Entrada actual
Donbass, DPR, Ejército Ucraniano, Estados Unidos, LPR, Minsk, OTAN, Rusia, Sanciones, Ucrania, Zelensky

La guerra de Rand Corporation

En 2019, un informe de Rand Corporation, think-tank extremadamente influyente y cercano al establishment político y militar estadounidense, proponía abiertamente “sobreextender y desequilibrar a Rusia”, el viejo oponente de la Guerra Fría, ya entonces bajo el peso de las sanciones impuestas por los países occidentales tras la reabsorción de Crimea y el estallido de la guerra en Donbass. En ese contexto, Rand planteaba una estrategia combinada de presión política, diplomática, social y económica que obligara a Rusia a tener que atajar un número imposible de cuestiones al mismo tiempo. En el plano económico, el think-tank proponía un aumento de las sanciones económicas y financieras cuando, debido al descenso del precio de materias primas como el petróleo y el gas, los ingresos rusos se habían reducido.

Se plateaba además buscar un incremento del peso del gas natural licuado procedente de Estados Unidos para reducir el peso del gas ruso en el mercado europeo, en aquel momento cliente principal del sector energético ruso. A ello se sumaba buscar una fuga de talentos que minara el desarrollo económico y tecnológico propio y toda una serie de medidas de presión en países aliados de Rusia. Nagorno Karabaj, Asia Central, Siria, Bielorrusia o Ucrania eran solo algunos de los ejemplos en los que Estados Unidos podía, y debía, presionar a Rusia en busca de una desestabilización interna que lograra los objetivos políticos de Estados Unidos.

En los cuatro años y medio transcurridos desde la publicación de aquel informe, las sanciones contra Rusia continuaron en alza antes incluso del inicio de la intervención militar rusa en Ucrania, Estados Unidos logró que los países europeos redujeran su consumo de gas ruso incluso a expensas de la competitividad de su industria, persistió en su ocupación de zonas de Siria y asistencia a los rebeldes que luchan desde hace más de una década contra el Gobierno de Bashar al Assad y apoyó activamente las protestas del año 2020 en Bielorrusia, principal aliado de Rusia en Europa. En este tiempo se han producido también picos de violencia en Tajikistán, principal aliado ruso en Asia Central, o en Kazajistán y en 2021 estalló de nuevo la guerra en Nagorno Karabaj, que concluyó con la derrota de Armenia, principal aliado ruso en el Cáucaso.

Paso a paso, cada punto del informe de 2019 ha ido cumpliéndose, incluido también el de la fuga de cerebros. El decreto de movilización parcial que se produjo tras la derrota rusa en Járkov en septiembre de 2022 provocó un movimiento similar, aunque en menor magnitud, al que se diera en Ucrania en febrero de ese año, con la salida del país de personas, muchas de ellas clase media con estudios superiores, en edad de poder ser reclutados para la guerra. La explícita exención a estudiantes o profesionales de ciertos sectores estratégicos buscaba precisamente limitar esa fuga de cerebros.

La estrategia de tensión en Rusia y en el círculo de países a su alrededor logró una parte importante de sus propósitos, aunque el aumento del precio de materias primas como el gas o el petróleo e incluso el carbón ha logrado reducir las masivas pérdidas que Occidente esperaba provocar a Moscú con el exponencial incremento de las sanciones económicas y financieras impuestas tras la invasión de Ucrania. Sin embargo, el informe de 2019 planteaba esa estrategia de tensión siempre “sin llegar a las manos”, sin llegar al enfrentamiento. La entrada de Rusia en la guerra de Ucrania y la escalada militar, política y económica que ha provocado han cambiado los cálculos de prácticamente todas las potencias y también los de Rand Corporation.

Alegando motivos políticos, humanitarios, económicos y estratégicos, el último informe de la organización plantea, sin que quede duda alguna al respecto, que una guerra larga no es del interés de Estados Unidos. Aunque no sea el motivo principal, los autores del informe mencionan la enorme destrucción y la grave situación humanitaria para la población civil ucraniana como uno de los argumentos. El fuerte debilitamiento militar, económico y de prestigio de Rusia supone, a lo largo del informe, un argumento de mayor peso. Aunque Rusia nunca contó con el peso demográfico ni económico para ser considerado un oponente estratégico de Estados Unidos, la guerra y las sanciones vinculadas a ella han logrado cortar los vínculos económicos y políticos de Moscú con sus principales socios y clientes en Europa, lo que le ha forzado a un acercamiento aún mayor a Beijing que, según Rand, no es del interés de Estados Unidos. Lo suficientemente debilitada por el momento, Rusia no debe ser considerada un objetivo prioritario, por lo que una extensión de la guerra en Ucrania supondría para Estados Unidos una distracción del verdadero objetivo en el que debería concentrarse: la lucha estratégica y hegemónica con China. Y aunque con menor fortaleza que antes de su entrada en la guerra, Rusia es ahora mismo un aliado clave de Beijing, que está beneficiándose, por ejemplo, del suministro de materias primas a precios rebajados con los que Moscú trata de compensar la pérdida del mercado europeo. Actualmente toda presión excesiva contra Moscú implica el riesgo de reforzar la alianza entre estos dos oponentes de Estados Unidos en un contexto en el que Rusia se ha mostrado capaz de soportar mejor de lo esperado las durísimas sanciones impuestas en 2022.

