Retirada y chantaje

El lunes, 5 de abril, el viceprimer ministro de Ucrania y ministro para los “territorios temporalmente ocupados”, Alexey Reznikov afirmaba en una entrevista concedida al medio Dom, planteado para emitir específicamente a los territorios de Donbass y de Crimea,  que Ucrania no retornará a Minsk una vez que las restricciones relacionadas a la epidemia de coronavirus hagan posible la reunión presencial del Grupo de Contacto. Aunque esa negativa a acudir a Minsk no supone necesariamente la retirada de Ucrania del Grupo de Contacto o de los acuerdos de Minsk, sí se trata de un intento más de desacreditar el formato, restarle importancia y lograr que sus pasos unilaterales den lugar a un cambio en beneficio de Kiev.

Artículo Original: Vzglyad

El lunes, el viceministro para la reintegración de los territorios temporalmente ocupados, Alexey Reznikov, afirmó que la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto no acudirá a Minsk para las negociaciones sobre Donbass a causa de las “retórica hostil de Bielorrusia” hacia Ucrania. Según Reznikov, Bielorrusia está actualmente “bajo la influencia” de la Federación Rusa y Kiev “no tiene confianza en ese país”.

No es la primera vez que surge un ataque similar contra Minsk. El año pasado, el líder de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto, el primer presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, afirmó que había que valorar la posibilidad de trasladar la plataforma de negociación desde Bielorrusia y Suecia si la oportunidad de reunirse en Minsk desaparecía a causa de las protestas en la ciudad.

El Kremlin, por su parte, ha apuntado que tal decisión solo puede tomarse sobre la base del consenso con los demás participantes en las negociaciones. “No sé si Ucrania ha anunciado esta decisión oficialmente, si es una negativa completa a acudir a Minsk. Pero el Grupo de Contacto es trilateral, así que es necesario contar con la postura de las otras dos partes, pero de momento no hay una postura común en este sentido”, afirmó Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente ruso.

Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, apeló a Francia y Alemania a “hacer inmediatamente entrar en razón” a las autoridades ucranianas en relación con el empeoramiento de la situación en Donbass. Lavrov mostró también su decepción con la reacción de Estados Unidos y Occidente al comportamiento de Kiev en la región. “Lamentablemente, por el momento, los actos y la reacción de nuestros colegas occidentales a la concentración de estructuras militares, envío de tropas a la línea de contacto en Donbass han sido decepcionantes”, afirmó el ministro.

El conflicto empeoró el 3 de abril a consecuencia del ataque de un dron ucraniano en la RPD, donde murió un niño. El 4 de abril, un civil murió en la República Popular de Lugansk a causa de una mina. Mientras tanto, Alemania y Francia han apoyado a Ucrania ante sus bombardeos de Donbass.

El Senado ruso ha criticado la postura europea: “En este contexto, sin duda, Ucrania está torpedeando otra vez los acuerdos de Minsk, planteando condiciones nada razonables e interrumpiendo las negociaciones con cualquier motivo. Que Francia y Alemania, como garantes de los acuerdos de Minsk por parte de Occidente, presten atención a lo que está haciendo Kiev”, afirmó Vladimir Jabarov, vicepresidente del Comité Internacional del Senado.

El vicepresidente del Comité para los países del CIE, Konstantin Zatulin, por su parte, cree también que Ucrania está pasando de las negociaciones a “otras acciones”, “chantajeando con la posibilidad de reanudar el conflicto”. “¿Qué significa negarse a ir a Minsk bajo pretexto de no me gusta tu retórica?”, insistió. “Nunca se sabe qué no les gustará. A nosotros tampoco nos gustan muchas de las posturas de los países occidentales y de Ucrania. Pero no renunciamos a viajes y contactos”.

“Y si Ucrania hoy rompe lazos, no solo con Rusia, sino también con Bielorrusia, es su decisión, pero eso afectaría a la continuación de las negociaciones en el marco y en el lugar acordado. Este paso indica el interés de Ucrania en interrumpir todas las negociaciones”, sentenció.

En Donbass se observa una opinión similar. Según Rodion Miroshnik, asesor del presidente de la RPL y representante de la República en las conversaciones de Minsk, “tras las declaraciones de Kravchuk diciendo que Bielorrusia es un siervo de Rusia, es difícil esperar algo diferente de Kiev”. “Así que las declaraciones de Reznikov pueden ser entendidas como otro paso hacia el intento de interrumpir el proceso de negociación de Minsk”, asegura Miroshnik.

“Es posible que Berlín y París ni siquiera presten atención a estas declaraciones. Al fin y al cabo, no se han dado cuenta del envío de equipamiento militar ucraniano a Donbass, pero, por el contrario, están preocupados por el movimiento de equipamiento militar ruso dentro de Rusia”, añadió.

“La postura de Lugansk sigue siendo la misma: creemos que los acuerdos de Minsk deben ser implementados. Y las negociaciones deben celebrarse en el lugar previamente acordado. Así que, si Ucrania quiere cambiar el lugar de las negociaciones, eso debe venir acompañado por una reacción apropiada de los observadores internacionales y los mediadores”, asegura Miroshnik.