La guerra en Donbass

Artículo Original: Antifashist

El inicio de la operación militar especial en Donbass fue recibido con gran entusiasmo por los residentes de la RPD y la RPL: se esperaba que las Fuerzas Armadas de Ucrania finalmente recibirían su merecido y serían expulsadas de la región, tras lo cual las Repúblicas se convertirían en parte de Rusia. Eso era exactamente lo que Donbass llevaba ocho años esperando. Sin embargo, la realidad ha resultado ser mucho más cruel. Tras seis meses de operación militar, Donetsk sigue siendo blanco de los bombardeos ucranianos y se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria y ciudades y distritos de Donbass que nunca habían sido bombardeadas, ahora se encuentran bajo el fuego de los lanzacohetes múltiples que los países occidentales han entregado a Kiev.

El pasado 21 de marzo, en una entrevista concedida a la prensa rusa, el líder de la RPD Denis Pushilin afirmó que los bombardeos de Donetsk terminarían pronto. “Creo que este es uno de los últimos ataques. Por nuestra parte, continuamos desarrollando una ofensiva en dirección a Avdeevka, Marinka y Peski. En enemigo tiene importantes fortificaciones allí. Pero aun así nuestras unidades están avanzando”, explicó entonces [Ucrania había atacado Donetsk con un Tohcka-U que causó una veintena de muertos en pleno centro de la ciudad para posteriormente culpar a Rusia del bombardeo-Ed]. La realidad ha resultado ser diferente: Peski solo ha podido capturarse este mes y Avdeevka y Marinka continúan en manos ucranianas. Los duros bombardeos de Donetsk no se detienen un solo día y la lucha continúa.

La ciudad se encuentra en riesgo de catástrofe: ahora mismo hay agua corriente en la capital de la RPD cada tres días y durante dos horas, aunque ni siquiera es en toda la ciudad, con algunas calles en las que apenas hace acto de presencia. En la vecina Makeevka, el agua es aún menos frecuenta: cada seis días. En las localidades del frente, no hay agua corriente desde el inicio de la operación militar. Las autoridades locales no se han apresurado a lidiar con el problema e incluso los voluntarios se ven obligados a perforar pozos para la población.

Los territorios liberados de la RPD y la RPL también se han convertido en zona de desastre humanitario. En Severodonetsk, Lisichansk, Rubezhnoe, Kremennaya y otras ciudades de la RPL sigue sin haber luz eléctrica, agua o suministro de gas. El politólgo Igor Dimitriev ha llamado la atención sobre ello. “Más de 100.000 personas vivían en Severodonetsk, región de Lugansk. Ahora quedan alrededor de 20.000. Muchos han pasado semanas en sótanos, sin alimentos ni agua. Muchos requieren tratamiento psicológico. Pero ahora les espera una nueva prueba: el invierno. Había más de 800 edificios de pisos en la ciudad, la mayoría de ellos dañados. Menos de la mitad podrán ser reparados. No hay gas ni calefacción. El suministro eléctrico y de agua probablemente sea recuperado en una parte de las viviendas antes del invierno. El Ejército Ucraniano hizo explotar las líneas de alta tensión durante su retirada. Pero la población local explica que ya hay nuevas fuentes de suministro. Contratistas de Perm debían participar en la reparación del parque de viviendas, pero durante el primer mes se produjo una lucha por el presupuesto entre Perm e Ingusetia. Esta ha ganado y ahora está reclutando a trabajadores locales. La población local no cuenta con la reparación de la calefacción y las ventanas o aislamiento de sótanos, pero espera la recuperación del suministro eléctrico. La comida se cocina en hornillos. El Ministerio de Situaciones de Emergencia está instalando baños móviles”, explicó el politólogo.

Además, continúa la guerra, en la que siguen muriendo defensores de la RPD y la RPL y la movilización continúa, por lo que una parte de los jóvenes se esconde en casa. Donbass está luchando al límite de sus fuerzas y sus capacidades. Mucho se ha dicho sobre la movilización y es correcto desear defender la tierra, pero hay que decir que es, cuando menos, estúpido acusar a los habitantes de las Repúblicas de no querer luchar. Donbass ha sufrido grandes penurias durante ocho años a causa de la guerra y ha resistido solo frente al Ejército Ucraniano, muy superior a las milicias populares tanto en personal como en armamento. Sin embargo, no es normal que profesores universitarios, empleados de la empresa que repara el equipamiento de comunicación o trabajadores industriales que no han portado en su vida un arma sean obligados y enviados inmediatamente al frente. Un médico que es reclutado y enviado a la infantería al frente debe tratar a los soldados, no estar en una trinchera con una ametralladora.

Quien escribe se ha referido recientemente a los problemas de vivienda y servicios básicos en la RPL. Resulta que gran parte de los cerrajeros y fontaneros han sido movilizados, así que el Ministerio no tiene a quién enviar a ayudar a la población. ¿Es posible recuperar la vivienda en esas condiciones?

La falta de personal amenaza con ser una catástrofe también en el ámbito industrial a causa de la movilización. Por ejemplo, el equipo gestor de la Metalúrgica de Alchevsk, donde varios cientos de personas ya han sido movilizadas, se ha visto obligado a dirigirse seriamente a Moscú para que se detenga el reclutamiento de trabajadores, que amenaza con provocar el cierre de la fábrica. Ahora se está intentando sustituir a los residentes de la RPD y la RPL que han marchado al frente contratando a personas de los territorios liberados [de momento exentas de la exigencia de movilización-Ed].

¿Por qué Donbass, que lleva pagando con sangre durante ocho años su derecho a convertirse en parte de Rusia, debe sangrar otra vez? Sigue habiendo problemas con el suministro a las milicias populares de la RPD y la RPL. Escasean los cascos y chalecos antibalas para los residentes movilizados de las Repúblicas y no hay suficientes radios y drones. Los voluntarios intentan compensar las carencias, pero no es suficiente. Y la guerra de trincheras promete ser larga.

El referéndum en Donbass, ese que la población lleva tanto tiempo esperando, tampoco se producirá en el futuro inmediato [la RPD y la RPL solicitaron ayer, de forma urgente, la celebración de un referéndum, pero aún no hay respuesta oficial de Rusia, por lo que, por el momento, no se conoce si la petición ha sido coordinada con Moscú o una iniciativa propia ante el empeoramiento de las condiciones en el frente-Ed.] Hay muchos motivos para ello: las hostilidades en la RPD, la situación inestable en Jerson y Zaporozhie. Pero hay algo más: admitir a las Repúblicas en Rusia, donde no hay movilización general, significaría la desmovilización de miles de reservistas de Donbass. Entonces habría que preguntar quién iba a luchar si Moscú no va a realizar una movilización en la Federación Rusa y los residentes de la RPD/RPL son desmovilizados.

Donbass lleva ocho años en estado de guerra y ahora está luchando al límite de sus fuerzas. La población tembló y cayó en la apatía. La paz, por la que se lleva esperando muchos años, aún no ha llegado a los hogares de Donetsk y Lugansk y en su lugar ha aparecido una guerra en una forma aún más cruel. Me gustaría pensar que las nubes en el cielo se disiparán y que pronto el sol brillará sobre la región.