La lucha por las infraestructuras y su destrucción ha sido, desde el inicio de las hostilidades, una de las armas utilizadas por el Ejército Ucraniano. Especialmente grave fue la situación que vivió la ciudad de Lugansk en el verano de 2014, cuando durante semanas se interrumpió el servicio eléctrico y el agua corriente. Con la estabilización del frente y la limitación de las batallas a la zona cercana a la línea de demarcación, las reparaciones, en muchas ocasiones bajo el fuego enemigo, han logrado devolver los servicios básicos a gran parte de la zona, maltrechos además tras años de decadencia.
Sin embargo, las dificultades relacionadas con el uso de esos recursos básicos como método de presión continúan. Durante meses, la RPD denunció que Ucrania atacaba deliberadamente las infraestructuras que suministra agua al sur de la República y todas las partes, desde Ucrania y la RPD hasta Estados Unidos, se han referido a la complicada situación de la Planta de Filtración de Donetsk, en la zona neutral, en plena línea del frente. Esa infraestructura -y los ataques que ha sufrido- ha servido a Estados Unidos y a Ucrania, que como es habitual han culpado a Rusia, para argumentar que es preciso un alto el fuego completo, la retirada de la RPD y la entrada de una misión de paz internacional.
Pese a que el número y la intensidad de los ataques parece haberse reducido tras la entrada en vigor de la nueva tregua -absoluta e indefinida-, el intento de sabotear el trabajo de los empleados de la planta continúa. Los trabajadores y la empresa acusan directamente a las topas ucranianas de los ataques.
Un safari a la Planta de Filtración de Donetsk
Artículo Original: Denis Grigoriuk
La “tregua absoluta” no se ha mantenido ni una semana. El “alto el fuego” indefinido fue infringido, como se esperaba, por los militares ucranianos. En el habitual estilo del Ejército Ucraniano, son los civiles los que quedan expuestos a los ataques. Ucrania se ha dedicado esta semana a la caza de personas desarmadas y los trabajadores de la Planta de Filtración de Donetsk se han encontrado varias veces bajo el fuego ucraniano.
Los ataques contra la Planta de Filtración de Donetsk [DFS por sus siglas en ruso] comenzaron el 7 de marzo, cuando las tropas ucranianas dispararon contra el camión que trasladaba materiales para el trabajo en la planta. El vehículo circulaba por la ruta H-20. Los soldados del Ejército Ucraniano abrieron fuego cuando el vehículo salía de la parte de la ruta a la vista. El vehículo recibió un impacto, pero el conductor solo sufrió un susto.
El siguiente ataque no se hizo esperar. La mañana del 12 de marzo, el personal militar del Ejército Ucraniano disparó contra el coche que transportaba a los trabajadores del siguiente turno de trabajo en la Planta de Filtración de Donetsk. “A las 07:30 de la mañana, la parte ucraniana abrió fuego con armas ligeras contra el convoy de vehículos que trasladaba a los trabajadores a sus puestos de trabajo. Uno de los vehículos sufrió daños y ahora no se puede pasar”, afirmó a KP Voda Donbassa [Agua de Donbass]
Al día siguiente se produjo otro incidente en la planta. En dos ocasiones a lo largo del día, una por la mañana y otra por la tarde, el convoy con el personal de la instalación fue atacado desde las posiciones de la 25ª Brigada del Ejército Ucraniano.
“A la salida tras finalizar su jornada laboral, hacia las 15:30, fuimos atacados. Después, cuando abandonábamos la planta, escuchamos disparos de armas automáticas”, afirmó el empleado de Voda Donbassa, Konstantin Akulov, a KP.
Las balas atravesaron la luna de la cabina del camión, donde viajaban dos trabajadores. Por suerte, no resultaron heridos. La luna sí resultó dañada. Los trabajadores del turno de noche fueron atacados en el mismo lugar la mañana del 13 de marzo. Los trabajadores de la planta admiten abiertamente que temen acudir al trabajo. Parece que el Ejército Ucraniano dispara deliberadamente contra los trabajadores desarmados de la planta.
Extraña coincidencia, pero los ataques se han producido en vísperas de la última reunión de Minsk, prevista para el 14 de marzo.
¿Necesita guerra Poroshenko?
Me refiero específicamente al presidente ucraniano, ya que, tras el anuncio de Viktor Muzhenko [jefe del Estado Mayor del Ejército Ucraniano] de la finalización de la llamada operación antiterrorista, sustituida por la “operación de fuerzas unificadas”, la responsabilidad recae únicamente sobre Petro Poroshenko.
El Estado Mayor está formado por tres cuerpos -el SBU, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Defensa-, pero son los dos últimos los que tienen un mayor impacto en la situación real del conflicto. El control de “ciertas fuerzas” del Ministerio de Defensa supone apartar de la cúpula al Ministerio del Interior. Así que todo el poder está concentrado en las manos del presidente. Y solo Poroshenko decidirá si hay paz en la línea de demarcación o no.
Si tenemos en cuenta la deliberada provocación de los militares ucranianos y que los militares de la RPD no han respondido a tres días consecutivos de ataques, podemos decir sin temor a equivocarnos que ha sido el presidente de Ucrania quien ha dado la orden de disparar. Las decisiones de Petro Poroshenko han roto la “tregua absoluta”.
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