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Breve reunión a tres

Artículo Original: Antifashist

Al ver los reportajes fotográficos y al leer las informaciones sobre la reunión del jueves (no sé si se puede llamar “negociaciones” a una conversación de 40 minutos) de Zelensky con el presidente turco Erdoğan y el secretario general de Naciones Unidas António Guterres me vinieron a la cabeza las líneas de ahora popular canción “Cuando estábamos en guerra”, basada en los poemas del poeta soviético David Samoilov. “Cuando estábamos en guerra, cuando estábamos en guerra. Allí cada cual pensaba en sus seres queridos o en su mujer”. No sé si sería en sus seres queridos, pero a juzgar por las expresiones en las caras de los participantes de las conversaciones de Lviv, cada uno estaba pensando en lo suyo, sus beneficios, su destino, su vida.

Por ejemplo, Zelensky, que ha rechazado participar en negociaciones de paz con Rusia mientras Moscú no retire sus tropas a las fronteras del 24 de febrero, estaba claramente pensando en cómo su comportamiento afectaría la actitud de sus patrones de ultramar. Al fin y al cabo, pese a que Erdoğan le entregó personalmente un plan desarrollado, una hoja de ruta si se prefiere, en busca de la paz o, cuando menos, de una “tregua” (algo en lo que insisten los europeos y algunos países del lobby occidental que quieren una especie de Minsk-3 para la cumbre del G-20 que se celebra el 15-16 de noviembre en Indonesia y a la que, según las últimas informaciones, acudirán tanto Putin como Xi Jinping), el presidente de Ucrania tiene que tener en cuenta, ante todo, la voluntad de sus socios estadounidenses y británicos, categóricamente opuestos a cualquier acuerdo y satisfechos con la comunidad del banquete, una guerra que trae buenos beneficios a los lobbies armamentísticos locales. Puede que esta sea la última oportunidad para Zelensky de demostrar que es útil y cumplir con las expectativas de sus clientes antes de una posible ofensiva de invierno de los aliados, que podría amenazar Járkov u Odessa para Ucrania.

El medio británico The Economist lo afirma abiertamente en un artículo en el que alega que Zelensky trata de mostrar progresos ante sus socios occidentales y escépticos locales a base de seguir hablando de la contraofensiva de Jerson, pero, al mismo tiempo, aconseja a Kiev abandonar esos planes para 2022, ya que “Rusia ha trasladado tropas a la ciudad y se ha fortificado”.

“Ahora mismo, la situación en los frentes está estancada…Y el Ejército Ucraniano solo puede desbloquear esta situación a principios del año que viene, cuando el nuevo personal haya sido entrenado en Gran Bretaña y se formen brigadas adicionales”, escribe el medio que recomienda a Occidente “ser paciente” en la “guerra de desgaste” que ha comenzado, pero, por otra parte, reconoce que los gobiernos occidentales “pueden ponerse nerviosos ante el mantenimiento de apoyo a Ucrania, ya que las facturas de calefacción pueden aumentar notablemente en los meses de invierno”.

El hecho de que no será posible acabar esta guerra rápidamente, como quieren en Europa, se confirma también con las previsiones de la agencia Fitch, que afirma que “la guerra continuará incluso en 2023, con lo que la deuda pública de Ucrania superará el 100% del PIB”. Las previsiones económicas de las agencias de rating, que por norma no tienden a la histeria o reflexión excesiva, indican que no debe esperarse ni la paz ni una tregua.

Eso parece satisfacer a Zelensky, ya que el plan de los anglosajones para prolongar el conflicto está funcionando. Pero sigue quedando abierta la cuestión de cómo se puede vivir durante ese tiempo. La financiación no procede fundamentalmente de Estados Unidos [de donde llega el grueso del armamento-Ed] sino de la Unión Europea, que no espera de las autoridades ucranianas una beligerancia irreconciliable, sino alguna razón para un levantamiento parcial de algunas sanciones contra Rusia.

En Lviv, el líder turco también se refirió a las sanciones, siempre en el contexto de la utilización en su propio beneficio. Lentamente, Turquía se está convirtiendo en uno de los principales beneficiarios de esta guerra, actuando habilidosamente entre las partes en conflicto sobre el principio “lo tuyo es nuestro”.

