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Misiles, el puente de Crimea y la escalada bélica

Apenas unas horas después de que medios alemanes como Der Spiegel o el tabloide Bild lo dieran por hecho, el Ministerio de Defensa de Alemania confirmó la veracidad de la conversación telefónica filtrada el viernes por Margarita Simonyan, editora-jefe de RT. Interceptado, evidentemente, por la inteligencia rusa, la publicación causó especial rechazo entre la audiencia rusa al tratarse de un diálogo en el que varios militares alemanes parecían planificar o, cuando menos, especular con la posibilidad de destruir el puente de Kerch que une Crimea con la Rusia continental. Unas horas antes de la confirmación oficial, el canciller Olaf Scholz había declarado que “lo que se está reportando es una cuestión muy seria y, por eso, ahora está siendo investigada con mucho cuidado, muy intensamente y de forma muy rápida”.

En esta ocasión, al contrario que en casos como el Nord Stream, en el que todo indica que las investigaciones apuntan a un aliado y no al enemigo, Alemania logró resolver rápidamente el misterio. Menos de 24 horas después de la publicación de la grabación, un portavoz de Defensa confirmó a AFP que “según nuestra evaluación, ha sido interceptada una conversación de la división de la aviación. Actualmente no estamos en posición de decir a ciencia cierta si se ha modificado la grabación o la versión transcrita que está circulando por las redes sociales”.

“Oficiales del ejército alemán discutían la entrega de potentes misiles de crucero Taurus a Ucrania según una filtración de una grabación publicada el viernes por el medio controlado por el Estado ruso Russia Today”, escribía ayer Político poniendo el foco en quién publicó la filtración y no en el contenido de la conversación. En un artículo mucho más breve de lo que acostumbra, el medio hace tan solo dos menciones al contenido de la conversación. En el primero, en el que insiste nuevamente en la autoría de la publicación, afirma que “oficiales de las fuerzas aéreas alemanas, la Bundeswehr, discuten cómo podría la aviación proporcionar apoyo técnico a la  entrega de misiles Taurus una hipotética decisión política del canciller alemán Olaf Scholz”. En la segunda, Político explica que “durante la conversación grabada, los oficiales militares también discuten posibles objetivos como el puente de Kerch, que une Rusia con la Crimea ocupada”.

La filtración se produce en un momento comprometido para Olaf Scholz, que esta semana ha optado por la táctica del ataque para defenderse de los reproches de países como Francia y el Reino Unido, que tratan de presionar al canciller alemán para que apruebe finalmente la entrega de misiles Taurus, con alcance de más de 500 kilómetros. Para repeler la ofensiva franco-británica, Scholz no solo se ha referido a la necesidad de que ningún soldado alemán pueda ser vinculado a la elección o golpeo de blancos en la actual guerra, sino que ha sugerido que son oficiales británicos y franceses quienes controlan los sistemas Storm Shadow o SCALP que sus países han enviado a Ucrania. Y no hace falta la filtración de una conversación entre oficiales occidentales para conocer que el puente de Crimea es uno de los objetivos prioritarios para Ucrania y los principales halcones entre sus aliados como, por ejemplo, Philip Breedlove, que ha insistido desde 2022 en la necesidad de derribar el puente.

Con sus palabras de esta semana y su negativa no solo a enviar tropas terrestres sino incluso soldados que apoyen a Ucrania en el manejo de estos sistemas de misiles, el canciller alemán se ha mostrado como la última barrera en una escalada bélica cada vez más probable. Como hace un año ocurriera con los tanques Leopard, que Scholz era reticente a enviar, el canciller alemán sufre fuertes presiones para enviar finalmente los misiles de crucero para atacar la retaguardia rusa. En los últimos días, por medio de un vídeo que mostraba la infraestructura, el director de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budanov, recomendaba a la población civil no utilizar el puente. Destruirlo, ya sea para minar la logística rusa en el frente sur (aunque el corredor terrestre entre la Rusia continental y Crimea sigue intacto pese al intento de Ucrania de romper el frente) o como golpe psicológico sigue siendo uno de los objetivos principales de quienes tienen la labor de atacar el territorio ruso en profundidad.

