Artículo Original: Colonel Cassad
Los resultados de Zelensky por región están cerca de los registros de Lukashenko y Putin. Sin embargo, hay que recordar que, en gran medida, estas cifras tan altas se deben a los méritos de Poroshenko y su enorme impopularidad. Estoy convencido de que, en una segunda vuelta, tanto Timoshenko como Boyko, que obtuvieron menos votos que Poroshenko, habrían conseguido un resultado menos impresionante.
Estas cifras fundamentalmente muestran el veredicto a los resultados del mandato de Poroshenko, que se han reflejado tanto en el este como en el oeste y que han provocado que incluso una figura como Zelensky fuera vista como una salida. Aun así, estoy convencido de que, si Poroshenko hubiera tenido todo el apoyo de Estados Unidos, como tuvo en 2014, los resultados de las elecciones habrían sido muy diferentes. Pero parece que la apuesta de Poroshenko por Clinton en 2016 le ha jugado una mala pasada con la Casa Blanca, que no ha olvidado el papel que jugó en la construcción del caso contra Manafort. Creo que a medio plazo puede ser sustituida la embajadora de Estados Unidos en Ucrania para así apartar definitivamente a las figuras nombradas bajo la presidencia de Obama. Se ha mantenido la estructura de control y el “nuevo equipo” no cuestiona la dirección de la política en la cuestión ucraniana.

Porcentajes obtenidos por Zelensky (en verde) y Poroshenko (en rojo) por región. Salvo la excepción de la región de Lviv, Zelensky ha barrido en todo el país.
Sobre qué se puede esperar en los próximos meses:
- No hay que olvidar que Poroshenko seguirá siendo presidente hasta la toma de posesión de Zelensky, así que podría hacer una gira de despedida por el estrecho de Kerch o Donbass, aunque todas las decisiones estarán sujetas al posible sabotaje de aquellos oficiales que pretendan sobrevivir al cambio de Gobierno. Para los amantes de la conspiración, si algo le pasa a Zelensky, Poroshenko seguirá en funciones de forma indefinida.
- En 2-3 meses se puede esperar que regresen a Ucrania algunos de los emigrados políticos como Saakashvili, Kolomoisky, Gruzhva, etc. y que se reduzca la presión sobre algunos miembros de anteriores equipos, lo que supondrá que se refuercen las estructuras a las que están asociados Boyko, Vilkul, Ajmetov o Medvedchuk.
- En cuanto a la guerra en Donbass, tras la toma de posesión de Zelensky puede haber un descenso de la intensidad de las hostilidades, pero no contaría con que la guerra vaya a detenerse completamente. Habrá muchas reuniones en los formatos de Minsk y Normandía, pero eso es todo. Estados Unidos ha dejado claras sus condiciones.
- A medio plazo, es posible que aumenten las posibilidades de intercambio de prisioneros de guerra en Donbass y el intercambio de presos en cárceles rusas y ucranianas. Los más importantes son los soldados detenidos por el FSB en el estrecho de Kerch.
- En las próximas semanas se puede esperar que muchos se conviertan en ardientes defensores de Zelensky (como ocurre cada vez que cambia el Gobierno en Ucrania). No todos tendrán éxito, pero algunos lograrán integrarse.
- A lo largo de la primavera y el verano, diputados y grupos asociados al Bloque Petro Poroshenko comenzarán un éxodo hacia el partido de Zelensky para garantizarse un asiento en el próximo Parlamento. Repito, es la actuación estándar en la política ucraniana el dar saltos de un partido a otro.
- La naturaleza oligárquica del poder en Ucrania no va a cambiar, simplemente se amplifican unos grupos a expensas de otros (especialmente el clan de Poroshenko). Las herramientas del poder serán utilizadas para saldar cuentas. Es el caso de los tribunales y la Fiscalía. Ya se ha pedido a Lutsenko [Fiscal General] que se marche.
