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Donbass, Donetsk, DPR, Ejército Ucraniano, Rusia, Ucrania, Zaluzhny, Zaporozhie

Trincheras del frente de Donbass

Desde la captura de Avdeevka hace exactamente dos semanas, Ucrania y sus socios buscan la forma de explotar en su beneficio una derrota que para Kiev tiene una importancia especial. La batalla, que ha causado enorme devastación en la ciudad y una elevada cifra de bajas en los dos ejércitos en liza, ha sido convertida en un argumento para exigir a los países proveedores mayor rapidez en la entrega de material. En las semanas previas a la captura, cuando el frente de la ciudad se tambaleaba y el nuevo comandante en jefe optó por enviar a una brigada de su confianza, la formada por los soldados de Azov de Andriy Biletsky y Maksym Zhoryn, esas reservas no buscaban, como indicaba el nombre de la brigada, Tercera de Asalto, atacar, sino simplemente cubrir la retirada. En las horas posteriores a la definitiva victoria rusa en la ciudad, medios como The New York Times alegaron que Ucrania podría haber perdido hasta un millar de soldados abandonados en la ciudad o capturados por las tropas rusas, una cifra elevada, pero que no ha repetido las escenas de enormes capturas de prisioneros que se produjeron en Mariupol. El desarrollo de la batalla, con las tropas ucranianas frenando el avance ruso primero en Lastochkino, una pequeña localidad en las afueras de Avdeevka, y posteriormente en el eje Berdichi-Orlovka-Tonenkoe indica una retirada relativamente ordenada en busca de ralentizar la ofensiva local rusa.

El objetivo es, sin duda, ganar tiempo para reforzar esa segunda línea de defensa que cuenta, además, con barreras geográficas que, en el pasado, han supuesto un obstáculo prácticamente insalvable para las fuerzas de la Federación Rusa, que han sufrido enormes bajas en sus intentos de cruzar algunos de los ríos o reservas de la región de Donbass. Pese a las esperanzas de think-tanks como el Institute for the Study of War de que la fatiga de la batalla fuera a detener temporalmente la lucha, el intento ruso de avanzar sobre la segunda línea de defensa de Ucrania ha continuado. La importancia de la captura de Avdeevka es precisamente haber roto la primera línea de defensa ucraniana en la parte más fortificada del frente preparado durante más tiempo. Se trata así de una pérdida estratégica para Kiev, que necesita ganar tiempo para reforzar su segunda línea. Para ello cuenta, entre otras, con las tropas más ideológicamente preparadas y que con más fanatismo están dispuestas a luchar contra Rusia.

“En la dirección del sur de Donetsk, la exitosa ofensiva de nuestras tropas continúa desarrollándose a lo largo del eje Avdeevka-Pervomaiskoe-Krasnogorovka-Marinka-Konstantinovka (con Novomijailovka como punto exterior). Se trata de localidades (cinco fortalezas temporales) de las que dependen todas las defensas ucranianas de la zona de Donetsk, un feudo que ha ahogado a la capital de la Primavera Rusa durante muchos años”, escribía esta semana Marat Jairulin, uno de los corresponsales militares que con más claridad está contando los progresos y dificultades de las tropas rusas en su intento de alejar, por fin, a las fuerzas ucranianas de la ciudad de Donetsk.

El mapa muestra la estructura de defensa de Ucrania en esta línea, con la clara barrera fluvial que une la línea Ocheretino-Novosevlovka-Karlovka. Para llegar a ella y tratar de derribar esa barrera de camino a ese eje exterior, teóricamente más fortificado, ya que, ahí sí, una ruptura podría derribar todo el frente de 60 kilómetros alrededor de Donetsk, Rusia lucha ahora en Orlovka, Berdichi, Tonenkoe y Pervomaiskoe.

