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Donbass, Ejército Ucraniano, Rusia, Ucrania, Zelensky

Negociación y falsas fórmulas de paz

“Scholz asegura que Alemania y otros países europeos están estudiando negociar la paz con Rusia”, titulaba el jueves un artículo publicado por la Cadena Ser en el que se recogía un breve resumen de las declaraciones realizadas por Olaf Scholz ante la prensa alemana. El texto es un buen ejemplo de la cantidad de publicaciones escasamente informadas, incapaces de contextualizar las declaraciones que recoge para mostrar los hechos de forma mínimamente coherente. En su párrafo inicial, la periodista indica que Scholz “desveló que la última vez que habló con Putin fue en diciembre del 2022 y antes de eso, solían charlar más a menudo. Unos días antes de la guerra, dice el canciller, hablaron en persona e intercambiaron preocupación por la crisis del COVID”. Quedándose en la anécdota, el artículo es incapaz de recordar la visita del canciller alemán a Moscú apenas una semana antes del reconocimiento ruso de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Las imágenes en la larga mesa blanca del Kremlin, reservada para los líderes que prefirieran no realizarse la prueba de coronavirus realizada por las autoridades rusas, fueron una de las noticias de aquel momento en el que las visitas del Reino Unido, Alemania y, sobre todo, Francia, intentaban evitar la guerra. Al contario que Emmanuel Macron, cuya reunión con Vladimir Putin se prolongó durante horas, el encuentro con Scholz fue tan breve y rutinario que el canciller alemán solo parece haber sacado en claro que el presidente ruso estaba preocupado por el coronavirus.

Actualmente, las posturas han cambiado y es Macron el que defiende posturas más beligerantes y que causan preocupación por la posibilidad de cruzar el umbral de la participación directa en, entre otros, Olaf Scholz. En la entrevista, el líder del SPD insiste nuevamente en su negativa a enviar a Ucrania tanto misiles Taurus como tropas alemanas. El canciller ya ha dejado claro que se trata de un paquete: no habría misiles Taurus sin soldados alemanes que participaran – sobre el terreno o  en la distancia- en su funcionamiento y uso. Scholz insiste en su defensa de Ucrania y realza la participación alemana en el esfuerzo bélico común, pero subraya que sus decisiones han de tomarse siempre para evitar cualquier escalada OTAN-Rusia, una postura que hasta hace unos meses parecía, no solo razonable, sino consensuada, pero que actualmente comienza a ser percibida como moderación.

“Preguntado por cómo se puede poner fin a la guerra de Ucrania, Olaf Scholz se explayó indicando que siempre ha habido iniciativas de mediación. Por ejemplo, inmediatamente después de que estalló la guerra, Rusia y Ucrania negociaron directamente entre sí. Las conversaciones fracasaron en ese momento porque Rusia sólo las utilizó como pretexto para mover simultáneamente sus tropas hacia el este para una gran ofensiva”, escribe la Cadena Ser resumiendo las palabras de Scholz, que posteriormente justifica la ausencia de negociaciones a raíz de “las masacres de Bucha e Irpin”. Según el artículo, que en ningún momento entrecomilla ni contextualiza las palabras de Scholz “privó a las conversaciones de cualquier base”. Esta versión no solo es falsa, sino que puede comprobarse por medio de las declaraciones de los delegados ucranianos en las conversaciones de paz.

David Arajamia, que encabezó la comitiva ucraniana, ha confirmado que fue Ucrania y no Rusia quien rechazó un acuerdo que era tan favorable a Kiev debido precisamente al interés personal de Vladimir Putin por llegar a un entendimiento. El diputado ucraniano mencionó también tres factores que provocaron la decisión ucraniana: las dificultades legislativas que implicaban las medidas que había que tomarse, el posible rechazo social al compromiso y la intervención de Boris Johnson y su “vamos a luchar”, en realidad no una orden, sino el anuncio de que Ucrania dispondría de las armas para hacerlo. Según el negociador ucraniano, las negociaciones no se rompieron realmente hasta junio de ese año, meses después de la cumbre de Estambul, la retirada rusa de Kiev y las acusaciones de Bucha. Ninguna parte de la cronología es un secreto y deberían ser perfectamente conocidos para comentaristas de la guerra de Ucrania, algo que, evidentemente, no suele cumplirse. De esta forma, periodistas y analistas son, por su falta de conocimiento, incapaces de cuestionar las declaraciones de las autoridades políticas cuando, como Scholz, manipulan la realidad para hacer de ella un relato útil para justificar sus actos.

Como la entrevista original, el artículo publicado por la Cadena Ser se refiere también a la posibilidad de una negociación entre Rusia y Ucrania en el momento actual. “Varios países, entre ellos Ucrania, están discutiendo actualmente a nivel de asesores de seguridad cómo sería algo que podría conducir a un proceso de paz”, escribe el artículo, que añade la habitual idea de que, en realidad, solo es precisa una orden del presidente ruso. “La realidad es que la paz es posible en cualquier momento. Putin sólo necesita suspender su bárbara campaña y retirar las tropas. Por su parte, Ucrania ya ha dicho que su posición no ha cambiado. Para negociar, las tropas de Rusia deben retirarse de su territorio”.

Este planteamiento se corresponde, como debería ser evidente, al plan de paz de Volodymyr Zelensky, una hoja de ruta que comienza con la rendición unilateral e incondicional de Rusia en todo el territorio ucraniano, incluida Crimea, y que continúa con sanciones y pago de reparaciones. Sin necesidad de pretender siquiera una mínima preocupación por la población a la que estaría conquistando con el territorio, el presidente ucraniano no se molesta en ofrecer falsas promesas de respeto de los derechos básicos a Donbass o Crimea, los dos territorios que, desde hace diez años, han rechazado regresar bajo control de Kiev.

“Está dando vueltas por el mundo, pidiendo a todos dinero, armas, atención y algo más. Esto no está en nuestras reglas. Nos guiamos por la realidad. La realidad es que Zelensky y todos los que lo dirigen en Washington, Londres y Bruselas dicen con una sola voz que no hay otra base para la paz que la fórmula de Zelensky. Y la fórmula de Zelensky es completamente irreal. Y todo el mundo lo sabe”, ha comentado estos días el líder de la diplomacia rusa Sergey Lavrov. No es difícil comprender que una fórmula en la que uno de los países en guerra negocia solo con sus aliados, sin tener en cuenta al otro lado de la guerra y tampoco a aquellos ciudadanos que se encuentran voluntariamente al otro lado del frente en los territorios que se pretenden liberar, es inviable. Sin embargo, esa declaración de Scholz sobre negociaciones de Zelensky con sus socios es la que es resaltada en el titular, dando una imagen absolutamente errónea de las intenciones de los países europeos y, sobre todo, de Kiev, cuyo objetivo con la fórmula Zelensky no es buscar una solución negociada, sino utilizar a sus aliados para buscar la derrota completa de Rusia. El plan del presidente ucraniano no es una fórmula de paz, sino una garantía de continuar la guerra. Solo quienes no logran distinguir un acto de relaciones públicas del ejercicio de la diplomacia pueden ver en las negociaciones en este formato un cambio que resaltar como noticia.

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