Entrada actual
Armas, Batallón Azov, Bratstvo, Ejército Ucraniano, Energia, Estados Unidos, Rusia, Ucrania

Redada contra una central nuclear

El 19 de marzo, Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de la Energía Atómica visitó por segunda vez en el último año la central nuclear de Zaporozhie, situada en la ciudad de Energodar, bajo control ruso desde la primera semana de marzo de 2022. “Debemos multiplicar nuestros esfuerzos”, afirmó Grossi, que posteriormente se reunió también con las autoridades rusas. El objetivo de su visita era el mismo que ha buscado en el proceso de negociaciones con Rusia y Ucrania que se ha producido en los últimos meses: garantizar la seguridad de la mayor planta nuclear en el continente europeo, situada ahora en la línea del frente entre dos ejércitos que se preparan para el inicio de una ofensiva de la que Zaporozhie va a formar parte activa. Desde el pasado verano, la central ha sido el escenario de bombardeos de artillería que, pese a no haber alcanzado sus reactores, han comprometido la seguridad de las instalaciones. En este tiempo, Kiev ha acusado a Rusia tanto de bombardear las posiciones ucranianas desde el recinto, algo que Rusia niega afirmando que no hay presencia de equipamiento pesado en la planta, como de bombardear la única central nuclear de Ucrania bajo su control. Todos los intentos de crear una zona de seguridad han fracasado hasta el momento.

El discurso mediático, que nunca ha puesto en duda la veracidad de las alegaciones ucranianas, ha colaborado en instalar la idea de que es Rusia y solo Rusia quien pone en peligro la seguridad del continente jugando con fuego en una central nuclear. Se ha aceptado así tanto la idea de que las tropas de Moscú bombardean sus propias posiciones, concepto heredado de los ocho años de guerra en Donbass, como la contradicción de estar bombardeando también desde el lugar. Los bombardeos de artillería en posiciones cercanas a la planta o en el propio recinto han continuado esporádicamente sin que ni la prensa ni los países occidentales manifiesten públicamente crítica alguna sobre el papel de Ucrania en una cuestión tan peligrosa. Utilizando el precedente de Chernóbil, la narrativa oficial ha buscado apoyar las exigencias ucranianas, que de forma en ocasiones explícita, han exigido la retirada unilateral rusa y la entrega de su control a Kiev. Para ello, Ucrania no ha dudado en utilizar la artillería con el claro objetivo de hacer insostenible la situación de la central.

El pasado octubre, las autoridades militares rusas denunciaron un intento de desembarco ucraniano en la ciudad de Energodar. Rusia denunciaba que una treintena de botes habían tratado de cruzar el río Dniéper hacia la ciudad con la intención de tomar el control de la central nuclear de Zaporozhie. La rutina de esta guerra imponía que la versión rusa fuera tomada como una acusación infundada de la propaganda de Moscú para acusar a las tropas ucranianas de todo tipo de acciones falsas, ataques imaginarios que, como la idea de que Estados Unidos prepara armas químicas en laboratorios biológicos ucranianos o que Kiev busca construir una bomba sucia como falsa bandera, son solo producto de la mente de los propagandistas rusos.

En aquel momento, Rusia afirmó haber derrotado el intento de desembarco y añadió que Ucrania había sufrido fuertes bajas tanto en personal como en equipamiento. La ausencia de imágenes para corroborar la acusación facilitó aún más a Ucrania y su prensa afín negar todo conocimiento de una acción a gran escala para instalar un caballo de Troya en una posición tan comprometida del frente. Sin embargo, la necesidad de mostrar las hazañas, e incluso los sonoros fracasos, en las redes sociales proporcionó una prueba evidente de que se había producido algún tipo de acción ofensiva en la localidad de Energodar. Aun así, aparentemente los actos no se convierten en realidad si no son confirmados por la prensa occidental.

La semana pasada, el diario británico The Times publicaba un amplio reportaje sobre la acción. “Kiev nunca ha admitido atacar la central nuclear más grande de Europa, pero personal de las fuerzas especiales de Ucrania, inteligencia militar y la marina que participaron han revelado a The Times detalles de la altamente peligrosa operación para recuperar el lugar”, afirma Maxim Tucker. El texto, que utiliza únicamente fuentes ucranianas, sigue paso a paso el argumentario de Kiev, acusando a las tropas rusas de todo tipo de pecados: basándose en las declaraciones del presidente de la empresa estatal ucraniana Energoatom, que ni se encuentra ni se ha encontrado nunca en la planta, The Times afirma que las tropas rusas torturaron a la plantilla encargada de la seguridad y que la falta de comunicación entre las diferentes fuerzas presentes implica que, mientras una de ellas trata de reparar los daños, otra bombardea la conexión eléctrica. El objetivo del artículo es exactamente el mismo que el de las autoridades ucranianas: presentar la actuación de las autoridades militares y civiles rusas como fuera de control, primer paso para exigir la retirada unilateral.