La idea de acortar la guerra ha sido planteada recientemente por todo tipo de actores, desde el Gobierno ucraniano a sus aliados occidentales. Sin embargo, su planteamiento pasa, o por lograr una victoria rápida en el frente como argumenta Kiev que indudablemente lograría de conseguir el armamento que exige a sus socios, o por un avance ucraniano que ponga en peligro el control ruso de Crimea y obligaría así a Rusia a negociar una capitulación según los términos ucranianos.

Con un tono algo más realista, Rand plantea un final negociado de la guerra en el que ninguna de las partes lograra todos sus objetivos. Aunque el think-tank estadounidense en ningún momento plantea como posibilidad una victoria rusa que implique mantener los territorios actualmente bajo su control o un posterior avance ruso, tampoco plantea como realmente posible la recuperación de las fronteras ucranianas de 1991. De ahí que vea necesaria una intervención diplomática -de Estados Unidos, por supuesto- para lograr lo que califica de una “paz poco apetecible”, una resolución que posiblemente no fuera a satisfacer a ninguna de las partes. Rand menciona como un aspecto que puede desincentivar a Rusia a lograr un acuerdo la escasa certeza de la eliminación de sanciones, sentimiento reforzado por la duda que la propia organización plantea sobre las intenciones de los socios occidentales de Ucrania con respecto a esas medidas coercitivas contra Moscú más allá de la guerra de Ucrania.

Rand olvida, sin embargo, que la parte más interesada en el mantenimiento de las sanciones, especialmente en el ámbito económico y concretamente en el sector energético, es precisamente Estados Unidos, principal beneficiario de la ruptura de lazos entre Berlín y Moscú. El think-tank omite también que son precisamente los socios occidentales de Ucrania los que más han hecho en estos años por evitar una resolución del conflicto. Fue así en los años del proceso de Minsk, cuando apoyaron a Ucrania en su incumplimiento de los términos incluso a costa de arriesgarse a un empeoramiento de la guerra, y sigue siéndolo ahora, cuando tanto Bruselas como Washington mantienen la postura de apoyar militar, económica y políticamente a Kiev hasta la victoria militar sobre Rusia. En perfecta sintonía con sus aliados y acreedores, Ucrania continúa solicitando más armas para lograr un objetivo maximalista: regresar a las fronteras de 1991. Para ello exige, exhibiendo amplias sonrisas como la que ayer mostraba el ministro de Defensa de Ucrania Oleksiy Reznikov al enseñar a la prensa un paño con el diseño de un F16, cantidades de armamento y munición que los países de la OTAN pueden no ser capaces de cumplir. De ahí que Alemania, Francia o Estados Unidos hayan apelado a países como Argentina, Brasil o Colombia en busca de munición para una guerra que, en intensidad y uso de armamento, nada tiene que ver con las que esos países han librado en las últimas décadas.

Al margen de dificultades logísticas, que no merecen especial atención en el informe, Rand menciona la desconfianza de las partes a la hora de negociar un acuerdo como principal obstáculo a una resolución política. Rand se refiere a un pesimismo que tiende a aumentar si una de las partes considera que la otra, la parte agresora, violará los términos de los acuerdos en el futuro o si prevé un futuro cambio de opinión en el compromiso con aquello que debe ser pactado. Ambas proposiciones se refieren a Rusia como parte agresora y a Ucrania como víctima temerosa de las intenciones ajenas. El informe no menciona en una sola ocasión el único precedente de acuerdo político entre los dos países desde que comenzó la guerra, los acuerdos de Minsk, un tratado del que Kiev ha renegado ya abiertamente, que jamás trató siquiera de implementar y que, pese a haber negociado y firmado, simplemente decidió no cumplir.

Sin embargo, Rand, al igual que Estados Unidos y otros países occidentales, da credibilidad a la certeza de Kiev de que Moscú, como Estado depredador, incumpliría un posible alto el fuego para, mientras Ucrania perdiera asistencia militar de sus socios, reconstruir sus fuerzas armadas y continuar con la opción militar. La ironía de haber descrito la actuación de Ucrania a lo largo de los años que ha durado el proceso de Minsk tampoco ha resonado en los autores del informe.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Reportes del frente archivados.

Registro

febrero 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728  
Follow SLAVYANGRAD.es on WordPress.com

Ingresa tu correo electrónico para seguir este Blog y recibir notificaciones de nuevas noticias.

Únete a otros 47.363 suscriptores

Estadísticas del Blog

  • 1.953.416 hits
A %d blogueros les gusta esto: