En los últimos días, ha aparecido en la red un vídeo que muestra lo que aparentemente es una asesinato a sangre fría de un grupo de soldados. ¿Crimen de guerra o defensa propia?, se preguntaba The New York Times, que ha verificado las imágenes y comprobado que se produjeron en el lugar que Rusia afirma que se produjeron y que las víctimas son soldados rusos capturados. Sin embargo, al contrario que los soldados rusos, de los que se da por hecho sin necesidad de pruebas que portan “kits de violación”, realizan violaciones masivas, torturan y asesinan gratuitamente, los soldados ucranianos siempre obtienen de la prensa el beneficio de la duda. Desde Rusia, por su parte, apuntan a que no se trata del primer incidente similar y se asume que posiblemente tampoco sea el último.
Artículo Original: Alexander Kots / Komsomolskaya Pravda
Primero apareció un vídeo tomado por un dron (no lo publicamos por motivos éticos). Más de una docena de soldados ensangrentados yacían boca abajo y sin señales de vida. El público ucraniano abrazó alegre esas imágenes y difundieron la “heroica” noticia sobre cómo las posiciones rusas habían sido destruidas por el fuego de mortero. A nadie le pareció raro que no hubiera un solo sonido de ametralladora en el vídeo, ni que los charcos de sangre estuvieran en la zona de la cabeza.
Después aparecieron otras imágenes, con las que quedó absolutamente claro cómo habían muerto esos soldados. Varios soldados ucranianos rodearon un sótano en el que se escondían los soldados rusos. Se les ofreció la ocasión de rendirse. Uno a uno, salieron a la luz desarmados y se tumbaron boca abajo. De repente, se escuchan disparos y la cámara va al suelo. Si se observan los dos vídeos en el orden inverso al que fueron publicados, es evidente que los soldados que se habían rendido fueron asesinados a sangre fría, a bocajarro. Los asesinos no se molestaron en ocultar sus caras. Dos de ellos ya han sido identificados. Proceden de la región de Novonolnuinsk, eran compañeros de colegio y tocaban juntos en un bar. Hay imágenes que lo muestran.
Eran estudiantes corrientes y cantaban en ruso. Son parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania, no de un batallón nacionalista, sino del ejército regular. ¿Cómo es posible que se hayan convertido en asesinos sin piedad? Todo es sencillo. Se ha legalizado la atrocidad, que Ucrania ha venido practicando en los últimos años. Prisiones secretas, tortura, violación, ejecuciones extrajudiciales… Episodios de este tipo han sido verificados por organizaciones occidentales defensoras de los derechos humanos. Desde Amnistía Internacional a la ONU. ¿Han escuchado hablar de la necesidad de juicio de alto perfil para juzgar estos crímenes en Ucrania? ¿Qué los socios occidentales exijan a Kiev una investigación? Por supuesto que no.
Es más, con el inicio de la operación especial, Ucrania excarceló oficialmente a prisioneros que habían sido condenados por serios crímenes [es el caso del Batallón Tornado, cuyos crímenes contra la población de Donbass eran tan graves que Ucrania no les aplicó la amnistía ad hoc que había decretado para los veteranos de ATO–Ed]. Recuerden la primera fase de nuestra operación. Prisioneros asesinados delante de las cámaras, cuellos cortados, disparos a las rodillas. No dudaron en grabarlo porque eran conscientes de que se saldrían con la suya. Es una forma legalizada de atrocidad, practicada por las autoridades ucranianas ante el vergonzoso silencio del “civilizado Occidente”.
[Ayer], Valery Fadeev, presidente del Consejo de Derechos Humanos, afirmó que se disponía a enviar las imágenes de la ejecución de prisioneros de guerra rusos a 2000 direcciones, entre ellas la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la OSCE, el Consejo de Europa, Amnistía Internacional, el Comité Internacional de Cruz Roja, etc. Por cierto, ¿saben si Cruz Roja hizo algo sobre el vídeo de Kupyansk, que también le fue remitido? En él, “patriotas ucranianos” lanzaban los cuerpos de aquellos que consideraban “colaboracionistas” a un foso. Las imágenes fueron enviadas a las oficinas de Cruz Roja en Kiev. La pregunta de si se debe esperar una investigación es retórica.
Sin embargo, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha asegurado que lo valorarán “con toda la atención posible”. Personalmente, no tengo grandes esperanzas. Tampoco las tienen nuestros soldados. El enemigo no tiene reglas ni convenciones, así lo ha demostrado una y otra vez. Antes o después, eso se volverá en su contra. Cuando el péndulo golpee en dirección opuesta, estos soldados serán recordados en las 2000 direcciones a las que se ha enviado el vídeo.
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