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Estados Unidos, Ucrania, Volker, Zelensky

Consecuencias de un escándalo

Artículo Original: Vzglyad

El escándalo ucraniano-estadounidense continúa revelando la trastienda de la política mundial. En primer lugar, la audiencia mundial conoció por primera vez cómo son las conversaciones telefónicas del presidente de Estados Unidos con los jefes de Estado de países satélite. Ahora, gracias al testimonio del representante del Departamento de Estado de Estados Unidos, Kurt Volker, se está conociendo cómo Kiev recibe instrucciones de Washington y si la administración ucraniana tiene margen de maniobra en esta relación.

En Estados Unidos, el escándalo ucraniano no se rebaja, ya que el presidente Donald Trump se enfrenta a un impeachment. Esta semana, el Congreso ha celebrado vistas a puerta cerrada con la participación del ahora ex representante del Departamento de Estado. También se ha hecho pública la correspondencia de Volker con Gordon Sondland, embajador de Estados Unidos en la Unión Europea, Rudi Giuliani, abogado de Trump y Andiry Yermak, asesor de Volodymyr Zelensky.

Presionar a Ucrania: cómo se hace

Según el diario ucraniano Strana, del testimonio de Volker se ha conocido que fue interrogado sobre la conversación telefónica que se produjo el 25 de julio entre Zelensky y Trump. La semana pasada, estalló el gran escándalo en Estados Unidos alrededor de esa conversación. Un denunciante anónimo afirmó que, en el transcurso de la conversación con Zelensky, Trump trató de presionar a su interlocutor. Concretamente, el líder estadounidense pidió una investigación sobre la compañía de gas Burisma Holdings, en cuyo consejo de administración está Hunter Biden, hijo del exvicepresidente Joe Biden. Biden es uno de los posibles rivales de Trump en las próximas elecciones. Los Demócratas en el Congreso entendieron las palabras de Trump durante su conversación con Zelensky como una forma de tratar de impedir que Biden gane las elecciones y lo han considerado suficiente para iniciar un procedimiento de impeachment contra Trump. La Casa Blanca, por su parte, publicó una transcripción de la conversación entre los dos líderes, pero los Demócratas no se han echado atrás y continúan preparando el impeachment.

Dos semanas después de la conversación telefónica entre Trump y Zelensky, Volker coordinó con Giuliani y Sondland el texto para un comunicado del presidente de Ucrania sobre el caso contra Joe Biden y la interferencia en las últimas elecciones presidenciales en favor de los Demócratas. Tras el anuncio de ese comunicado, Zelensky recibió la confirmación de una reunión personal con Trump en la Casa Blanca [que Ucrania llevaba semanas buscando-Ed]. “Lo principal es que Zelensky afirmó que ayudaría en la investigación y que prestaría atención a los asuntos personales de las personas mencionadas”, le explicó Volker al embajador.

En su correspondencia con Yermak, a quien se encargó que preparara un borrador de la declaración en nombre del presidente ucraniano, Volker insistió en que, cuando Zelensky convenciera a Trump de que se iniciaría una investigación, “definitivamente fijaremos una fecha para la visita a Washington”. Más adelante, Volker envió al asesor de Zelensky un borrador del comunicado. Concretamente, afirmaba que es necesario prestar “especial atención” al problema de las interferencias de políticos ucranianos en los procesos políticos de Estados Unidos” y hace falta “completa transparencia y una investigación imparcial sobre todos los hechos y episodios, incluidos aquellos relacionados con Burisma y las elecciones de 2016 en Estados Unidos”. Zelensky no publicó el comunicado, pero durante la conversación telefónica expresó su disposición a iniciar tal investigación. La fuente de Washington citada por Strana afirma que el equipo de Zelensky prometió que ayudaría a acabar con Biden, pero que solo lo haría después de que se produjera la invitación a la Casa Blanca, “y Trump retrasó la invitación porque no había confirmación de que Kiev iba a investigar a Biden”. “En cuanto conozcamos la fecha exacta de la reunión, celebraremos una rueda de prensa en la que anunciaremos la visita y las líneas principales de la estrategia para reanudar las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania, incluyendo, entre otras cosas, la investigación sobre Burisma y las interferencias en las elecciones”, escribió Yermak a Volker el 10 de agosto.

