Artículo Original: Andrey Manchuk
“La vida se ha hecho mejor, la vida se ha hecho más divertida”, estas famosas palabras de la época estalinista son ahora el leitmotiv de la prensa oficial ucraniana, que marca su estado cualitativo. Cada cual puede juzgar por sí mismo: en los últimos años, se ha prometido a los ucranianos el inicio de una vida mejor, que llegaría seguro tras la descomunización y las “reformas”. Hoy se les dice que el futuro feliz ya ha llegado y los ucranianos se ruborizan, sin saber cómo admitir un hecho tan obvio. Si eres pobre debe ser tu culpa, no puede ser en absoluto culpa del exitoso Estado ucraniano.
“Creo que hoy los ucranianos viven mejor de lo que han vivido nunca. Al mismo tiempo, nuestro problema es que a nuestros queridos ciudadanos les gusta mucho quejarse. Puede que sea por la deskulakización, Holodomor y otros hechos históricos. Sin embargo, los hechos son claros: los salarios están creciendo. Sí, algunos tienen menos y otros tienen más, pero la media sube. Es posible con la subida del salario medio que el de algunos baje, pero esos son problemas de personas específicas”, afirmó el falso experto en medios y bloguero de la corte Sergey Fursa.
Fursa incluso justificó su argumento: explicó que los ucranianos se han hecho ricos gracias al régimen de viaje sin visado a la Unión Europea, que les ha hecho felices como trabajadores de las granjas polacas. “Tras la apertura de las fronteras, los empleados ucranianos se han visto obligados a competir con los polacos, lo que ha llevado a un aumento de salarios. Y el crecimiento de los salarios bajos ha aumentado los ingresos del presupuesto”, insistió.
No es más que un intento de hacer pasar un serio problema como un gran éxito. Los ucranianos van en masa a Polonia a causa del crónico paro y bajos salarios en casa. La emigración masiva no mejora la situación de la economía ucraniana en ningún sentido. Al contrario, priva al país de personal cualificado, de trabajadores necesarios y de jóvenes en edad de trabajar, lo que ya amenaza con la abolición de las pensiones.
El optimismo de Fursa es compartido por otros muchos propagandistas, algo que ha sido especialmente notable en las reuniones de la conferencia Yalta European Strategy (YES), que se ha celebrado en Kiev bajo el patronazgo del oligarca Viktor Pinchuk y con la participación de oficiales euroatlánticos retirados y profesionales subvencionados ucranianos. Los oradores que participaron se regodearon del éxito del país de la dignidad y afirmaron que los ucranianos jamás han vivido tan bien como lo hacen desde Euromaidan.
“Según Stephen Sakura, ahora los ucranianos tienen la mejor vida del último siglo. Estoy de acuerdo con él, ¿y vosotros?”, escribió Gleb Vyshlinsky, director ejecutivo del Centro de Economía Estratégica y miembro del consejo de la plataforma Reactivación del Paquete de Reformas. Es más, citó las palabras de un periodista británico que probablemente sabe exactamente cómo viven los polacos y ucranianos ordinarios.
“Si no vives mejor que nunca, simplemente no eres ucraniano. Está claro, han pasado de prometer reformas para un futuro brillante a decir simplemente que el futuro brillante ya ha llegado y simplemente no te has dado cuenta. Cuando Fursa dijo eso, pensé que era solo otra estupidez. Pero no, es una nueva tendencia”, escribió irónicamente el periodista de Kiev Vyacheslav Chechilo.
Mientras tanto, los estudios sociológicos apuntan a un aumento sin precedentes de la pobreza entre la población ucraniana. Y lo que es más importante, la propia población admite su pobreza.
“La pobreza masiva de la población ucraniana ha sido mencionada más de una vez, pero los resultados recientemente anunciados de una encuesta del Servicio Nacional de Estadística han sorprendido a muchos. Valorando su nivel de bienestar, el 67% de los hogares ucranianos se percibieron como pobres y solo el 1% se consideró de clase media.
El resultado -que el 67% se autoperciba como pobre- es muy representativo. Como saben, la gente tiende a ser más optimista sobre su situación económica. Al evaluarse, al comparar sus vidas con las de los demás, tienden a ver características de la media. El hecho es que hoy hay un gran salto en el nivel de pobreza subjetiva, algo que, en primer lugar, confirma el empobrecimiento real de la población y que también indica un efecto en la conciencia de muchos residentes del país.
Después de muchos años de reformas de mercado y miles de garantías de los políticos, que les prometían una rápida mejora de la vida y un futuro europeo, se han dado cuenta de un hecho amargo pero obvio hace tiempo: sus expectativas no se han cumplido”, escribió la socióloga Vitalina Butkaliuk.
La situación de la población de Ucrania es difícil y en algunos lugares puede calificarse de crítica sin temor a exagerar. Según UNICEF, al menos 9,8 millones de ucranianos sufren de escasez de alimentos. En términos absolutos, Ucrania es el país peor alimentado de todos los países europeos. Más de un millón de personas sufren escasez aguda de alimentos, que ha aumentado en 200.000 personas desde el estudio de hace un año. Los productos esenciales suponen el 37,5% del salario mínimo de la ciudadanía ucraniana, uno de los peores datos del mundo.
Hablar del bienestar sin precedentes de la población ucraniana es, en este contexto, un cinismo e hipocresía sin precedentes. Pero los expertos ucranianos jamás se han preocupado por la creciente pobreza de sus robados compatriotas. Cuando hablan de la prosperidad de los ucranianos, se refieren a su propia prosperidad. Al fin y al cabo, los propagandistas cercanos a las autoridades se benefician de la corrupción y de las transferencias directas, aprovechándose de lo que se les entrega desde arriba.
Los principales beneficiarios de Euromaidan han sido los jóvenes reformistas, los activistas de ultraderecha y los oligarcas ucranianos, que se hacen más ricos a pesar de la desoligarquización anunciada por Zelensky. En el último año, el patrimonio de Rinat Ajmetov ha aumentado de 7.200 a 10.600 millones de dólares. Esta minoría, que es precisamente la clase política ucraniana, realmente vive mejor y es más feliz. Todos los demás tienen la culpa de sus propios problemas. Recuerden las palabras de Fursa.
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