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Ejército Ucraniano, Jerson, Rusia, Ucrania

La margen izquierda del Dniéper

El domingo, los perfiles de redes sociales del Institute for the Study of War, una de las principales fuentes occidentales que realizan un seguimiento en directo, y siempre desde el punto de vista proucraniano, del desarrollo de los hechos en el frente publicaba que “los blogueros militares rusos han publicado suficiente material geolocalizado e informaciones de texto para confirmar que fuerzas ucranianas han establecido posiciones en la margen oriental (izquierda) del oblast de Jersón a 22 de abril, aunque no en qué escala ni con qué intenciones”. Desde la retirada rusa de la ciudad de Jersón y el resto de territorios en la margen derecha del río Dniéper, esta zona del frente se había mantenido estable y alejada de los titulares y los partes de guerra. La dificultad del terreno y el obstáculo del río, con sus puentes destruidos, suponía una garantía de defensa para las tropas rusas, extendidas a lo largo de un frente de más de 600 kilómetros y con un número de efectivos inferior al de las tropas ucranianas.

La novedad de la información radicaba, no en el hecho de que tropas ucranianas hubieran cruzado el río, algo que ya ha ocurrido en el pasado como se mostró hace varios meses en un reportaje de Carlotta Gall publicado en The New York Times, sino la idea del establecimiento de posiciones en esos territorios. Hasta ahora, esas acciones de cruce del Dniéper en esa zona habían corrido a cargo de grupos como Bratstvo o el Cuerpo de Voluntarios Rusos (RDK), ambos afiliados al Directorio Principal de Inteligencia Militar (GUR) del Ministerio de Defensa de Ucrania. La escasa información disponible sobre las últimas acciones en esta zona del frente hace imposible especular sobre si vuelve a tratarse de grupos que, como los liderados por Kirilo Budanov, director del GUR, realizan labores de fuerzas especiales o de tropas regulares de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Aunque sin un desmentido ruso oficial, la aparente falta de preocupación por la noticia y la ausencia de reivindicación ucraniana hacían pensar que esa presencia ucraniana en la margen izquierda del Dniéper era mínima o carecía de peligro inminente. Poco después de la publicación inicial, los propios expertos del think-tank occidental que había dado la alerta matizaban los hechos y rebajaban la categoría de control ucraniano de una zona en la margen izquierda del Dniéper a mera presencia. La información estaba basada en fuentes rusas, algunas de ellas conocidas por su pesimismo, como Igor Girkin. Pero incluso este último, añadía que, debido al terreno, esa presencia de lo que posiblemente fueran grupos de sabotaje y reconocimiento carecía de sentido militar.

Ayer, el corresponsal de guerra Alexander Kots, que ha informado de la guerra desde su comienzo y conoce también la zona de Jersón, desde donde informó de la retirada rusa, trató de explicar la situación, los condicionantes del terreno y las dificultades que suponen para Rusia.

Me he comunicado con personas de diferentes divisiones que se encuentran en diversas zonas desde Alyosha a Kirnburskaya Kosa. La conclusión es la siguiente. No hay una cabeza de puente de las Fuerzas Armadas de Ucrania en nuestra costa. Tampoco hay presencia continuada. Pero hay botes que periódicamente se aproximan, lo que indica que hay presencia, por ejemplo, en la zona de dachas no muy alejada del puente Antonovsky. Gran parte de las islas de la margen izquierda cerca de Jersón están bajo control de nuestras fuerzas, pero el oponente regularmente intenta darnos pesadillas. Algunas de las islas están bajo control de las Fuerzas Armadas de Ucrania y nuestra artillería trabaja constantemente sobre ellas.

La principal actividad de los grupos de sabotaje y reconocimiento en botes no está cerca de Jersón sino en la salida del río a la Bahía del Dniéper. Ahí hay muchas islas. Por desgracia, también hemos tenido bajas ahí. Todas las islas son bombardeadas por la artillería ucraniana. Las emboscadas de grupos de sabotaje son difíciles de detectar. Los nuestros lo intentan, pero en ocasiones se encuentran bajo el fuego.

No me sorprende que los botes del otro lado sean mucho mejores que los nuestros. Existe la leyenda urbana de que nuestra gente está obligada a utilizar sus salarios para comprar botes de la gente local. Pero seguro que son las habladurías de las malas lenguas.

En conclusión: el oponente está probando nuestras capacidades defensivas en toda la costa y la velocidad de reacción y practica acciones de emboscada. Si es necesario, pueden aproximarse a nuestra costa y desplegar un grupo de sabotaje. Pero es muy dudoso que vayan a decidir forzar el Dniéper con un gran grupo de efectivos. Serían desmantelados por la artillería. Una pista falsa a la que te ves obligado a reaccionar, es posible. Puede ser también un intento de aislar a nuestra guarnición de Kirnburskaya Kosa. Pero sin transferir un gran grupo de efectivos, no es algo que se pueda sostener en el tiempo. Es suicida, un acto solo por el bien de la propaganda y una distracción de nuestras fuerzas en otras direcciones.

El episodio supone un ejemplo más de la dificultad para poder seguir la guerra en directo. Los condicionantes del terreno, pantanoso y aislado, se presta a su uso para infiltrar grupos de reconocimiento, pero no para hacer lo propio con los vehículos pesados que serían necesarios para avanzar y crear una cabeza de puente que, en ese caso, sí sería peligrosa para las tropas rusas. La escasa información disponible parece indicar que no se trata de una ofensiva numerosa para ganar terreno en la zona que posiblemente sea la más complicada para un ataque por tierra. Sin embargo, es también un toque de atención sobre una situación que potencialmente podría ser peligrosa.

Sin más información sobre lo que ocurre en la zona que los posts de algunos blogueros, think-tanks como el Institute for the Study of War, que publicó y posteriormente se retractó de un avance ucraniano que habría sido muy relevante, han aprovechado la ocasión para poner en duda las capacidades de las tropas rusas. Cuando especulaba con la captura ucraniana de una zona de la margen izquierda del Dniéper, el Instituto argumentaba que, “posiblemente”, las tropas rusas situadas en Jersón sean las más desorganizadas, restos de unidades formadas por reclutas movilizados el pasado año. Aunque matizó la operación ucraniana, el think-tank no hizo lo mismo con su valoración de la agrupación rusa situada en esta parte clave del frente.

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