A lo largo de la mañana de ayer, 2 de marzo de 2023, los servicios de seguridad rusos anunciaron un incidente en el que un grupo de sabotaje procedente de Ucrania habría cruzado la frontera en la región de Briansk y, en un acto calificado de terrorista, disparó contra una un vehículo en movimiento causando la muerte de un civil y heridas a un niño de diez años. Aunque llegó incluso a especularse con la posibilidad de que un grupo hubiera tomado rehenes, no hay confirmación alguna de que tal incidente tuviera lugar. Sin embargo, coincidiendo con la denuncia rusa, el llamado Cuerpo de Voluntarios Rusos, RDK por sus siglas en ruso, publicó un vídeo en el que su líder Denis Kapustin «Nikitin», White Rex, anunciaba que el grupo había cruzado la frontera. Con el estandarte de su legión rusa en mano, afirmaban haber cruzado la frontera estatal y, tras negar haber atacado a civiles, apelaban a la población rusa a “dejar de ser esclava” y derrocar al “régimen de Putin”, objetivo claro marcado por el grupo.
Pese a tratarse de un batallón ya mencionado incluso por grandes medios internacionales y cuyo líder es una figura relativamente conocida en el mundo de la extrema derecha, expertos, analistas y periodistas occidentales colocaron ayer comillas al nombre Cuerpo de Voluntarios Rusos, dando así cierta credibilidad a las alegaciones del Gobierno ucraniano. En su habitual tono de burla, Mijailo Podoliak escribió en su cuenta de Twitter que “la historia sobre el grupo de sabotaje ucraniano en la Federación Rusa es la clásica provocación deliberada”, apelando nuevamente a la idea de que Rusia realiza atentados de falsa bandera contra sí misma. “La Federación Rusa quiere justificar el ataque contra otro país y la creciente pobreza después de un año de guerra”, continuaba Podoliak, sin importarle que los datos de crecimiento de la pobreza en Ucrania hayan sido en este año absolutamente escandalosos pese a la asistencia económica constante que Kiev recibe de sus socios. Finalmente, el asesor de la Oficina del Presiente llegaba a su mensaje principal de amenaza futura: “El movimiento partisano en la Federación Rusa se está haciendo más fuerte y más agresivo. Temed a vuestros partisanos”, insistía sin explicar por qué afirmaba tanto que todo había sido una falsa bandera y, a la vez, un acto partisano.
También la declaración del Directorio Principal de Inteligencia (GUR) del Ministerio de Defensa de Ucrania niega la acusación de Podoliak de ataque de falsa bandera. Andriy Yusov, en calidad de portavoz de la inteligencia militar, afirmó que “Eso que llaman la Federación Rusa es una entidad absolutamente inestable con un gran número de conflictos internos: interétnicos, sociales y políticos. Y, de hecho, concretamente, esas cosas indican una confrontación dentro de la Federación Rusa entre ciudadanos de la propia Federación Rusa”.
Esta versión de un “acto partisano ruso” no solo choca con la realidad de que el líder del grupo y protagonista de la reivindicación de la acción, Denis Nikitin, reside desde hace varios años en Ucrania sino por la presencia del grupo en actuaciones similares a la que se produjo ayer como parte de toda una serie de batallones de extrema derecha que operan bajo el paraguas del Directorio Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania. Miembros de RDK fueron fotografiados, por ejemplo, por The New York Times en el reportaje sobre una redada nocturna realizada por el batallón Bratstvo al otro lado del Dniéper sobre territorio controlado por la Federación Rusa en Jersón. En aquel momento, el reportaje de Carlotta Gall no mencionaba al grupo por su nombre, sino que los calificaba de “un grupo de voluntarios rusos, refugiados políticos que llevan varios años residiendo en Ucrania”. El 13 de febrero de 2023, el medio no solo constataba la existencia de ese grupo como participante en las acciones ofensivas ucranianas sino que lo llevaba a su portada con el titular “Una Legión Rusa Lucha Contra Su Patria”.
El batallón de Dmitry Korchynksy con el que operan los voluntarios rusos ha realizado también redadas a través de la frontera, concretamente en la región de Briansk, donde el pasado 25 de diciembre, en un ataque fallido, murieron cuatro miembros de Bratstvo. Este tipo de acciones prueban que también es falsa la afirmación publicada por Mijailo Podolyak en su cuenta de Telegram, donde aseguraba que Ucrania “no ataca territorio ruso”.
La figura de Nikitin no dista en exceso de la de otros soldados de origen ruso que luchan en Ucrania, como el conocido neonazi Sergey Korotkij. Nikitin, ultra del fútbol como Denis Prokopenko que se declara tradicionalista -característica que comparten tanto con Dmitro Korchynsky como con Alexander Duguin- y miembro de movimientos de la derecha, ha sido declarado como peligro para el orden constitucional en Alemania por lo que recae sobre él una prohibición de pisar el espacio Schengen. Entrevistado por el movimiento fascista italiano Casa Pound, Nikitin, que en aquel momento promocionaba un torneo de artes marciales mixtas (MMA), un ámbito en el que la extrema derecha cuenta con una gran presencia, afirmaba que “Europa renacerá del combate” y apelaba a los vikingos, la Guardia Pretoriana y los cruzados como referentes de ese nuevo continente. Nikitin, nacionalista blanco y antes asociado al movimiento internacional de Azov liderado por Olena Semenyaka, ha organizado torneos de MMA desde el «Reconquista Club» vinculado al movimiento. Enemigo declarado de Vladimir Putin, Nikitin se refería en una reciente entrevista publicada en un medio ucraniano a la posibilidad de dividir el territorio ruso, una idea que cada vez con más insistencia tratan de promover los sectores más radicales de Ucrania y Occidente. “Si Rusia para los rusos se reduce al tamaño de Moscú, su región o la parte europea, como nacionalista, eso me va bastante bien. Aquí nuestra visión coincide con la de los nacionalistas ucranianos”, explicó, dejando claro que su interés por Rusia se limita únicamente a la parte que, casualmente, cuenta con menor porcentaje de minorías étnicas, es decir, a la parte más blanca.

