El pasado 19 de agosto, Junge Welt publicaba un artículo de Peter Schaber, Erst die Ukraine, dann Europa [Primero Ucrania, luego Europa] en el que este periodista abordaba la “estrategia geopolítica” de los “neonazis del este de Europa”. El artículo mencionaba una conferencia, celebrada el 2 y 3 de julio de 2016 en Kiev, bajo el lema «Intermarium – el corazón de Europa late en el Este«.
Concebido como una Unión geopolítica de las naciones del Mar Báltico y del Mar Negro, ampliable hasta el Adriático, el proyecto Intermarium pretende unir a los estados del centro y del este europeo para afrontar el peligro neo-bolchevique que representaría la actual Rusia de Vladimir Putin. En esta línea, retoma en gran medida la línea de actuación formulada en la primera parte del pasado siglo por el Mariscal polaco Jozef Pilsudski. Retomar y renovar la estrategia, en una nueva fase de la acción anti-rusa en el este de Europa, se perfila así como el principal objetivo de la Conferencia de Kiev.
El principal impulsor de la Conferencia es el movimiento Azov, a través de su líder Andriy Biletsky. Es él quien aparece como promotor de un acto que busca consolidar el llamado Grupo de Asistencia al Desarrollo de Intermarium, el grupo central destinado a promover el proyecto desde Kiev. Tras ello subyace la voluntad de impulsar un vector alternativo de integración en Europa desde iniciativas civiles, tanto ucranianas como de otros países, que comparten los valores del nacionalismo radical que representa Azov.
Durante el primer día de la Conferencia, el día 2 en el hotel Radisson, el encuentro reunió a distintos representantes de países del centro y del este de Europa. Entre ellos, como señala Schaber, miembros de “grupos fascistas de la región” pero también otros perfiles, muy directamente relacionados con las estructuras estatales en la zona. La web pro-Azov, Reconquista [NR: la web usa el término castellano] desarrolla con detalle en qué consistieron los dos días de la Conferencia y quiénes participaron en ella.
Tras las intervenciones inaugurales, Mykola Kravchenko, solo por debajo de Biletsky en la estructura jerárquica del Cuerpo Civil de Azov, se encargó de presentar el contenido del proyecto Intermarium. Este alto dirigente del movimiento ultra ucraniano precisó las áreas clave de trabajo conjunto: “cooperación militar y defensa, economía y energía, geopolítica, ciencia, educación y cultura”. Según Kravchenko, la agrupación Intermarium puede ser inicialmente pequeña para luego ir creciendo, tanto en tamaño como en esferas de actividad. Los países centrales para la primera fase del proyecto serían Ucrania, Polonia, Bielorrusia, Lituania, Letonia y Estonia. En una segunda fase de expansión de la alianza, ésta podría llegar a países como Croacia, Eslovenia, Eslovaquia, República Checa, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Moldavia. Como socios potenciales de Intermarium, Kravchenko señala a Austria, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega, Georgia y Macedonia.

El proyecto por etapas de ampliación de Intermarium según QHA.com.ua, con alguna variación respecto a lo señalado por Kravchenko.
El eje central del debate del primer día de la Conferencia se centró en la cooperación en el ámbito de la defensa al recoger “la principal demanda de la región: establecer un sistema regional de seguridad” después de que las “garantías legales internacionales de paz en Europa y la inviolabilidad de las fronteras de los estados soberanos, en especial el Memorando de Budapest, hayan demostrado ser ilusorias”. En este contexto intervinieron otros miembros del movimiento Azov como Olexandr Alforov y Andriy Dyachenko. Según Reconquista, “la experiencia militar real ganada por los ucranianos y los combatientes extranjeros” en Azov, durante “la guerra de nueva generación” que habría impulsado Rusia en el Donbass, y su contribución “a la seguridad militar y de información no sólo de Ucrania sino del conjunto de la región” son, según los propagandistas del proyecto, los argumentos fuertes a favor de su consolidación.