Aunque con una mayor apariencia de imparcialidad, también la versión del OIEA se ha basado en criticar únicamente a una parte. Como recuerda el reportaje, en octubre, el Organismo afirmó que la presencia rusa era una “invitación al desastre”, sin mencionar el peligro de utilizar artillería contra una central nuclear que incluso oficiales de Kiev señalaron como objetivo legítimo. Tampoco la preparación de una operación a gran escala para capturar la central, lo que evidentemente iba a implicar una batalla con uso de armamento ligero, pero posiblemente también pesado, ha sido nunca mencionado como peligro. Eso contrasta con los titulares con los que la prensa presentó en marzo de 2022 la captura rusa de la central, siguiendo la batalla en directo y afirmando incluso que la planta ardía.

La operación presentada por Maxim Tucker en The Times coincide con lo denunciado el pasado octubre por las autoridades rusas tanto en la forma en que se produjo como en sus consecuencias. Rusia afirmó entonces haber impedido el desembarco de la fuerza principal, aunque denunció también tiroteos en las afueras de la ciudad. Según The Times, ciertas lanchas motoras con pequeños grupos de soldados lograron forzar el Dniéper y desembarcar en la margen izquierda del río, donde se encontraron con una resistencia que, ingenuamente, no habían previsto. “La idea era que sería solo una batalla de infantería. No serían capaces de usar artillería contra nosotros porque es una central nuclear”, afirma uno de los oficiales citados por The Times. Sin embargo, gran parte de la agrupación sí fue atacada con artillería mientras sus embarcaciones cruzaban el Dniéper. Aunque sin mencionar las bajas, Tucker admite que solo una mínima parte de la expedición pudo desembarcar. “Los rusos construyeron una defensa muy densa, lo minaron todo”, afirma una de las fuentes del artículo, que añade que, en realidad como sería de esperar ante un ataque a una infraestructura crítica tan sensible, “cuando nos aproximábamos, incluso sacaron tanques y artillería y empezaron a dispararnos ahí mismo en el agua».

Toda ofensiva requiere de una cobertura y, en este caso, fueron los HIMARS estadounidenses los que proporcionaron el fuego de artillería de precisión desde el otro lado del río. Nuevamente, los detalles dados ahora por la prensa occidental coinciden con las acusaciones rusas de bombardeos en lugares cercanos a la central. La cuestión de la participación directa de Estados Unidos en la aprobación de ataques utilizando los sistemas de precisión HIMARS ya quedó clara con la confirmación estadounidense, por lo que no es una sorpresa que vuelva a repetirse en el caso de Energodar. “Preguntado sobre si Estados Unidos había suministrado objetivo para los HIMARS antes de la redada, la fuente de Defensa de Estados Unidos confirmó que se había suministrado inteligencia sensible a las fuerzas especiales de Ucrania, aunque rechazó dar detalles específicos”, afirma The Times.

Captura de un vídeo publicado por Dmitro Korchinsky de sus soldados en EnergodarEsas fuerzas especiales son, según el propio medio, aquellas afiliadas al Directorio Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR), de quien se sospecha ser la mano ejecutora de numerosos ataques en la retaguardia rusa y también en el territorio de la Federación Rusa. Maxim Tucker cita explícitamente la participación de unidades de GUR, entre ellas el batallón Shaman y también regimientos como Kraken, las nuevas unidades del regimiento Azov creadas tras el desmantelamiento del grupo original con la derrota de Mariupol, y la Legión Extranjera, todos ellos grupos habituales en acciones que medios como The New York Times han definido de “audaces”, pero que otros medios han calificado de “asesinatos selectivos”.

Curiosamente, The Times no menciona la presencia del batallón Bratsvo, la hermandad de Dmitro Korchinsky, que el pasado enero publicó un vídeo nocturno en el que se observaba a algunos de sus soldados junto a la señal de entrada a Energodar y con el que quedó confirmada la acción de una redada ucraniana hacia la ciudad bajo control ruso. Además de probar una acusación rusa que en aquel momento cayó en saco roto, el artículo de The Times y las imágenes publicadas por batallones como Bratsvo vuelven a dejar claro cuáles son actualmente las tropas que Ucrania utiliza para acciones de fuerzas especiales, operaciones en ocasiones prácticamente suicidas como la que costó la vida a cuatro miembros del grupo de Dmitro Korchinsky en la región de Briansk. Grupos de extrema derecha ni siquiera oficialmente incluidos en las estructuras oficiales, remanentes del regimiento Azov y agrupaciones de voluntarios extranjeros, también formados por unidades de extrema derecha, son ahora mismo el grueso de la actuación en la retaguardia rusa. Esas son las tropas con las que Kiev y sus socios de Washington intentaron capturar la central nuclear más grande de Europa.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Reportes del frente archivados.

Registro

Follow SLAVYANGRAD.es on WordPress.com

Ingresa tu correo electrónico para seguir este Blog y recibir notificaciones de nuevas noticias.

Únete a otros 47K suscriptores

Estadísticas del Blog

  • 2.226.511 hits