El medio estadounidense Político ha acusado abiertamente a Erdoğan de doble juego, calificándole de agente doble. La publicación expresó su preocupación sobre la jugada maestra de Ankara. “Por una parte”, afirma Político, “Erdoğan y la empresa de su yerno suministran drones a Kiev, pero, por otra, Turquía está ayudando crecientemente a Rusia a evitar las sanciones y aumenta su cooperación económica”. Los autores del artículo expresan su opinión de que es imposible para un país de la OTAN mantener un equilibrio así y amenazan a Turquía por medio de las palabras de un oficial anónimo de la administración estadounidense: “Si Turquía llega a una sociedad económica formal con Rusia, Washington considerará recomendar a las empresas occidentales que rompan o reduzcan sus lazos económicos con Ankara”.

“Creemos que Turquía debería convertirse en un destino global para las empresas y el capital, pero unas relaciones más cercanas con Rusia crearán riesgos reales para la integración de Turquía y el resto del mundo”, afirma dicho oficial, “y si Occidente puede probar que Turquía ayuda a Moscú a evadir las sanciones, Washington puede desconectar a Turquía del dólar con sanciones secundarias”.

Erdoğan lidera este juego. No es esto lo que sorprende sino la repentina epifanía de los estadounidenses. Hace mucho tiempo que se sabe muy bien que el presidente turco no es amigo de nadie, tampoco de Rusia. Hace tiempo que han quedado en el olvido los acontecimientos del golpe fallido de 2016 y cualquier político racional debe actuar únicamente según los intereses del país que representa. La única pregunta es cuáles son. Es evidente que Turquía no solo aspira a ser un poder regional influyente, sino que intentará usar su papel como uno de los polos de un emergente mundo multipolar, extendiendo su influencia a la región de Asia Central, Transcaucasia, Asia Menor y el norte de África, creando así una esfera de influencia siguiendo el ejemplo del antiguo Imperio Otomano. Esos planes chocan con la estrategia de dominación global estadounidense y es probable que Washington esté más molesto por ello que con el juego de la guerra y las sanciones en el que Turquía intenta pescar en río revuelto.

Es importante para Rusia recordar que estará a buenas con los turcos mientras siga siendo fuerte. Si no lo es, Turquía será la primera en lanzar un mordisco. Siempre ha sido así y es ingenuo pensar que algo ha cambiado.

En general, como se esperaba, la reunión de Lviv acabó en nada. Y no podía ser de otra manera por la misma razón por la que Minsk-2 no se implementó. Con la arrogancia del actual régimen de Kiev, que se ha creído su poder, la decisión de continuar o finalizar la guerra no se toma en Ucrania sino en Washington y Londres. Y ellos no quieren la paz, al menos no de momento.

Pueden preguntarse qué pasa con el secretario general de Naciones Unidas. ¿En qué estaba pensando él? En nada, en realidad. Gracias al esfuerzo de Estados Unidos, las personas que lideran Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales hace tiempo que se han convertido en hombres de paja diseñados para cubrir importantes eventos con su presencia. ¿En qué podía estar pensando António Guterres? Posiblemente en cómo salir rápidamente de la hospitalaria tierra de Ucrania.

Comentarios

Un comentario en “Breve reunión a tres

  1. Nunca olvidar que Turquía fue un gran imperio y aunque solo sea en parte quiere retomar un papel de importancia.
    Rusia por su parte no tiene prisa, sabe que el tiempo va a su favor. Puestos a malas solo con sus recursos puede sobrevivir con holgura
    En cuanto a temas tecnológicos es solo cuestión de tiempo, unos serán de desarrollo propio y otros gracias al espionaje industrial.
    El problema lo tienen los anglosajones, su maniobra tiene tiempo limitado, el que aguante Europa y ésta tiene muy escaso el margen de aguante, cuando de vea al límite de dará un cambio de estrategia, éste invierno será crucial.
    Ucrania al final será el gran pagamos y posiblemente con su territorio muy mermado, no solo por el Este, también por el Oeste, tiene vecinos con el cuchillo y el tenedor preparado.

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    Publicado por Juan Goicoechea | 23/08/2022, 00:16

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