Queda claro, por tanto, el vínculo del actual proyecto Intermarium con la praxis político-militar de infiltración practicada por Azov. Según Schaber, en su artículo en Junge Welt, la verdadera enseñanza del caso Azov es precisamente la de una organización que se muestra capaz de infiltrarse en el aparato estatal y militar. Como tal, muestra una vía de extensión hacia el oeste europeo de un posible modelo de penetración de la ultraderecha dentro de las estructuras estatales. Recuerda Schaber en ese contexto el cartel de propaganda de Azov que señala: “Primero Ucrania, luego Europa”. La “Reconquista” del continente es en realidad el objetivo de Azov y de su Asamblea Social Nacionalista (SNA), con múltiples contactos con la ultraderecha occidental radical, como Casa Pound en Italia o III.Weg (la Tercera Vía) en Alemania.
Otros elementos importantes en los debates fueron la autosuficiencia energética de la región y la construcción de un espacio económico común en Europa Central y del Este. El bielorruso Zmicier Mickiewicz, miembro del “Belarus Security Blog”, habló sobre las posibilidades de la cooperación militar-industrial en la región, en especial en ciclos de producción conjunta. Mencionó ejemplos de la interacción real entre las industrias de defensa de Bielorrusia y Ucrania después del inicio de la guerra en el Donbass que van más allá de las políticas oficiales de Minsk, basadas en el principio de neutralidad y no interferencia.
Otro participante activo en los dos días de conferencia fue Mariusz Patey, del Instituto del Professor Roman Rybarski. Analizó las vías para una cooperación en la región, desde el establecimiento de una cooperación económica y la creación de fondos de inversión conjuntos hasta la recuperación de proyecto de oleoducto “Sarmantia”, destinado a conectar Odessa y Brody y a llegar a la ciudad de Plock, conectada a su vez con la ciudad polaca de Gdansk.
Aunque los analistas pro-occidentales, en la línea de Paul Goble, consideran que el proyecto Intermarium no pretende a priori competir con la Unión Europea, la crisis de Europa apareció como problema en la Conferencia de Kiev. Reconquista menciona, de cara a resolver las cuestiones económicas, la “desigualdad de Europa Central y del Este con los líderes no oficiales de la Unión Europea, en especial Francia y Alemania”. En cierta forma, por tanto, Intermarium sí parece perfilarse como alternativa a la crisis de la UE en campos como la geopolítica, la ciencia, la educación y la cultura.
Como señala Aleksandr Voronin, en su artículo para qha.com.ua, la actual crisis europea abre la posibilidad de un proyecto geopolítico alternativo, capaz de unir a los países post-socialistas de Europa central y oriental en lo que los sectores pro-Azov definen como una alianza fuerte e independiente. Aunque no consta que tratara este tema en la Conferencia, para Biletsky, de hecho, los días de la Unión Europea están en realidad contados
En opinión de los ideólogos de Azov, la base sobre la que levantar Intermarium es la existencia “de intereses económicos y de seguridad comunes” pero también “una compresión similar de los valores culturales y del destino histórico”, muy vinculado al mundo cristiano pero abierto a una alianza con el mundo musulmán (tártaros de Crimea, naciones del Cáucaso en Rusia, etc.). El modelo croata resulta en este punto decisivo para los impulsores del proyecto que hacen una referencia expresa al éxito de Croacia en la defensa de “su identidad cultural a pesar de las tendencias globalizadoras en la UE”, un tema que desarrolló en la Conferencia el periodista croata Leo Marić. En este contexto también intervino el lituano Gintarė Narkevičiūtė, participante habitual en los actos relacionados con el proyecto Intermarium.
En la conferencia de clausura participó finalmente Taras Osaulenko, parlamentario ucraniano y líder de la ONG “International Initiative to Support Ukraine”. Otros participantes ucranianos fueron Olexandr Maslak, Olena Semenyaka, Edward Yurchenko y Svyatoslav Vyshynsky. Defendieron la idea de que el proyecto de integración europea del actual gobierno de Ucrania es “artificial e inaplicable”.