“Avdevka se convirtió en escenario de un duro duelo a lo largo de los últimos nueve meses, convirtiéndose en una de las batallas más sangrientas de la guerra. Cuando Rusia capturó la ciudad el 17 de febrero, su principal avance desde el pasado mayo, el Ejército Ucraniano alegó haber asegurado las líneas de defensa en las afueras de la ciudad”, escribía ayer The New York Times en un poco característico artículo que pone en duda los planteamientos ucranianos  e incluso su valoración de la situación. La realidad de estas dos semanas, en las que Rusia ha logrado capturar varias localidades y continúa luchando por ciudades de mayor importancia, contradicen el discurso ucraniano, que trató de restar importancia a la pérdida de Avdeevka. Las autoridades ucranianas tuvieron que recurrir a la guerra de Donbass, en la que en 2014 se produjo la primera batalla entre las Fuerzas Armadas de Ucrania y las recién formadas milicias de la RPD, para alegar que Rusia ha tardado diez años en capturar la localidad. El comentario, que elimina de un plumazo la diferencia entre los ejércitos populares que lucharon en el frente de Donbass en julio de 2014 y el ejército ruso que, con importante peso de su aviación, ha avanzado sobre Avdeevka ahora, buscaba simplemente convencer a su audiencia de que todo marcha según el plan.

Pero eso es cuestionable incluso si el plan era una retirada organizada a la segunda línea de defensa, momento en el que podrá valorarse realmente el potencial ofensivo ruso en este sector del frente de Donbass. “Pero las tropas rusas han capturado tres pueblos al oeste de Avdeeka en menos de una semana y disputan al menos otro”, se lamenta The New York Times, que busca los motivos de las dificultades ucranianas en un frente que se consideraba preparado. “Unas dispersas y rudimentarias líneas de trincheras pueblan la zona al oeste de Avdeevka que Ucrania trata de defender, según una revisión de imágenes realizada por Planet Labs, una empresa comercial de satélites. Estas líneas de trincheras carecen de muchas de las fortificaciones adicionales que podrían ayudar a frenar a los tanques rusos y a defender carreteras principales y terrenos importantes”, se sorprende el medio, que sitúa esa deficiente red de defensa precisamente en los lugares en los que esta semana se ha producido la batalla y que han sido reforzados por una brigada formada por hombres dispuestos a morir matando soldados rusos para evitar su avance.

“La inteligencia militar británica afirmó el jueves que las fuerzas rusas habían avanzado hasta unos seis kilómetros del centro de Avdeevka en las últimas dos semanas, un avance limitado pero inusualmente rápido en comparación con anteriores operaciones ofensivas”, explica el artículo, que aclara que “los comandantes ucranianos han tenido tiempo de sobra para preparar las defensas en los alrededores de Avdeevka. El área ha estado bajo ataque desde 2014 y Ucrania ha tenido un tenue control sobre ella desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala hace dos años”. Como es habitual, el medio olvida que, si Avdeevka ha estado bajo ataque desde 2014, lo han estado también Yasinovaya, Spartak o Donetsk al otro lado del frente. Curiosa también es la definición de tenue del control de Avdeevka, uno de los principales feudos de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

En cualquier caso, el medio pasa al ataque y en un poco característico alarde de crítica a Ucrania, añade que “las defensas ucranianas en las afueras de Avdeevka muestran fortificaciones de tierra rudimentarias, a menudo con una trinchera de conexión para que las tropas de infantería lleguen a las posiciones de tiro más cercanas al enemigo, pero poco más”. Por si fuera poco, y utilizando también imágenes de satélite obtenidas a través de empresas comerciales, The New York Times realiza una comparativas con las trincheras rusas de la línea Surovikin en los campos de Zaporozhie que arrojan una poco favorable imagen del trabajo de defensa de las Fuerzas Armadas de Ucrania en los tiempos de comandancia de Valery Zaluzhny. “La ausencia de atrincheramientos ucranianos sólidos en la zona es especialmente flagrante si se compara con las formidables defensas rusas que frustraron los avances de Kiev el pasado verano durante  la contraofensiva ucraniana, que finalmente fracasó”, se lamenta el artículo, que pone como ejemplo las trincheras en las afueras de Verbovo,

“A diferencia de las aldeas mal fortificadas que las fuerzas rusas intentan capturar a las afueras de Avdiivka, Verbove tiene un anillo concéntrico de fortificaciones. Comienza con una trinchera lo bastante ancha como para atrapar a los tanques y vehículos blindados que avanzan, seguida de una malla de obstáculos de cemento conocidos como dientes de dragón -que también se utilizan para detener vehículos- y, por último, una trinchera en expansión para la infantería”. De repente, la línea de defensa que los periodistas rusos ya definían como seria en el otoño de 2022 cuando comenzaban el trabajo se ha convertido en un ejemplo que Ucrania debería haber seguido. Es más, los dientes de dragón de los que tanto se burlaron Ucrania y sus seguidores, han comenzado ya a aparecer en algunas zonas de la defensa ucraniana.