Según citaba Sputnik, la conversación interceptada se produjo el 19 de febrero, dos días después de la caída de Avdeevka y cuando había comenzado ya la ofensiva que busca presionar lo suficiente a Scholz para lograr la aprobación del envío de los misiles Taurus a Ucrania. Tres días después, el Bundestag votaba, a iniciativa de la oposición, a favor de exigir al Gobierno el envío de misiles de largo alcance, aunque no mencionaba la palabra “Taurus”. Según los medios rusos, participaron en la conversación “el jefe del Departamento de Operaciones de la Fuerza Aérea de Alemania, Frank Graefe, el inspector general de la Fuerza Aérea, Ingo Gerhartz y dos funcionarios del Centro de Operaciones Aéreas del Mando Espacial, Fenske y Frostedte”, oficiales de rango lo suficientemente elevado para considerar la conversación como relevante.

Como han oído, el ministro de Defensa Pistorius va a examinar la cuestión del suministro de misiles Taurus a Ucrania. Tenemos una reunión programada con él. Hay que discutirlo todo para que podamos empezar a trabajar en esta cuestión. Hasta ahora, no veo que exista ninguna indicación sobre cuándo comenzarán estas entregas. No ha habido nada de que el canciller le haya dicho: «Quiero información ahora, y mañana por la mañana tomaremos una decisión». Eso no lo he oído. Por el contrario, Pistorius analiza todo el debate que se ha desarrollado. Nadie sabe por qué el canciller federal bloquea estas entregas”, afirma Gerhartz según la transcripción de Sputnik. En realidad, incluso antes de la aclaración de esta semana de que el envío de Taurus a Ucrania implicaría también la presencia de soldados alemanes, Scholz había mostrado ya las reticencias a que armamento alemán fuera utilizado contra objetivos en la Federación Rusa. Es más, en uno de los momentos en los que se especuló con un envío inminente, la prensa alemana afirmaba que los misiles estarían siendo modificados para impedir que pudieran ser utilizados en territorio ruso. Quizá a raíz de la cuestión del Nord Stream, la confianza en la palabra de Ucrania, que repetidamente ha afirmado que no utilizaría ese material salvo en territorio ucraniano (según las fronteras de 1991) no existe.

Gerhartz insiste también en la necesidad de ofrecer soluciones a la forma de entrega. “Tenemos que mostrar lo que el misil puede hacer, cómo se puede utilizar. Hay que tener en cuenta, si tomamos la decisión política de transferir misiles como ayuda a Ucrania, a qué consecuencias podría llevar esto. Le agradecería que me dijera no solo qué problemas tenemos, sino cómo podemos resolverlos. Por ejemplo, si tratamos sobre las formas de suministro… Sé cómo lo hacen los británicos. Siempre los transportan en vehículos blindados Ridgback. Tienen unos cuantos hombres sobre el terreno. Los franceses no lo hacen así. Entregan Q7s a Ucrania con misiles Scalp. El Storm Shadow y el Scalp tienen especificaciones similares para su instalación. ¿Cómo vamos a resolver este problema? ¿Vamos a entregar misiles MBDA con Ridgback a sus manos? ¿Se asignará uno de los nuestros a MBDA? Graefe, infórmenos de cuál es nuestra posición al respecto. Señores Fenske y Frostedte, informen de cómo ven la situación”. Es evidente que el objetivo es lograr anticiparse a la decisión política del envío para acelerar al máximo la llegada del material a la guerra.

Pero incluso si la decisión de Scholz se produjera de forma inmediata, algo que no parece probable a juzgar por la postura del canciller alemán esta semana, los plazos de entrega serían, según Graefe, a medio plazo. “Si el canciller toma ahora la decisión de que debemos suministrar misiles, éstos serán entregados desde [los arsenales de] la Bundeswehr. De acuerdo, pero estarán listos para su uso solo en unos ocho meses. Segundo, no podemos acortar el tiempo. Porque si lo hacemos, podría haber un fallo en el uso, el misil podría caer en una guardería, de nuevo habría víctimas civiles. Hay que tener en cuenta estos aspectos. Es necesario tomar nota durante las negociaciones que no podemos hacer nada sin el fabricante. Pueden equipar, rearmar y entregar los primeros misiles. Podemos aumentar el ritmo de fabricación un poco, pero no debemos esperar hasta que tengamos unas 20 unidades, podemos entregar unos cinco cada vez. El plazo de entrega de estos misiles depende directamente de la industria. ¿Quién pagará por ello? Otra cuestión es: ¿a qué sistemas de armamento se acoplarán estos misiles? ¿Cómo debe mantenerse la interacción entre la empresa y Ucrania? ¿O hay algún tipo de integración ya establecida?”, explica, dando detalles importantes del proceso de fabricación, entrega y preguntándose por el coste y la logística.