Entre los demás asistentes a la primera jornada destacaron, por una parte, los delegados de los países principalmente llamados a conformar el núcleo central de la Unión de los países situados entre el Mar Negro y el Mar Báltico, Intermarium. La mayoría de los asistentes procedían por ello de Polonia, Bielorrusia y de los tres estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania).
Dentro de ellos, sin embargo, no había sólo representantes de organizaciones de voluntarios en apoyo de Ucrania”, como la ONG “Vaba Ukraina” (Ucrania Libre) de Estonia. Más llamativa resultó la presencia de “representantes gubernamentales” de los estados mencionados. Sorprende en particular, como señala Schaber en su artículo, la presencia en la Conferencia de “agregados militares de las misiones diplomáticas de los países clave en la región (Polonia, Hungría, Rumanía y Lituania)”, en la condición además de “miembros honorarios del Buró de la Conferencia”. Junto a Biletsky, son precisamente esos agregados militares los que se encargaron de los discursos iniciales de introducción de la Conferencia.
Los agregados mostraron además durante la jornada “el deseo de posterior cooperación con los delegados y el movimiento Azov”. Según Reconquista, Giorgi Kuparashvili, jefe de la Escuela Militar del Coronel Yevhen Konovalets, recibió varias propuestas de cooperación con el movimiento Azov en el campo de la defensa. El georgiano defendió, en este punto, un “sistema regional unificado de educación militar sobre la base de cooperación Ucrania-Georgia”.
La participación en la Conferencia se amplió también a representantes de aquellos países que podrían hacer avanzar la Unión hacia el Mar Adriático, procedentes tanto de Croacia como de Eslovaquia. En este último caso, llama la atención la presencia de miembros del Partido Nacional-Agrupación Eslovaca (Slovenská pospolitosť – Národná strana). Se trata de un grupo ultraderechista eslovaco, conocido por la acción violenta contra gitanos y otras minorías étnicas, con una estética muy cercana a la de los grupos fascistas anteriores a las Segunda Guerra Mundial.
Entre los aliados potenciales de Intermarium, Reconquista también hace mención a “expertos en el campo de la cooperación militar y (participantes en la conferencia e invitados desde Suecia hasta Georgia)” e incluso a “un horizonte remoto pero sin embargo alcanzable a largo plazo” en la forma de áreas aliadas dentro de la Federación Rusa. Diversos miembros de la ultraderecha rusa estuvieron también presentes en Kiev.
Los actos de la Conferencia continuaron el día 3 en las oficinas centrales del Cuerpo Civil de Azov. En el acto participaron líderes de las ramas juveniles de los partidos políticos y de los movimientos nacionalistas del área del Mar Negro y del Báltico. Con participación de delegados de Lituania, Polonia, Croacia, Bielorrusia y Rusia se discutieron distintos temas, desde el sistema político de Intermarium a la “resistencia conjunta” en materia informativa al “lobby del Kremlin en Europa del Este y central”. Según Reconquista, el acto no sólo fue la manifestación de una voluntad de “resistencia conjunta a la amenaza rusa” sino el embrión del “establecimiento de una cooperación cercana entre los nacionalistas polacos y ucranianos, por un lado, y los nacionalistas polacos y lituanos, por otro”. Porque, entre el nacionalismo radical del este, Intermarium es también un proyecto de superación de los conflictos del pasado entre nacionalistas para centrarse en el principal enemigo: la Rusia de Putin.
Reconquista menciona la participación en esta segunda jornada de Mindaugas Sidaravičius, jefe de la rama juvenil del partido Unión Nacionalista Lituana; Witold Dobrowolski, editor de la revista nacionalista polaca Szturm; Michał Orzechowski, periodista del “World Solidarity” de Varsovia; un representante de la “Vanguardia Báltica de Resistencia Rusa”, defensora de una alianza de la región de Kaliningrado con Intermarium; Mariusz Patey, Leo Marić y Zmicier Mickiewicz, Andrey Kuznetsov, editor jefe del portal informativo #Orange y líder de la organización político-militar “Ejército Insurgente Ruso”; y, finalmente, Denis Vikhorev y Alexey Levkin, representantes del llamado “Centro Ruso”, presentado como plataforma de coordinación del exilio nacionalista ruso en Ucrania, opuesta según ellos a “la locura del revanchismo neo-soviético en Rusia”.
