Dinámicas de la guerra proxy

Hace no tanto tiempo, la afirmación de que la guerra en Ucrania era, en realidad, una guerra subsidiaria entre Rusia y los países de la OTAN era considerada un intento de presentar el punto de vista ruso. Sin embargo, los crecientes envíos de armamento y, sobre todo, las declaraciones de las autoridades políticas y militares de esos países han dejado claro que la Alianza es un actor que, pese a no luchar directamente en la contienda, está más que presente en aspectos del día a día de la guerra. Desde el inicio de la intervención militar rusa y, sobre todo, desde el lanzamiento de todo un mecanismo de suministro constante de armas y financiación al ejército ucraniano, ha quedado patente que el objetivo de la OTAN, al margen de la victoria de Ucrania, era también debilitar a Rusia, país heredero de la potencia contra la que se formó la organización militar.

A pocos días del primer aniversario de la entrada de Rusia en la guerra, los medios de comunicación muestran el grado de implicación de la OTAN en el conflicto. En un momento en el que una parte del establishment militar alerta de la posibilidad de escalada, el argumento para defender el masivo envío de armamento cada vez más pesado a Ucrania es precisamente la gran implicación de los socios occidentales de Ucrania.

Artículo Original: Boris Yierelevsky

Estados Unidos admite que son ellos mismos quienes escogen los objetivos para los HIMARS en el territorio del a Federación Rusa. El diario estadounidense The Washington Post ha publicado un artículo tremendamente curioso y cuyo leitmotif es la necesidad de entregar a Ucrania munición para los HIMARS m 142 y ATAMCS de rango de 300 kilómetros, que son, de hecho, misiles tácticos operativos. El principal obstáculo para ello es, según la publicación, la narrativa de que la entrega de esas armas a Ucrania podría hacer de Estados Unidos un rehén de Kiev, que podría arrastrar a los estadounidenses a una escalada indeseada para ellos.

La narrativa, según escribe The Washington Post, es errónea, ya que según la publicación, que cita fuentes del Pentágono y del Estado Mayor de Ucrania, Kiev no usa los HIMARS ni otras armas de precisión occidentales sin las coordenadas precisas, obtenidas a través de satélites o aviación de inteligencia que suministran los militares estadounidenses destinados en Europa. Si las coordenadas, por el motivo que fuere, no llegan, no se realizan los ataques. Según el medio, este tipo de práctica impide toda posibilidad de uso no autorizado de armamento de largo alcance, por lo que ese material “puede ser confiado a las Fuerzas Armadas de Ucrania”.

Lo notable del artículo no es siquiera la lógica de los periodistas estadounidenses, sino el reconocimiento, sin ambigüedad alguna, de que todos los ataques con HIMARS y otras armas de alta precisión no solo son sancionados por Estados Unidos, sino dirigidos por ellos a los objetivos elegidos. Así que no se puede culpar al ejecutor de ningún exceso, tendrá que haber sido un error de quien ha dado las coordenadas.

Así que debieron ser los oficiales de inteligencia militar estadounidenses los que eligieron las coordenadas de un hostal con refugiados, hospitales, hoteles o viviendas civiles en el territorio ruso y los dieron como designación de objetivos para sus misiles. Por cierto, existe información que afirma que, si no completamente, al menos parte de los cálculos son también estadounidenses. Es decir, los estadounidenses no solo son cómplices, sino organizadores.

El hecho de que las estructuras oficiales de Washington no tengan prisa en refutar lo publicado por este importante medio indica que no consideran necesario ocultar los hechos de su participación en las hostilidades contra Rusia.

Por su parte el británico The Times afirma que Zelensky anunció en su reunión con Sunnak que está dispuesto a usar misiles británicos para atacar Crimea y ahora el departamento militar del Reino Unido está decidiendo qué misiles son los más propicios para ese objetivo.

The New York Times ha escrito que “la estrategia de Biden implica escalada. Habiendo cruzado una determinada línea, Estados Unidos ya ha dejado de ayudar, asesorar y suministrar a los ucranianos de la forma en que ayudó, por ejemplo, a los muyahidines durante la Guerra Fría. En este momento, Estados Unidos está reemplazando a Ucrania en el papel de principal oponente de Rusia en este conflicto. Es difícil decir exactamente cuándo se llegará a ese punto o si ya se ha llegado. ¿Contra quién lucha Rusia, contra Ucrania o Estados Unidos? Fue Rusia quien inició la invasión de Ucrania. ¿Pero quién inició la guerra entre Rusia y Estados Unidos?

Como se puede observar, tras cruzar todas las líneas rojas concebibles, Washington y Londres parecen haber decidido finalmente deshacerse del papel secundario y aceptar su grado de implicación. Es más, su arrogancia se basa únicamente en la infantil convicción de que “no les pasará nada” por ello. Si se libran de esa ilusión, sin duda actuarán con más contención. Así que la pregunta efectiva y precisa es extremadamente importante, ya que el futuro de la humanidad depende de ella en cierto sentido. Si los estadounidenses y británicos no lo comprenden, todo llevará a una guerra mundial.