- No es de esperar que Poroshenko sea inmediatamente acusado, pero si recordamos el destino de Timoshenko, encarcelada en tiempos de Yanukovich, este escenario no es descartable. Depende de qué acuerdo vayan a alcanzar Poroshenko y Kolomoisky. Si no llegan a un acuerdo, todo puede cambiar. Además, puede que a Estados Unidos no le interese este tema.
- Es improbable que vayan a investigarse los casos de perfil alto como el de los francotiradores de Maidan, el asesinato de Buzina o Sheremet, pero algunos casos como el de Savchenko-Ruban, el asunto de la nacionalidad de Saakashvili o el caso Efremov se colapsarán y se les dará carpetazo en silencio. Savchenko volverá a la política.
- Es de esperar una inevitable redistribución de propiedades: los ganadores ahora tienen margen para hacer daño al imperio de Poroshenko y los oligarcas asociados. Todo es muy simple: aplastar al que ha perdido. El más interesado en ello es Kolomoisky.
- No se esperan “reformas” serias antes de las elecciones legislativas, ya que si no tienes al Parlamento en el bolsillo, como lo tenía Poroshenko, es difícil sacar adelante medidas duras. A medio plazo, se culpará de la parálisis a los cambios de personal y se darán pasos populistas.
- La reforma del Gobierno se hará según el modelo georgiano tras la partida de Saakashvili (oligarcas y tecnócratas claramente pro-ocidentales). No se puede esperar una gran mejoría de las relaciones entre Rusia y Ucrania. No hay políticos pro-rusos en el círculo cercano a Zelensky.
- La continuidad del rampante neonazismo en Ucrania depende, en gran medida, de si Avakov llega a un acuerdo con Kolomoisky y Estados Unidos. Pero aunque llegue a un acuerdo y se mantenga en el Gobierno (como ministro del Interior o incluso Primer Ministro), los nazis (Azov, Praviy Sektor, C14, etc.) seguirán existiendo como herramienta, aunque quizá con algo más de sutileza.
- Tampoco son de esperar grandes mejorías en la economía ucraniana, que en los próximos años tendrá que seguir pagando grandes deudas adquiridas por Poroshenko y seguirá sufriendo os efectos de las sanciones rusas y las exigencias del FMI, que no van a desaparecer. En este contexto, dejar de ser el país más pobre de Europa será complicado.
- La credibilidad de Zelensky durará unos meses, hasta que le pase lo mismo que a Poroshenko. Cuando las promesas electorales choquen con la realidad, llegará la decepción. Es lo que ha ocurrido después de cada elección, ya fuera Kuchma, Yuschenko, Yanukovich, Poroshenko…
En general, se puede esperar un buen número de cambios cosméticos, pero la esencia de Ucrania como herramienta de Estados Unidos contra Rusia y su estructura oligárquica interna no va a cambiar. La intriga no es la cuestión de si Rusia reconocerá las elecciones en Ucrania (como la última vez, cuando según Lavrov Rusia fue engañada por Alemania y Francia para reconocer a Poroshenko, aunque en realidad no hacía falta ningún engaño) sino si Moscú se creerá el cambio de escenario y hará concesiones en Donbass.
Es preciso recordar los lectores del blog en general acertaron los resultados de las elecciones en la primera vuelta (que Zelensky y Poroshenko pasarían a la segunda vuelta y Timoshenko quedaría fuera) y que Zelensky ganaría la segunda vuelta. Curiosamente, tras la primera vuelta, muchos aún creían que Poroshenko conseguiría, de alguna forma, mantenerse en el poder, pero estas tres semanas de intentos -metiendo a Putin en la campaña, un debate bronco, propaganda sucia, ruido de sables, intentos de descalificar a Zelensky en los tribunales- han demostrado que el emperador estaba desnudo, lo que ha dado aún más confianza a la victoria de Zelensky. Tras haber perdido el apoyo inequívoco de Estados Unidos, Poroshenko ha caído víctimas de los resultados de su mandato. Parece que perdió toda oportunidad de mantenerse en el poder cuando fracasó en su intento de posponer las elecciones por medio del estado de excepción y se vio obligado a mantener los comicios según la agenda prevista.
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