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Alto el fuego, Donbass, Donetsk, DPR, Ejército Ucraniano, LPR, Minsk, Rusia, Ucrania

Para conseguir un objetivo político

Pese a la beligerante retórica de las últimas semanas, la situación se ha consolidado y, sin grandes ofensivas a la vista, el frente parece haber vuelto a los tiempos de Petro Poroshenko, con bombardeos diarios -volvieron a incrementarse ayer tras días de mayor tranquilidad- que Ucrania va a seguir utilizando para exigir ayuda a sus aliados.

Artículo Original: Denis Grigoriuk

Los mensajes alarmantes aparecen regularmente en Donbass. Empezando por el frente, donde periódicamente he escuchado de los soldados información sobre próximas escaladas que debían ocurrir en los siguientes meses. La fecha pasaba, pero entonces aparecía otra nueva. Junto a ella, los motivos por los que la escalada no se había producido todavía. Así se ha repetido periódicamente. Puede que fuera por eso por lo que no creí que en marzo de 2021 fuera a haber una ofensiva en Donbass. Me convencí de que nadie en el mundo iba a anunciar sus intenciones de antemano y si lo hacían tan claramente, eso debía indicar lo contrario.

Marzo ya es cosa del pasado, aunque algunos expertos esperaban que el primer mes de la primavera fuera a significar un punto de inflexión para Donbass. Lo único que recuerdo del mes pasado es la activa campaña de propaganda, que mostró que Ucrania está gobernada por personas procedentes del campo de la información que conocen bien el negocio. Así que, ahora, el objetivo de Kiev parece haberse conseguido y, por lo tanto, ya no es necesario empeorar la situación y la escalada tendrá que posponerse hasta el siguiente momento de necesidad.

Se cree que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, quería captar la atención de su homólogo estadounidense, Joe Biden. La llamada telefónica se produjo a principios de abril y desde ahí se produjo una caída de la retórica militarista y algo menos de actividad militar en el frente. Para que se vea que la afirmación no carece de base, haré un breve resumen de la situación militar según las partes en conflicto:

“Entre los días 10 y 11 de abril, el enemigo continuó infringiendo la actual tregua y cometió cuatro provocaciones en violación del segundo párrafo del paquete de medidas adicionales para reforzar y controlar el actual alto el fuego”, afirma el informe de la milicia de la RPD. Un mensaje similar de la RPL informa al día siguiente: “Según los observadores de la RPL en el Centro de Control y Coordinación Conjunto, no ha habido provocaciones del enemigo en el último día”.

“En el último día, 11 de abril, en la zona de la Operación de Fuerzas Conjuntas, las formaciones armadas de la Federación Rusa han violado el alto el fuego en seis ocasiones”, afirmó el cuartel general de la Operación de Fuerzas Conjuntas.

Son datos que no parecen indicar una escalada sino al contrario. Informes similares se publicaban cuando en Kiev estaban orgullosos de que en Donbass se disparaba menos. Entonces se vendía como si, de repente, alguien hubiera dejado de disparar.

En paralelo se han producido declaraciones políticas en Ucrania. Como era de esperar, han empezado a diferir de las militaristas afirmaciones de días anteriores. Ahora nadie dice que estén dispuestos a solucionar la cuestión de Donbass por lo militar. Al contrario, resulta que Ucrania no tiene planes de tomar los territorios fuera de su control por la fuerza. Supuestamente, alguien en Kiev realmente se preocupa por las vidas humanas.

“Ucrania no puede avanzar sobre su propio territorio y no puede luchar contra su propio pueblo. Por eso buscamos negociaciones en el formato Normandía y avanzaremos hacia la paz a través de todos los medios diplomáticos posibles”, afirmó la secretaria de prensa de Zelensky Yulia Mendel. “No nos lo podemos permitir. La única opción para que haya una solución militar es que se nos imponga. Pueden ocurrir muchas cosas en ese caso. Por ejemplo, nuestra contraofensiva como respuesta”, afirmó Alexey Arestovich, portavoz de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto.

Pero hay razones objetivas para esa retórica tan “pacífica” y, por supuesto, no tienen nada que ver con la preocupación por la población civil. La postura de la Federación Rusa es la culpable de todo. Durante la fase de escalada informativa del conflicto en Donbass, los políticos rusos han dejado claro que Moscú no se quedaría mirando en caso de una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania sobre las repúblicas de Donbass. Kiev lo ha comprendido, como evidencian las declaraciones de Arestovich: “Si vamos a la ofensiva ahora, nos encontraremos inmediatamente con tropas rusas. Sería el inicio de fuertes y sangrientas batallas, con proyectiles de ambos bandos sobre la población civil. No es una decisión que sea productiva en esta fase”. Recordemos que Arestovich negó la muerte de un niño en Alexandrovskoe, pero ahora, de repente, dice que las vidas de los civiles de Donbass son importantes para Ucrania.

Es evidente que Ucrania haría la vista gorda ante las bajas civiles y el apoyo de Rusia a las repúblicas si Kiev tuviera un ejército potente y un aliado político en forma de superpotencia o alianza militar. Pero, aparentemente, Estados Unidos no está dispuesto a sacrificarse por el gobierno ucraniano, exactamente igual que la OTAN. E incluso el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, tras su reunión con Zelensky, dejó claro que cree que Kiev debe continuar con los acuerdos de Minsk.

“Creemos que la actual crisis puede resolverse por medios políticos y diplomáticos y dentro del marco del derecho internacional. Queremos que la tensión se rebaje más rápidamente y que se restablezca la paz en el marco de los acuerdos de Minsk. Estamos dispuestos a apoyar ese proceso”, afirmó el líder turco. Hay que recordar que durante la guerra de Nagorno-Karabaj, Erdoğan no apoyó el escenario pacífico, ya que no era provechoso ni para Turquía ni para su aliado. Así que Ankara apoyó a Bakú con todos los medios posibles y logró su objetivo por la fuerza militar. La retórica ahora es diferente.

Sin embargo, los periodistas ucranianos siguen con su lucha. Como es habitual, no son más que ilusiones. Una vez más, utilizan técnicas ya utilizadas en tiempos de Petro Poroshenko. Una vez más, la prensa ucraniana informa de que “Rusia se prepara para la ofensiva” y la principal prueba es la llegada de corresponsales famosos a la RPD. Es verdad que el columnista de Komsomolskaya Pravda Dmitry Steshin, el autor del proyecto Wargonzo Semyon Pegov y el editor-jefe del Servicio Analítico de Donbass Yuri Kotenok han llegado a Donbass. Así lo han confirmado en sus redes sociales. ¿Pero es eso prueba de que se acerca una ofensiva militar? No lo es, especialmente si tenemos en cuenta que todos ellos visitan regularmente ambas repúblicas, de lo que abiertamente escriben en sus perfiles. Pero ahora es preciso utilizarlo para que la realidad encaje en una teoría.

Lo más triste no es esta forma en que actúan los periodistas ucranianos -llevan mucho tiempo haciéndolo- sino que la muerte de un niño en Alexandrovskoe, el asesinato de un pensionista a manos de un francotirador ucraniano, los bombardeos de Staromijailovka, Yasinovataya, Zaitsevo y otras localidades era necesario solo para conseguir un objetivo político y que Donbass sigue en un estado de ni guerra ni paz.

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