Si todo está preparado, el entrenamiento será más eficaz. Y luego podemos volver a la cuestión del número de misiles. Si damos 50, se agotarán muy rápidamente”, añade Frenske dejando claro el intensivo uso de los misiles que esperan que realice Ucrania. Sin embargo, ninguno de los participantes espera que esos 50 misiles cambien el desarrollo de la guerra. “Exactamente, no cambiará el curso de las hostilidades. Por eso no queremos entregarlos todos. Y no todos al mismo tiempo. Tal vez 50 en el primer tramo, luego probablemente habrá otro tramo de 50 misiles”, responde Gerhartz.

A partir de ahí, la conversación se centra en lo más práctico: el uso de los misiles contra un objetivo concreto, el puente de Kerch. “Tiene sentido unir Ucrania a TTR [Tácticas, Técnicas y Procedimientos]. Esto llevará una semana. Creo que es conveniente pensar en la planificación de tareas y en la planificación centralizada. La planificación de tareas en nuestra unidad lleva dos semanas, pero si hay interés en ello, puede hacerse más rápido. Si nos fijamos en el puente, creo que Taurus no es suficiente y necesitamos tener una comprensión de cómo funcionará, y para ello necesitamos datos de los satélites. No sé si podremos en un plazo breve, se trata de un mes, preparar a los ucranianos para semejante tarea. ¿Cómo se llevaría a cabo un ataque con Taurus contra el puente? Desde una perspectiva operativa, no puedo estimar la rapidez con la que los ucranianos aprenderán el modo de planificar una operación de este tipo ni la rapidez con la que se producirá la integración. Pero dado que nos referimos al puente y a las bases militares, entiendo que quieran hacerse con ellas lo antes posible”, expresa Frostedt, que da inicio a la especulación sobre qué sería necesario para derribarlo.

Hemos estudiado intensamente esta cuestión y, desgraciadamente, hemos llegado a la conclusión de que el puente es como una pista de aterrizaje por su tamaño. Por lo tanto, puede que se necesiten no diez, ni siquiera veinte misiles”, añade Fenske, a lo que Gerhartz responde que “se dice de que el Taurus lo conseguirá, si se usa con el caza francés Dassault Rafale”, que Ucrania aún no dispone.

Todos sabemos”, añade Gerhartz para introducir el tema principal, el de lograr que Alemania no pueda ser considerada participante en la guerra tras un posible ataque con uso de misiles Taurus, “que quieren destruir el puente, lo que significa en última instancia, cómo se vigila, no solo porque es de importancia militar y estratégica, sino también política. Aunque ahora también tienen un corredor terrestre. Existe cierta preocupación de si tenemos un enlace directo con las Fuerzas Armadas ucranianas. Por lo tanto, surgirá la pregunta: ¿podemos utilizar ese truco y enviar a nuestras personas a la [empresa fabricante] MBDA? Así que el vínculo directo con Ucrania será solo a través de MBDA, es mucho mejor que si ese vínculo existiera con nuestra Fuerza Aérea”.

La conversación interceptada muestra el interés de los oficiales alemanes por la entrega, en cantidades suficientes, de misiles Taurus con los que son conscientes de que atacarían puntos tan importantes como el puente que une Crimea con la Rusia continental. Cuatro son los principales retos que aspiran a solventar los participantes: la producción y entrega, la instrucción de especialistas, logística de las entregas y de su uso y, ante todo, lograr que un ataque sobre un objetivo tan sensible como el puente de Kerch no sea considerado un acto de guerra de Alemania contra Rusia. Y sobre todo el diálogo sobrevuela constantemente la idea de la decisión política de enviar los misiles a Ucrania. Una decisión política que, a pesar de las presiones, Olaf Scholz se resiste a tomar. Por el momento.

Comentarios

Un comentario en “Misiles, el puente de Crimea y la escalada bélica

  1. Están locos estos romanos. Digo, alemanes.

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    Publicado por Narff | 03/03/2024, 19:51

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