Imagen tomada de un vídeo propagandístico publicado en el perfil de Telegram del grupo el pasado 14 de enero.
Las tendencias fascistas y tradicionalistas de los miembros del grupo no se limitan a Nikitin. Aunque había que llegar a la parte final del artículo para conocer algún detalle del posicionamiento político de RDK. El protagonista del reportaje se presentaba como “un ejemplo de hombre ruso y un ejemplo de hombre como los que describieron Tolstoy y Dostoyevsky (…). Ese es el tipo de hombre que soy. Ellos no, ellos no son rusos”, añadía en referencia a quienes luchan contra él, “sinvergüenzas y ladrones” sin nacionalidad. The New York Times añadía, sin explicar el origen del grupo, que su entrevistado no era solo un nacionalista ruso, sino miembro de Movimiento Imperial Ruso. Argumentando que “ha suministrado entrenamiento de estilo paramilitar a supremacistas blancos y trabaja activamente para reunir a este tipo de grupos en un frente común contra los que percibe como sus enemigos”, en el año 2020, Estados Unidos incluyó al grupo y a sus líderes como “terroristas globales”.
Sin embargo, miembros del grupo y personas que, como Nikitin, comparten sus valores y su ideología han encontrado en Ucrania la libertad que buscaban. “Empecé a ver que en Rusia no puedes hacer nada, pero en Ucrania puedes ser de izquierdas, de derechas, de los comunistas, de los tradicionalistas. Eso es lo que es la libertad para mí. En Rusia, o estás a favor del poder o estás en la cárcel”, afirmó en una entrevista Denis Nikitin, que parece no tener conocimiento de la ilegalización de la ideología, los símbolos y los partidos comunistas o el acoso tanto institucional como de la extrema derecha contra todo tipo de movimiento o persona mínimamente opositora a lo largo de los años en los que ha residido en Ucrania.
La plataforma neonazi Wotanjugend, de procedencia rusa pero liderada fundamentalmente por rusos vinculados al movimiento Azov, celebró ayer la incursión y afirmó, según cita el periodista opositor ruso Leonid Ragozin, «como un acto histórico que marcará el inicio de la guerra contra el régimen de Putin». Como en ocasiones anteriores, cuando el batallón Bratstvo quiso dar a entender que había atacado un helicóptero con altos cargos del Ministerio del Interior de la Federación Rusa pese a no existir indicio alguno para creer tal versión, ayer RDK quiso maquillar el relato de su acción afirmando haber cruzado la frontera con un grupo de 45 soldados, un dato coherente con lo denunciado por Rusia, y haber “realizado una emboscada contra dos vehículos de infantería”. Los detalles son escasos y las pruebas de lo ocurrido ayer, inexistentes. Sin embargo, la creciente presencia mediática de este grupo y su evidente vinculación a la inteligencia militar hace previsible que puedan producirse nuevos intentos de redadas en los que Ucrania aplaudirá los éxitos sin llegar a reivindicar unas actuaciones que, sin duda, son propias.
La colaboración entre los distintos Cuerpos de Voluntarios que operan bajo la cobertura del Ministerio de Defensa de Ucrania es perfectamente conocida. Un ejemplo de la actuación conjunta de los distintos grupos que conforman la red es la acción contra un puesto de mando ruso en la zona de Novaya Kajovka que se desarrolló entre el 23 y 24 de enero de 2023.
Según fuentes del propio Ministerio (1 y 2), esta acción es atribuible a “fuerzas especiales de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania”, apoyada por las Fuerzas Armadas de Ucrania. En ellas consta la participación de personal del Batallón Bratstvo, el Cuerpo de Voluntarios Ruso (RBK) y el Cuerpo de Voluntarios Bielorruso (BDK). La participación del Batallón Bratstvo es presentada con mucho detalle en dos vídeos de la cadena ARTE (1 y 2). En estos dos vídeos se confirma el apoyo artillero a la actuación por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania y la dirección de la actuación por parte de la unidad de inteligencia de Bratstvo. La participación de miembros del Batallón en la orilla del Dniéper controlada por la Federación Rusa también es mencionada en el reportaje. Según fuentes habituales de Bratstvo, dos de sus hombres retornaron heridos. Según la reportera de ARTE, se registra un muerto y tres heridos en la acción.
Según mencionan fuentes del BDK bielorruso, en la operación resulta efectivamente herido una tercera persona, un comandante del grupo (Radzivon Batulin, «Hena»). Esta fuente también hace mención a la acción de una unidad del GUR del Ministerio de Defensa de Ucrania. Por su parte, la participación en la acción de estas fuerzas por parte del RBK ruso es recogida en el canal de Telegram del grupo.
Debe señalarse que se ha constituido otro grupo similar, también vinculado al Ministerio de Defensa y no a la Legión Internacional ucraniana: el Cuerpo de Voluntarios Polacos (PKO). En las redes sociales del grupo, la nueva unidad polaca apoya la acción del RBK en Bryansk. Así, felicita “oficialmente a los chicos por su trabajo ejemplar y, sobre todo, por regresar en alineación completa, sin bajas. ¡Gracias por su ayuda en la formación de nuestra unidad y esperamos tener el honor de participar en operaciones conjuntas!”.
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