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Preparativos ucranianos para la ofensiva de primavera

Artículo Original: Colonel Cassad

Cuanto más se acerca la anunciada ofensiva de primavera de las Fuerzas Armadas de Ucrania, más preguntas surgen sobre qué tipo de medios van a utilizar Zaluzhny y su equipo para lograr el ambicioso objetivo de infligir una derrota estratégica a las tropas rusas. Por supuesto, la agrupación está siendo reformada y la coordinación de combate en la retaguardia de Ucrania y el territorio de los países occidentales va a ser importante. Se trata de, al menos, la tercera parte de la agrupación de tropas ucranianas disponibles: una brigada de montaña, alrededor de 30 de infantería, unidades anfibias y de asalto. Al menos seis brigadas de tanques. Al menos seis brigadas de artillería. Y también partes de las “fuerzas especiales” de las Fuerzas Armadas de Ucrania y la Guardia Nacional. el número total del grupo de ataque puede llegar a 140.000-160.000 personas. Consisten en al menos 400 tanques, 350 cañones, hasta 100 sistemas lanzacohetes múltiples y unos 30 HIMARS, MARS y otros análogos occidentales. Es evidente que las Fuerzas Armadas de Ucrania habrán recibido suficientes cantidades de munición, piezas de repuesto y combustible para esta ofensiva.

Según los parámetros de la ciencia militar, es probable que estas fuerzas se dividan en dos grupos de ataque, cada uno de los cuales con sus tareas específicas. Uno de los golpes será el principal y el otro, auxiliar o una distracción. Al mismo tiempo, el comando de las Fuerzas Armadas de Ucrania estará preparado para trasladar fuerzas de cualquier dirección hacia donde las posibilidades de éxito parezcan más evidentes, como ya ocurrió en septiembre con la ofensiva de Járkov, que comenzó como secundaria, pero se convirtió en la principal según se desarrolló.

¿A qué apostará el comando de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la futura ofensiva?

Evidentemente, intentará alcanzar una sorpresa táctica con la elección de los lugares de ataque y superioridad decisiva: no menos de 7:1 en esas zonas.

La segunda tarea en las primeras horas de la ofensiva será destruir los puntos de mando, sistemas de control de combate, comunicaciones, depósitos de munición y de combustible rusos a la mayor distancia posible utilizando las armas disponibles -hasta 80km- para causar la parálisis del control de combate y caos en la retaguardia. Para ello, se utilizarán armas de precisión y drones kamikaze, cuyos suministros están ahora en pleno apogeo.

El éxito de esta tarea depende directamente cuánta inteligencia dispongan las tropas ucranianas según las capacidades de la inteligencia estadounidense y otros países de la OTAN sobre las infraestructuras militares de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa en la zona de operaciones. Actualmente, Estados Unidos y la OTAN concentran sus esfuerzos en identificar esos objetivos. Las actividades de inteligencia de la OTAN en las fronteras rusas han alcanzado su máxima expresión y sería correcto asumir que toda la infraestructura militar de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa en el frente ha sido analizada y localizada en los mapas del personal ucraniano. Los expertos creen que los ataques de precisión ucranianos contra bases y centros de control rusos no han descendido porque Ucrania no pueda identificarlos, sino que no están siendo atacados específicamente para lograr la máxima sorpresa y daño en el momento del inicio de la ofensiva.

La tercera tarea que las Fuerzas Armadas de Ucrania intentarán resolver para garantizar el éxito de su ofensiva es aislar las zonas en las que atacarán sus tropas. El objetivo es impedir el traslado de reservas, suministro de combustible y munición a esas áreas, pero también la retirada de tropas. En las últimas semanas, la artillería ucraniana ha trabajado en esta tarea en diferentes zonas de las defensas rusas con distinto grado de éxito.

Al mismo tiempo, es evidente que las tropas ucranianas intentarán utilizar las capacidades rusas contra Rusia: una ofensiva de artillería, en la que la máxima concentración de artillería se producirá en dirección al golpe. Aunque inferiores en términos de artillería, las Fuerzas Armadas de Ucrania se sostienen sobre la alta precisión de los sistemas occidentales y los medios más modernos de control de fuego de artillería.

Una de las principales apuestas ucranianas en la próxima ofensiva es la esperanza de la “digitalización” de nuevos grupos y de la conducta de una guerra centrada en las redes, lo que debería dar a Ucrania su principal superioridad sobre el enemigo. Con ventaja en reconocimiento, detección del enemigo, velocidad a la hora de golpearle y precisión en su derrota. En los últimos meses, las brigadas asignadas a la retaguardia para rellenar o formar grupos de ataque han estado recibiendo los más modernos sistemas estadounidenses de control y han aprendido cómo utilizarlos.

El comando ucraniano considera que su tarea prioritaria es romper lo más rápidamente posible la primera línea de defensa donde, según los generales ucranianos y sus asesores de la OTAN, se encontrarán las unidades rusas más experimentadas y preparadas para el combate. Infligir el máximo daño ahí, así como impedir la retirada organizada a la segunda línea de defensa, donde habrá regimientos peor entrenados y que no tengan suficiente experiencia en el manejo de armamento pesado, unidades formadas por reclutas que, en caso de ruptura ucraniana, difícilmente podrán presentar una resistencia seria si no pueden retirarse de la primera línea. Así que lo más probable es que la ofensiva no se realice según las tendencias habituales de esta guerra, con un lento castigo a la línea de defensa, sino según los estándares estadounidenses de superioridad máxima de fuego y ataques rápidos en las zonas más propicias para ello.

