Artículo Original: Colonel Cassad
Zelensky sigue soñando con “el futuro” de la península. En una entrevista recientemente publicada en su página web, el presidente ha compartido con todo el mundo las bonitas revelaciones sobre el futuro de Crimea y Donbass sin Ucrania.
“Esa es una de las preguntas más difíciles. Personas que no viven en Ucrania a veces dicen que todo está claro con Donbass, que volverá, pero que Crimea no volverá. Otros, incluso en Ucrania, dicen que Donbass volverá y que Crimea puede que vuelva una vez que haya un cambio en la presidencia rusa.
Yo estoy en otro paradigma. Para mí, Crimea y Donbass nunca se han ido, son definitivamente nuestros territorios. Y no estarán felices sin Ucrania. Lo vemos en los territorios donde hay una ocupación: en Abjasia, Transnistria, etc. No he visto ningún gran avance científico, grandes empresas ni rascacielos de Hong Kong allí. No he visto vida allí. Por eso no veo felicidad allí. Y cuando las personas son infelices, se marchan del territorio. Así que será territorio muerto. Será peor que Chernóbil. Porque hasta en Chernóbil hay turistas. Pero esas serán regiones muertas, por desgracia.
Nuestra gente sobre el terreno debe comprender que son todos ucranianos y tienen que luchar por estar en Ucrania. Exactamente igual que los ucranianos en los territorios controlados quieren estar con ellos. Porque yo sé que muchos civiles viven allí como cautivos. Pero se consideran ucranianos.
Hay personas en Crimea que una vez gritaron que Rusia vendría y se convertirían en la perla del mar. No ha pasado nada de eso. Ha empeorado, no hay turismo, no hay empresas, no hay trabajo, han subido los precios, no hay agua. Así que creo que no hay futuro para ellos sin Ucrania”.
Una clara ilustración de las tesis “noticias de un mundo paralelo” que solo existe en la cabeza de Zelensky. Aunque, en realidad, él mismo sabe que está mintiendo y que está obligado a adherirse a la misma línea de propaganda creada en tiempos de Poroshenko. Evidentemente, no está dirigida a los residentes de Crimea y Donbass, que son perfectamente conscientes de cuál es la realidad.
En el caso de Donbass, contra el que Ucrania libra una guerra, es Ucrania -y Zelensky personalmente- quien está haciendo todo lo posible para empeorar la vida de la población de la RPD y la RPL, para crear así una figurada zona de exclusión, por lo que la población allí tiene que ser infeliz. En cuanto la población de Donbass se libre de la amenaza de Ucrania y de Ucrania en general, serán mucho menos infelices, ya que las Repúblicas podrán dirigir parte de sus recursos a recuperarse de las consecuencias de la agresión ucraniana y al desarrollo económico en lugar de luchar contra Ucrania.
Lo mismo se puede decir que Crimea. Mientras la población de Ucrania desciende rápidamente, la población de Crimea y Sebastopol aumenta. Es más, en 2020, pese a la caída de población en Rusia, Sebastopol se ha convertido en el líder de crecimiento de población. Si en tiempos de Ucrania residían allí menos de 400.000 personas, ahora son oficialmente más de 500.000 y extraoficialmente, hasta 650.000. Algunos de ellos son antiguos ciudadanos de Ucrania que han abandonado el país del victorioso Euromaidan para marcharse a la zona Chernóbil de Crimea. Se habla ya de que, en 2030, Sebastopol sea una ciudad de un millón de habitantes. Ese es el territorio muerto, peor que Chernóbil.