The New York Times se plantea también los motivos para la dejadez ucraniana en relación con las construcciones de defensa. Entre las posibles causas destaca el énfasis en las operaciones ofensivas, que no han dejado lugar ni dotación presupuestaria ante la posibilidad de que la contraofensiva no fructificara y la iniciativa de la guerra volviera nuevamente a las tropas rusas. “¿Quién lo consideró una opción -que es una opción muy costosa- la construcción de líneas defensivas? Nadie”, afirma Serhiy Hrabskiy, coronel ucraniano retirado, según cita The New York Times. Rusia, que no  tuvo más remedio que comprender que su supervivencia en la guerra pasaba por la construcción de una defensa fiable que impidiera la irrupción ucraniana hacia Crimea, comenzó las labores de preparación en el otoño de 2022 y jamás escondió el objetivo. Ya entonces, comenzaba a hablarse de la futura contraofensiva ucranianas, esa que, según las autoridades ucranianas fracasó por los retrasos occidentales en la entrega de armas, pero también, según alegan ahora, por las filtraciones que hicieron que Moscú tuviera en sus manos los planes ucranianos. En realidad, la contraofensiva, que solo podía llegar por la parte en la que ni la excesiva urbanización de Donbass o el Dniéper son un factor, fue prácticamente retransmitida por Ucrania, que se jactó de sus éxitos antes incluso de tener en sus manos el armamento con el que pretendía romper el frente de Zaporozhie.

Además de la cuestión económica, The New York Times apela al “elemento psicológico” que observan los oficiales de Estados Unidos. “Si las tropas ucranianas minaban ampliamente ciertas zonas para evitar avances rusos, sería el reconocimiento tácito que será improbable realizar operaciones militares en esa zona en un futuro”, señala. Durante los ocho años de guerra de Donbass y en los dos posteriores, Ucrania ha aspirado, sin duda, a irrumpir militarmente en Donetsk. Sin embargo, es probable que ese no sea el único o principal motivo para la falta de preparación de las afueras occidentales de Avdeevka, una localidad que Ucrania simplemente no esperaba perder. Ausente del artículo queda uno de los motivos más claros por los que Kiev ha optado por la ofensiva y ha dejado descuidada la defensa: al contrario que Rusia, que comprendió en 2022 la gravedad de la situación, desde la caída de Jersón y la derrota rusa en Járkov, las autoridades políticas y militares ucranianas han subestimado las capacidades tanto ofensivas como defensivas de las tropas rusas.

Finalmente, The New York Times recuerda la orden de Zelensky de comenzar la construcción de trincheras y posiciones defensivas el pasado diciembre, meses después de que el fracaso de la contraofensiva fuera evidente. Pero más preocupante para los intereses ucranianos y occidentales es la valoración del trabajo que se ha realizado desde entonces y en el que la región de Donetsk debía tener un lugar prioritario. “No ha pasado nada significativo”, se queja el medio, que describe los problemas económicos y logísticos que está sufriendo Ucrania en esta labor. Entre ellas destacan la falta de unidades de ingeniería, las carencias de personal y también de material.

“La ausencia de fuertes líneas defensivas en las afueras de Avdiivka ha sido denunciada en los últimos días por varios periodistas ucranianos, en una rara muestra de crítica pública a los militares”, añade The New York Times, que insiste en que “los retrasos en la construcción de fortificaciones significan que las tropas ucranianas pueden verse ahora obligadas a reforzar sus líneas defensivas mientras están bajo el fuego del ejército ruso, lo que dificulta exponencialmente la tarea”. De ahí que la presencia de unidades como la Tercera Brigada de Asalto busque retrasar los avances rusos en la zona inmediatamente al oeste de Avdeevka, donde las fortificaciones rudimentarias no aguantarán muchos asaltos, para ganar tiempo en las tareas de refuerzo de la segunda y tercera línea. Será entonces, en el momento en el que la batalla llegue a esas posiciones posiblemente mejor fortificadas que zonas como Orlovka, por las que Ucrania esperaba no tener que luchar, cuando podrá valorarse si las tropas rusas cuentan con la capacidad para acciones ofensivas más amplias o si se trata únicamente de la continuación de la dinámica de la guerra, con pequeños avances progresivos a costa de duras batallas por cada localidad.

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