Las minas han sido, en las últimas décadas, una de las principales bases de la economía de Donbass, una zona proletaria e industrial con una gran densidad de población que vivía del trabajo de la industria y del carbón. La guerra, la reorientación de la economía ucraniana hacia la Unión Europea y la coyuntura mundial, que prima otras fuentes de energía en perjuicio del carbón, han supuesto para la zona una dificultad añadida para la parte de Donbass bajo control ucraniano. Si la industria ha perdido su mercado natural -Rusia, ya que no hay especial interés de la Unión Europea por los productos industriales ucranianos-, el carbón se ha visto perjudicado tanto por el interés europeo de reducir las emisiones como por la fuerte caída que ha sufrido la industria del país.
Desde la victoria de Euromaidan, las noticias sobre huelgas mineras han sido prácticamente constantes, como también lo han sido los impagos de salarios de una población a la que no se ofrece ninguna opción: ante el posible cierre de minas, que han dejado de ser rentables, Ucrania no ofrece alternativa alguna a toda una población que vivía de la industria y de las minas. La situación continúa empeorando, en parte también gracias a la actuación de las autoridades de Kiev en favor de la privatización y progresivo abandono de base económica de la zona.
Artículo Original: Antifashist
Mijail Volinetsk, presidente del Sindicato Independiente de Mineros, ha calificado la situación de la industria minera en la parte de Donbass controlada por Ucrania de “sabotaje y crimen”.
“Lo que está ocurriendo con el suministro de carbón en las regiones de Donetsk y Lugansk es un sabotaje y es un crimen. El Consejo de Ministros deja a cinco millones de ciudadanos de Ucrania sin luz, abandona la infraestructura y los residuos manufactureros, pone en riesgo las viidas y la salud de los mineros y deja a 5000 ingenieros obligados a retirarse o a abandonar el país”, afirmó el sindicalista.
Volinets considera que la situación es culpa del ejecutivo ucraniano, que confiscó las cuentas y las propiedades de quienes suministran electricidad a la región, la “Compañía Energética de Lugansk” y de dos estructuras de DTEK, propiedad del oligarca ucraniano Rinat Ajmetov.
Volinets también está convencido de que la confiscación y posible venta de las propiedades de los suministradores de energía causará que se inunden las minas más grandes de la región. Eso supondría una carencia del carbón necesario para suminsitrar electricidad a los ucranianos [por no hablar de lo que supondría para los mineros, cuyos empleos estarían en serio riesgo-Ed].
Como ya se había informado anteriormente, los mineros se encuentran en huelga.
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