey Burov. Gran parte de ellos lo hicieron online, pero alrededor de 50.000 acudieron a Rusia a votar al estilo tradicional: con papeletas de papel.
Para la población de la región, la participación en estas elecciones ha sido un evento importante. Las redes sociales se llenaron de mensajes como “¡He votado!”, “He votado en las elecciones rusas por primera vez en mi vida”, “Por fin me he sentido como un ruso normal”. Votar, como es natural, es algo íntimo, pero, en este caso, la población ha querido compartir su sincera alegría. Un amigo me comentó que, al votar, sentía que había participado en la decisión del destino de un gran país. Otro añadió que, durante las elecciones a la Duma, recordó cómo fue a las urnas por primera vez cuando tenía 18 años: en la Unión Soviética. La misma sensación de alegría.
Aunque no lo parezca, procedimientos como los de obtener un pasaporte o participar en las elecciones, que son algo familiar para los residentes de Rusia, tienen un significado completamente diferente para la población de Donbass a causa de la actual guerra, la difícil situación económica y el estatus de repúblicas no reconocidas. Para muchos, no es un acto ordinario sino una oportunidad de sentir la conexión con Rusia y tener así la esperanza de un futuro normal para sí mismos y para el territorio.
Los medios ucranianos y los liberales rusos han intentado desacreditar el voto de la población de Donbass. Por ejemplo, no les ha gustado que algunas rutas de autobuses de la RPD/RPL primero llevaran a los viajeros a las oficinas del Servicio Migratorio de Rusia para recibir sus pasaportes y después fueran a votar. Quienes han querido ver algo negativo en ello no entienden que todos los residentes de la RPD/RPL reciben sus pasaportes en el territorio de la región de Rostov. Se lleva a las personas en autobuses que posteriormente les devuelve a la RPD/RPL. ¿Qué problema hay en matar dos pájaros de un tiro si se da la oportunidad? Así la población no tiene que viajar dos veces ni hay que transportarles dos veces. Esa población ha obtenido su pasaporte legalmente, ¿qué problema hay? Está claro que los periodistas ucranianos y liberales rusos no piensan mucho en los residentes de Donbass.
Los oponentes también alegan que se obligó a los ciudadanos rusos de las Repúblicas a votar. Puedo confirmar que hubo una campaña para que los ciudadanos rusos de Donetsk participaran en las elecciones. Pero nadie obligó a participar. Es más, ¿cómo se puede obligar a nadie a votar si, por ejemplo, van a votar online desde su casa? No hay forma. Solo cada persona sabe si ha votado. Todo fue completamente voluntario.
Es necesario tener en cuenta un aspecto importante del punto de vista de la población de Donbass. Existe un aforismo político que dice que “para los países árabes, apoyar a Estados Unidos es cuestión de supervivencia del régimen y para Israel, de supervivencia del Estado”. Parafraseándolo, para la RPD/RPL, la estabilidad en Rusia es la base de la supervivencia de las repúblicas de Donbass. Y la población de Donetsk y Lugansk es consciente de ello. Participar en los procesos políticos es una forma de impedir cataclismos.
Es probable que el intento de denigrar la voluntad de la población de Donbass continúe. Por ejemplo, ha aparecido en la red un vídeo en el que un administrador de sistemas supuestamente vota por toda la población activa de la RPL. En primer lugar, ¿quién en su sano juicio grabaría algo así en vídeo? En segundo lugar, el “administrador de sistemas” comenta sus actos y hace chistes, dando un aspecto de teatralidad a toda la cuestión. En tercer lugar, Donbass en una región industrial y el nivel educativo entre la población activa es lo suficientemente alto como para votar online por sí mismos. Para quienes no podían hacerlo, se instalaron centros especiales en los que se asesoró a la población, no sobre a quién votar, sino cómo votar.
Todo indica que el vídeo es un fake de bajo nivel. ¿Quién podría haberlo hecho? Por ejemplo, los servicios de seguridad de Ucrania. Es más, en Kiev estalló una verdadera histeria alrededor de la participación de la población de la RPD/RPL en las elecciones. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania apeló a no reconocer las elecciones y el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania amenaza con castigos a quienes contribuyeran a que la población de Donbass pudiera votar. En la Federación Rusa también hay quienes quieren sembrar dudas sobre la legitimidad de las elecciones y que podrían estar detrás del vídeo. Por cierto, algunas publicaciones liberales también han dado a entender que la población de Donbass no votó por sí misma. Este vídeo es muy útil para ellos para confirmar sus conjeturas.
¿Ha cruzado Donbass el Rubicón con las elecciones? ¿El camino es solo Rusia y no hay vuelta atrás? Es difícil dar una respuesta definitiva a estas preguntas. La cuestión de Donbass es de naturaleza geopolítica y, por el momento, los acuerdos de Minsk formalmente existen (aunque no funcionen) y es prematuro decir que Donbass se ha deshecho de la amenaza de volver a ser parte de Ucrania de nuevo. Al mismo tiempo, las negociaciones han alcanzado un punto muerto. Hasta tal punto que Francia y Alemania ofrecen que Rusia se reconozca a sí misma como el agresor, lo que es equivalente a prestarse voluntaria para recibir latigazos. Las reuniones siguen celebrándose solo por rutina.
Y las palabras de los políticos sobre la falta de alternativas a los acuerdos de Minsk suenan ya como el rezo de un ateo que no cree en Dios, pero que va a misa obedeciendo la tendencia social. Los segundos acuerdos de Minsk debían cumplirse en 2015. Ucrania los saboteó entonces, los sabotea ahora y los seguirá saboteando en el futuro. ¿Por qué no los rechazan por fin? Los políticos y diplomáticos de Berlín, París y Moscú comprenden que, si una de las partes rechaza de iure los acuerdos, puede comenzar una guerra a gran escala en Donbass. Nadie lo quiere. En el caso de Ucrania, no va a arriesgarse a dar ese paso. Así que el proceso de Minsk seguirá existiendo, aunque en realidad ya no exista. Aun así, si buscamos una analogía entre las elecciones y el Rubicón, podemos decir que Donbass ha llegado a la mitad del río, pero aún no ha llegado al otro lado.
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