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Donbass, Donetsk, DPR, Ejército Ucraniano, Ucrania

Trabajar en Donetsk

Artículo Original: Denis Grigoriuk

Es correcto considerar “zona roja” al centro de Donetsk. En diciembre solo ha habido un par de días en los que los proyectiles ucranianos no han alcanzado el distrito Voroshilovsky [el más céntrico de la ciudad]. Todos los bombardeos se producen contra las infraestructuras civiles. Pese a que el líder de la RPD, Denis Pushilin, firmó un decreto según el cual las instituciones estatales debían enviar a sus plantillas a casa para trabajar remotamente, no todas las profesiones pueden permitirse teletrabajar. Es el caso de quienes conducen el transporte público.

Pese a los bombardeos, los minibuses continúan transitando por la ciudad y a menudo se encuentran bajo el fuego. Es habitual que, después de un ataque, en las redes sociales se pueda encontrar mensajes en los que residentes de Donetsk agradecen a los conductores por haber salvado la vida de los pasajeros protegiéndoles de los Grad ucranianos.

El 12 de diciembre, el territorio aledaño al mercado cubierto volvió a ser bombardeado por las Fuerzas Armadas de Ucrania. Además del mercado, hay tiendas, edificios residenciales, pequeños puestos, una cafetería, un hostel y una estación de autobús en la misma zona. Varios proyectiles impactaron en los edificios de pisos y las fachadas sufrieron daños. Los proyectiles ucranianos cavaron varios hoyos no solo en los patios de los edificios residenciales, sino también en la zona de la estación de autobuses del mercado.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania atacaron cuando la población de Donetsk volvía a casa en el transporte público después del trabajo. Normalmente, la acumulación de personas es muy elevada aquí, pero, por suerte, a causa de las condiciones meteorológicas, no quedaba mucha gente en la calle. Pero desde la zona salen rutas de microbús y otras muchas pasan por el territorio. Varios de ellos se encontraron en el epicentro de las “llegadas” de los proyectiles ucranianos.

Pude hablar con Marina Krivulya, una mujer de Donetsk que viajaba en el autobús número 70 en el momento del bombardeo y me explicó cómo, gracias a su profesionalidad, el conductor fue capaz de sacar a los pasajeros de la zona de fuego. Marina trabaja como experta forense en la policía de la RPD, así que no puede trabajar a distancia. De ahí que haya presenciado varios bombardeos en las últimas semanas. Puede decir que ha vuelto a nacer hoy, ya que todo podía haber terminado mal si el conductor hubiera dudado y no hubiera acelerado de forma decisiva.

“Volvía del trabajo. Sé que sobre las 18:35 debería pasar el minibús número 70 a “Izumrude” (el distrito en el que se encuentra la administración local de Donetsk, que también es regularmente bombardeada). Me acerqué a la parada y vi que salía el trolebús números 8. Solo había dos personas en la parada. Entonces llegó el minibús. Había cuatro o cinco personas en él. Giramos hacia la calle “50 años de la Unión Soviética” y escuché dos explosiones. Un segundo después, la tercera. Sabes, todo pasaba como a cámara lenta. Parecía que todo iba muy rápido fuera del autobús, pero muy despacio dentro de él. La parada de autobús de Lubavina se quedó delante. Ahí vi humo. El conductor redujo la velocidad un momento, el humo se disipó ligeramente, se encogió ante el volante y pisó el acelerador. Ya íbamos muy rápido y los proyectiles cayeron sobre la sala de control del mercado. Vi otro minibús que venía de la estación de autobuses de la avenida Bogdan Jmelnitski [al contrario que en Ucrania, donde se han eliminado del callejero las referencias rusas y soviéticas, en Donbass no se ha eliminado las referencias a figuras ucranianas como Shevchenko o Jmelnitski-Ed]. Ese vehículo giraba hacia la estación del mercado. Nuestro conductor hizo señales con las luces al otro autobús y a otros dos autobuses que se dirigían hacia el bulevar Shevchenko. En ese momento, los proyectiles impactaban contra el edificio de la izquierda. Para entonces ya estaban ardiendo”, explicó la experta forense.

Por desgracia, Marina no recuerda el número del autobús, pero escribió un mensaje en las redes sociales agradeciendo al chófer sus actos, con los que no solo se salvó a sí mismo y a quienes viajaban en su autobús, sino también advirtió a sus compañeros, que tuvieron tiempo de cambiar de rumbo para poder abandonar la zona bajo el fuego antes de que explotara el siguiente proyectil. “Es un conductor genial, con qué frialdad condujo”, explicó Marina.

Donetsk está lleno de este tipo de historias. Quienes trabajan en la industria del entretenimiento protegen a sus visitantes ofreciendo sus sótanos o semisótanos como refugio. Los taxis no solo llevan pasajeros, sino también a cualquiera que se encuentre en la calle en el momento de un bombardeo. Residentes corrientes suministran primeros auxilios a los heridos.

Por desgracia, incluso la experiencia adquirida en la zona de combate no siempre es suficiente para salvar una vida. En algún momento, puedes tener mala suerte y ser víctima de un proyectil. Civiles continúan muriendo a diario a consecuencia de los ataques de las Fuerzas Armadas de Ucrania contra los barrios residenciales de Donetsk. No importa lo dura y experimentada que sea la población de Donetsk, no importa cuánto se ayuden a sobrevivir en el siguiente bombardeo, seguirá habiendo en la ciudad residentes que necesiten ayuda. En las actuales condiciones, teniendo en cuenta la situación militar, resulta extremadamente difícil hacerlo.

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