Los asesores estadounidenses están presionando al comando ucraniano para una ofensiva lo antes posible, cuando aún haya un desequilibrio en las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa entre unidades bien equipadas, armadas y entrenadas y una enorme cantidad de regimientos “fortaleza”, muchas de las cuales carecen de sus propios tanques y artillería e incluso de vehículos para un correcto suministro. Su personal de mando no tiene experiencia de combate y en algunos casos está formado por reservistas, muchos de los cuales no han servido en el ejército y son graduados de departamentos militares de las universidades. El valor de combate de esas unidades es condicional y, en términos de defensa contra un enemigo bien entrenado y equipado, apenas tienen alguna oportunidad.

Seguramente, el comando ucraniano que está preparando esta ofensiva tenga un as en la manga. Hay expertos que opinan que puede ser el uso masivo de drones de ataque, especialmente drones kamikaze, con lo que las tropas ucranianas intentarán infligir el máximo daño a la artillería rusa y a su equipamiento militar en las posiciones de defensa, tratarán de cazar a las tropas y columnas en movimiento en las carreteras. No se puede descartar la posibilidad de ataques masivos con drones en la retaguardia rusa, incluso a una distancia de 800-1000 kilómetros. Se han podido observar intentos de probar las defensas rusas en las últimas semanas.

Los puntos fuertes de las Fuerzas Armadas de Ucrania ante la próxima ofensiva:

  • Un comando operativo y táctico experimentado. Los comandantes de brigada y de combate son líderes con experiencia que han pasado por todos los años de la guerra. Muchos llevan luchando desde 2014-2015.
  • Un bien organizado sistema vertical de control de combate basado en comunicaciones cerradas, sistema de intercambio digital de información y gestión de combate.
  • Un personal de artillería bien entrenado y con buena experiencia de combate a quien se ha entregado material de alta precisión de la OTAN.
  • Una inteligencia integrada con la OTAN y Estados Unidos, que permite recibir información del enemigo lo más rápidamente posible y en formato digital.

Por supuesto, además de los puntos fuertes, las Fuerzas Armadas de Ucrania también cuentan con debilidades que serán difíciles de compensar:

  • Baja calidad de la infantería. La motivación de gran partes de los reclutas movilizados en los últimos meses es muy baja. El número de personas con experiencia de combate entre ellos tiende a cero. Gran parte ha recibido apenas un entrenamiento de un mes y medio o dos meses que no pasa de la instrucción básica.
  • Escasez de oficiales, especialmente en el nivel secundario, hasta de compañía. Prácticamente no hay oficiales de carrera en ese nivel. Básicamente, son reclutas graduados en departamentos militares o nombrados para esos puestos.
  • El comando ucraniano no tiene gran experiencia en batallas ofensivas más allá de la ofensiva de septiembre, que en realidad solo puede calificarse de persecución de un ejército en retirada. Tampoco hay suficiente experiencia en el asalto frente a una defensa organizada, por no hablar de batalla urbana y contraataques.
  • Las Fuerzas Armadas de Ucrania siguen siendo inferiores a las rusas en términos de número de tanques y artillería. En el caso de los tanques, al menos cuatro veces menos y cinco en artillería.
  • Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa superan a las ucranianas en aviación de combate y armamento de alta precisión y mantienen la superioridad en drones y drones kamikaze.
  • La superioridad general de las tropas ucranianas frente a las rusas ha descendido de 3:1 en septiembre a 1,3:1 en febrero.
  • El comando ruso cuenta con grandes reservas a su disposición, al menos 80.000 personas que pueden ser utilizadas en caso de amenaza.

Así que, pese a la enorme propaganda de “victoria” en la próxima ofensiva, el liderazgo militar ucraniano no puede contar con confianza completa en su éxito. Toda una serie de factores de éxito o derrota dependen de la falta de certeza. Por ahora, la agrupación de combate no ha logrado alcanzar los parámetros necesarios. Parte del equipamiento y las armas continúan llegando, el suministro de munición está en pleno apogeo, pero aún no es suficiente para cumplir con todas las necesidades para una ofensiva a gran escala. Las entregas de tanques Leopard, en los que se han puesto grandes esperanzas de éxito en la ofensiva, se están retrasando. Ucrania no ha recibido misiles tácticos de medio alcance (hasta 500 kilómetros). El nivel de instrucción del personal de las brigadas recién formadas se estima como bajo. Es probable que estos factores de incertidumbre no desaparezcan hasta mediados de abril.

Un problema añadido es la respuesta a la cuestión de si las tropas ucranianas lograrán una sorpresa táctica con el inicio de la ofensiva. El curso de la acción depende de ello. La inteligencia rusa también monitoriza constantemente al enemigo, subestimar sus capacidades puede ser un grave error. El comando militar ruso ha ganado gran experiencia de combate e intentará no repetir errores del pasado. La campaña militar de primavera de Ucrania será la fase más importante de esta actual fase caliente, tras la cual quedará claro si Estados Unidos y sus aliados son capaces de detener el avance ruso e infligir una derrota militar sobre Rusia o si tendrán que pasar al plan B, buscar una forma de salvar al actual régimen ucraniano e iniciar negociaciones de paz. El riesgo para ambos bandos es máximo.

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