Según Volker, Trump habló de forma poco favorecedora sobre Ucrania, al que calificó de “un país corrupto con gente terrible” que “me quieren derribar”. “Me pareció que estaba claro que, pese a las noticias positivas y recomendaciones planteadas por la delegación oficial sobre el nuevo presidente, el presidente Trump tenía una imagen profundamente negativa de Ucrania”, explicó Volker en la vista.

Al mismo tiempo, los Demócratas en el Congreso solicitaron a la Casa Blanca nuevos documentos para la investigación del impeachment. Según Trump, serán los abogados de su administración quienes decidan el resultado de la petición. Según TASS, los autores de la petición están “muy decepcionados con el hecho de que el presidente Trump nos haya puesto a nosotros y a todo el país en esta posición”. “Sus actos no nos dejan otra opción que enviar esta petición”, añadieron los congresistas.

La denuncia inicial fue planteada por un oficial de la inteligencia estadounidense. Según The New York Times, el oficial tiene información específica sobre el caso, ya que el inspector general de la comunidad de inteligencia, Michael Atkinson, le solicitó ayuda para estudiar la queja de un primer informante.

Volker contra Trump

Volker, que dimitió a causa del escándalo, se justificó en la vista afirmando que no fue hasta septiembre cuando se enteró por la prensa de que, en la conversación telefónica, Trump había pedido a Zelensky que investigara a Biden. Sin embargo, fuentes del Departamento de Estado afirman que Volker miente, ya que “trabajaba para los dos bandos”, tenía amigos entre los Demócratas, había ayudado a Trump y “cuando la inteligencia sacó su nombre en un memorando de la CIA que decía que conocía la conversación, dimitió y testificó en el Congreso para lavarse la cara. De hecho, ahora está trabajando contra Trump”.

Como se conoció el sábado, se baraja la posibilidad de que sea nombrado para sustituir a Volker Michael Kostiv, de 72 años, que desde 2011 es vicepresidente de la Asociación Americana de Geólogos del Petróleo y que es uno de los asesores del Director de Inteligencia Nacional Dan Coats. En los años setenta, Kostiv fue agente de la CIA y, tras un despido escandaloso (fue sorprendido robando bacon en un supermercado) trabajó durante dos décadas en la compañía de gas y petróleo Chevron. A mediados de los noventa, fue jefe de gabinete de los republicanos en el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, presidido por John McCain.

Hay que decir también que, al mismo tiempo que se está produciendo el escándalo, Trump ha ordenado el cese de una gran cantidad de empleados del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. El Consejo emplea a unas 300 personas, muchas de ellas procedentes del Departamento de Estado, el Pentágono y las agencias de inteligencia. La estructura fue creada al principio de la guerra fría para coordinar los diferentes departamentos en la confrontación con la Unión Soviética. Algunos analistas ven en los ceses un vínculo con el escándalo ucraniano. Sin embargo, otros muchos argumentan que se trata de un reajuste previamente planificado relacionado con el cese de John Bolton como asesor de seguridad nacional.

Las consecuencias de imagen

Mientras tanto, la prensa mundial continúa discutiendo las consecuencias que la participación en la escandalosa conversación telefónica podría tener a nivel de imagen. Por ejemplo, en un artículo publicado en The New York Times, la periodista francesa Sylvie Kaufmann afirma que Zelensky se mostró como “un líder débil y sin preparación” en la conversación telefónica con Trump, con la que ha arruinado su reputación al principio de su carrera política.

El director del Fondo de Política Ucraniana, Konstantin Bondarenko, no cree que la publicación de la información sobre cómo los americanos imponen sus intereses en Kiev vaya a afectar negativamente a la población de Ucrania. “De hecho, en los últimos cinco años, Ucrania ha estado bajo férreo control de Estados Unidos y puestos de tercer nivel, como el que ocuparon Victoria Nuland o Kurt Volker, han determinado la política exterior de Ucrania e incluso los nombramientos de personal”, recordó Bondarenko. El analista añadió que, antes que Zelensky, era Poroshenko el que coordinaba los comunicados con el gran jefe. “No creo que nadie vaya a sufrir por esto. Habría sido una sorpresa mucho mayor si Kurt Volker hubiera dicho que Zelensky no hizo caso a Trump”.

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