Desde que, en noviembre de 2014 y por decreto presidencial del entonces presidente Poroshenko, la línea de contacto entre las partes en conflicto se convirtiera en la frontera de facto entre las Repúblicas Populares de Donbass y Ucrania, los puestos de control a través de los que se produce el cruce se han convertido en un riesgo más en la vida de la golpeada población de Donbass. Además de los bombardeos, que a pesar de los procesos de alto el fuego nunca ha sido completo en la línea del frente, o de la guerra económica que supone el bloqueo bancario, comercial y de transporte, el viaje entre Ucrania y la RPD/RPL es un riesgo añadido a unas vidas ya de por sí vulnerables.
Los datos recogidos por la OSCE y por las autoridades ucranianas hablan de miles de cruces de frontera en ambas direcciones, en muchos casos para acudir al puesto de trabajo situado en el lado opuesto. Sin embargo, el propio bloqueo económico y el impago de pensiones a los pensionistas residentes en la RPD y la RPL ha hecho que sean los jubilados los que con más peligro han de embarcarse en un viaje del que no siempre regresan. Con el riesgo especialmente agudo en invierno a casusa de las bajas temperaturas y las condiciones de los puestos de control, muchos son los casos conocidos de fallecimientos en los puestos de control. La OSCE, con una serie de datos sin duda incompletos, ha realizado un primer informe sobre las consecuencias que en la población más vulnerable tiene el bloqueo de transporte y el sistema de puestos de control impuesto por Ucrania hace ya cinco años.
Artículo Original: Antifashist
La OSCE ha publicado un informe según el cual desde enero de 2018 hasta el 1 de noviembre de 2019 han muerto cuarenta personas en el proceso de cruce de frontera entre los puestos de control de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y la parte de Donbass controlada por Ucrania. 36 de ellos tenían más de sesenta años.
Según la organización, el motivo del riesgo para la salud, que puede llegar a causar incluso la muerte, es la falta de infraestructuras, por lo que la población ha de esperar al descubierto y sufriendo el mal tiempo durante horas para un proceso de tránsito de los puestos de control que se alarga extensamente.
Otro riesgo para la salud y para la vida de los residentes de Donbass son los campos minados y los disparos que regularmente se producen en la zona de los puestos de control. Por ejemplo, en este periodo, la OSCE ha registrado 22.000 casos de infracciones al alto el fuego. Diez civiles han resultado heridos, tres de los cuales murieron.
“Tres bajas civiles se produjeron cerca del puesto de control de Elenovka, en la zona fuera de control del Gobierno, y otras tres en el incidente en la zona entre el puesto de control de Marinka y el puesto de control de los grupos armados cerca de Kremenets. Otra víctima se produjo en la zona del puesto de control de Gnutovo”, precisó la organización.
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