El peligro que representa el proyecto Intermarium no se vincula en exclusiva a la voluntad del nacionalismo este-europeo de acabar con toda oposición ideológico-cultural. En su artículo sobre el proyecto, el publicista anti-ruso Paul Goble cita a Andreiy Parubiy como uno de los principales impulsores de Intermarium en Ucrania junto a Vladimir Gorbulin y el propio Biletsky. La parte más radical del nacionalismo ucraniano, por tanto.
Pero, como nos recordaba Schaber en Junge Welt, ese proyecto no se limita al entorno ucraniano, tiene en todos los sentidos una dimensión europea. Por ello, es preciso considerar el significado histórico que Intermarium llegó a tener en el pasado como eje de una alianza entre ciertas potencias occidentales y las fuerzas nacionalistas y ultraderechistas que colaboraron con las fuerzas del Eje. No en vano el principal impulsor ucraniano de Intermarium a mediados del pasado siglo llegó a ser Ivan Buchko.
La principal amenaza en el proyecto de extensión de la ideología que hoy impulsan Azov y su entorno se reduce a una idea clara: Primero Ucrania y el Este, luego el resto de Europa. Para, como señalan en su web Reconquista, liquidar “la amenaza neo-bolchevique tanto del Este como del Oeste”.
¿Y a quién se refieren al hablar de neo-bolcheviques? La respuesta a esa pregunta ya la escribió Bertold Brecht.
Reblogueó esto en El Mazo de Demoliciones.
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Me llama la atencion la existencia de nacionalistas rusos?, entendia que estos eran de una vision nacional-ortodoxa cercana a la política actual de Putin. Gracias
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Hay una versión mucho más radical del nacionalismo ruso, una extrema derecha muy similar a la ucraniana y mucho más a la derecha de la actual política rusa. Desde el principio ha habido rusos en el batallón Azov, por ejemplo. Y es lógico que estén en estas reuniones de Intermarium, que históricamente ha tenido un componente racial bastante claro. Lo explicaremos en un próximo artículo.
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Las fuerzas que toman parte en el encuentro suelen intentar que la gente asocie nación-cultura-y-raza a posturas anticomunistas. Y en parte lo consiguen, porque admitimos auto-definiciones que ellos mismos se dan: en el artículo escribís «los valores del nacionalismo radical que representa Azov» ¡Pero la soflama ultra sobre la Nación solamente es una cortina para escamotear la sociedad OLIGÁRQUICA que nutren! El patriotismo parece la base, pero será el útil para hacer del país un cortijo donde obrar a su antojo.
El socialismo es la mejor oposición a un proyecto tan desolador. Y por su lado, los fascistas lo usan para alimentar la tensión hacia el exterior y hacia el interior. El aglutinante auténtico de la conferencia quizá sea el anticomunismo.
¿Cómo les miran EEUU y compañía? Me figuro que en la filosofía imperialista clásica de intentar usarlos más adelante:»Intermarium son unos h de p, pero son nuestros h de p».
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Esta basura no tiene fin, es una jodida plaga que no hay manera de erradicar, así pasen las generaciones, terminan eclosionando como las jodidas setas alucinógenas. Está claro que las lecciones que aprenden generaciones anteriores no pasan al acervo genético de la especie. Cada perro necesita sus pulgas y su filaria para aprender que, o te desparasitas o estás muerto. Todas estas inmundicias humanas que terminan llevando a sus naciones al infierno deberían ser pasados por la historia, y es por éso que confío que la Federación de Repúblicas Rusas, llegado el momento, vuelva a aplicar un buen tratamiento de choque con piretroides de última generación.
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