Es curioso escuchar que nadie viaja a Crimea, cuando desde 2014 el flujo de turistas ha aumentado cada año, solo por detrás de los datos de los tiempos soviéticos y superando el número de turistas de tiempos de Ucrania. Solo el coronavirus ha hecho temblar esa tendencia, pero incluso en las condiciones actuales, las autoridades de Crimea se preparan para recibir diez millones de turistas este año. Y lo que es más importante, cada año, una parte importante de ese turismo es de residentes de Ucrania, que se ríen de las historias de terror de Poroshenko y Zelensky y se van de vacaciones a Crimea para ver con sus propios ojos el puente de Crimea, el aeropuerto de Simferópol, la autopista de Tavrida, el renovado centro de Sebastopol y todo lo demás, todo ello “filmado en los estudios de Mosfilm”, claro. Ni una sola región de Ucrania ha implementado tantos proyectos de infraestructuras en los siete años desde Euromaidan.
Ucrania, por su parte, también puede hablar de territorio muerto. Es lo que ha demostrado en los territorios de Donbass ocupados por las Fuerzas Armadas de Ucrania. Y no solo en Donbass, se puede observar el nivel de desarrollo en las regiones de Jerson y Nikolaev. ¿Qué tal está el mítico astillero en el que, en tiempos de una vieja civilización fuertemente desarrollada, se construían portaaviones? Aquí, en Kerch, donde la planta local Zaliv estaba medio muerta en tiempos de Ucrania, ahora se construyen dos portahelicópteros de forma simultánea. Serán los buques más grandes que se construyan en el mar Negro tras el colapso de la Unión Soviética.
Y sobre Hong Kong. No hace tanto, los camaradas chinos pudieron sentir en carnes propias cuál es el “desarrollo de Ucrania”, cuando adquirieron una empresa que les fue arrebatada [se refiere a Motor Sich, cuya compra fue vetada por Estados Unidos, alegando motivos de seguridad nacional-Ed]. ¿Dónde irán las grandes empresas con esas perspectivas?
Y así, Zelensky defiende que la población que reside en Crimea “debe querer estar en Ucrania”, debe querer estar con Zelensky y los fascistas a su alrededor. La propia construcción de la frase indica que la población en Crimea y Donbass no quiere estar en Ucrania, aunque según Zelensky deberían quererlo. ¿Por qué esa discrepancia? ¿Por qué no quiere la población de Donbass y Crimea estar en Ucrania y quiere vivir en el Chernóbil de Crimea en lugar de en Ucrania? ¿Por qué, a pesar de todos los problemas objetivos que existen en Crimea, y más aún en Donbass, donde hay una guerra, la población prefiere esa zona muerta a lo que ocurre en Ucrania y que Zelensky califica de felicidad? El truco es que en Crimea y en Donbass se considera felicidad estar lejos de Ucrania en su forma actual. Lejos de Zelensky, de los nazis, de los ucranizadores, de los culpables de todo lo que está ocurriendo allí.
Así que Zelensky se ve obligado a afirmar retóricamente que deberían amarnos y deberían querer estar con nosotros. Por supuesto, él comprende todo perfectamente, pero tiene que pretender que la población de Donbass y Crimea es estúpida y no entiende cómo es la Ucrania moderna, un saco roto lleno de nazis. Pero no se han dado cuenta ahora o hace dos años. Lo comprendieron ya en 2014, cuando quedó claro para muchos qué estaba ocurriendo. Las conclusiones de la felicidad ucraniana y sus perspectivas se sacaron ya entonces y los referendos pertinentes dijeron NO a Ucrania. Podrían haber dicho SÍ, pero no lo hicieron porque ya se habían sacado todas las conclusiones. Todas las ilusiones sobre la Ucrania postsoviética se disiparon tras la masacre de Odessa, cuando la vieja Ucrania ardió final y espectacularmente. Y nadie lo ha olvidado.
Podemos discutir los problemas objetivos de la vida en Crimea, la RPD y la RPL cuanto queramos. Existen y seguirán existiendo, entre ellos el deseo de los fascistas de convertir Crimea y Donbass en una zona muerta de cualquier forma posible para vengarse así de todos los que dijeron NO a Ucrania. Pero lo principal es que, para solucionar los problemas, la población sabe que tendrán que hacerlo con Rusia y no con Ucrania, porque Ucrania y solucionar problemas no pueden pronunciarse en una misma frase.
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