A pesar de los repetidos fracasos en su intento de recuperar los territorios perdidos de Donbass por la fuerza militar primero y a base de exigencias de reescritura de los acuerdos firmados -exigiendo, en la práctica, un desarme y rendición unilateral de la RPD y la RPL a cambio de vagas promesas de cumplimiento parcial de los acuerdos firmados en 2015-, Ucrania continúa con sus planes unilaterales sobre qué hacer con el territorio de Donbass una vez recuperado.
Para ello, Kiev parece haber reconocido finalmente que será preciso un cumplimiento, o una simulación de cumplimiento, de los acuerdos de Minsk, siempre según su interpretación. Esa certeza, nacida fundamentalmente de la negativa rusa a forzar esa rendición unilateral exigida por Kiev, reinicia el círculo vicioso en el que Ucrania propone nuevamente la introducción de una fuerza de paz de Naciones Unidas para Donbass. Rechazada en numerosas ocasiones esa propuesta -que supondría una solución militar a la situación-, Kiev sigue tratando de reescribirla para volver a exigirla.
En esta ocasión ha sido Vitold Fokin, representante de Ucrania en Minsk, mano derecha del líder de la delegación ucraniana y exprimer ministro del país en el primer Gobierno después de la independencia. Su propuesta, inaceptable a todas luces para Donbass y para Moscú, ya que no solo supondría infringir los acuerdos de Minsk sino que sería una rendición política completa, viene acompañada esta vez de la implantación de un Gobierno provisional que celebrara elecciones en Donbass.
Pero la parte más interesante de las últimas declaraciones de Fokin está relacionada con el día después de la vuelta de Donbass a Ucrania. Kiev busca ya cómo introducir al gran capital -oligarcas nacionales e inversión extranjera, obviamente occidental- para una reconstrucción de la zona en los mismos términos que las reformas que se están produciendo en Ucrania. Sin tener aún el control del territorio, el Gobierno busca ya cómo distribuir la tierra.
Así lo recogía ayer Ukraina.ru
El jefe adjunto de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto, Vitold Fokin, afirmó que se está trabajando en un programa para crear en Donbass una zona franca que incluye el derecho de uso de la tierra. Así lo afirmó el lunes, 21 de septiembre, en el aire en Radio Ucrania.
“¿Qué es una zona franca? ¿Quién puede formular algo así? El hecho es que nadie tiene una definición específica. Estoy trabajando con una persona muy inteligente sobre qué estatus específico debe garantizarse a la zona de libre comercio. La idea es extremadamente atractiva y real. Revelaré una pequeña parte del misterio. El programa en el que estoy trabajando actualmente con el autor de la idea es utilizar el método del derecho romano de otorgar derechos legales según la jurisdicción de los estados más potentes del mundo, entregar la tierra una vez comprendido el programa”, afirmó Fokin.
Fokin apuntó que, según ese principio, la tierra permanecería técnicamente como propiedad estatal, aunque sería gestionado por los inversores, entre ellos inversores extranjeros. “Si un extranjero viene y dice: construiré casinos, lugares de entretenimiento. Entonces ven, te dejamos pasar, aunque no te demos la tierra. Y otro viene y dice: quiero construir una fábrica para producir aquí. No es un alquiler, es una cesión. Esta tierra no deja de ser estatal, sino que se entrega a manos de una persona que incluso tiene el derecho de transferir era tierra como herencia”, afirmó Fokin. En su opinión, un programa así garantizará la seguridad de las inversiones en Donbass.
Anteriormente, el jefe de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto, Leonid Kravchuk, ya había planteado la posibilidad de crear una zona de libre comercio que contribuya a la resolución del conflicto.
-Ukraina.ru
Kiev intenta, por medio de este tipo de propuestas, modificar la estructura económica de Donbass, cediendo su tierra e introduciendo inversión extranjera, obviamente occidental teniendo en cuenta que la administración Zelensky continúa calificando a Rusia de Estado agresor, para tratar así de recuperar, no solo el control político sino el control económico. Todo ello sin intención alguna de contar con la opinión de la población, a la que pretende imponer su modelo económico y su interpretación de los acuerdos de Minsk, una interpretación según la cual Donbass no cuenta con derecho político alguno. Las últimas propuestas apuntan a que tampoco se prevé que Donbass tenga derechos económicos.
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