En Nikolaev

Artículo Original: Larissa Shesler

Recientemente, los patriotas locales han irradiado en sus publicaciones una estúpida euforia, han multiplicado los posts y las fotos falsas sobre los miles de soldados rusos que decían que habían quedado rodeados en la margen derecha del Dniéper [incluso Oleksiy Arestovich publicitó esa información falsa-Ed] y sobre el inminente ataque contra Jerson. Pero, de repente, vuela una rara avis en medio del río Dniéper, un aislado patriota que ha sobrevivido a dos semanas entre la niebla de mentiras. Y ahora reina el desánimo y aparecen entre ellos premoniciones de un “segundo Mariupol”. Las declaraciones de Georgy Tuka, viceministro para las personas desplazadas, sobre una futura evacuación forzosa de la población de Nikolaev tampoco podía causar optimismo. Entre la población local crece la sensación de que Nikolaev pronto se convertirá en el epicentro de una nueva escalada militar.

El reclutamiento no modera su intensidad y, salvo empleados de la policía y de las oficinas de reclutamiento, pueden recibir citaciones todos los trabajadores, incluidos los de servicios sociales e incluso rectores de universidad. Todo esto ha llevado a que muchos jóvenes residentes de Nikolaev se escondan sigilosamente con sus abuelas en los pueblos, en dachas o, los de mayor poder adquisitivo, en residencias del mar Negro. El ejército ha comenzado una campaña para intimidar a los reclutas y la prensa de Nikolaev ha publicado, por ejemplo, la causa penal contra un prófugo que evadió el reclutamiento en Pervomaisk, región de Nikolaev. Lo más probable es que, en lugar de desaparecer sin decir nada tras recibir la citación, se negó a aceptarla, por lo que ahora se enfrenta a una pena de prisión de entre tres y cinco años. Por cierto, no es mala alternativa frente a la posibilidad de acabar con cada célula de tu cuerpo esparcida ante la llegada de un misil.

Como siempre, existen aquellos para los que la guerra es una bendición. En Nikolaev, se ha abierto una causa penal contra los dueños de una armería que vendía falsos chalecos antibalas, cascos y otro equipamiento para los voluntarios, que envían este material a las tropas ucranianas. En general, la cuestión de los voluntarios en Ucrania se está convirtiendo en una panacea para los investigadores del robo rampante de donaciones y reventa de ayuda humanitaria. Estoy segura de que muchos voluntarios que compraron chalecos antibalas falsos que no protegen de nada en estas tiendas eran perfectamente conscientes de la basura que estaban adquiriendo. Pero el dinero nunca huele mal.

El Gobierno tampoco se olvida de los suyos. La caída del precio de la gasolina y el diésel animó al Gobierno a volver a imponer el IVA. Y si ayer se podía ver en las gasolineras de Nikolaev combustible a 45 grivnas, tras el retorno del IVA el precio volverá a las antiguas 55-60 grivnas. No habrá tiempo de que nadie se acostumbre.

Mientras tanto, la prensa patriótica comienza una nueva campaña para promover la represión contra los “partidarios del mundo ruso”. Como supuestos alentadores del anti-Maidan de Nikolaev en 2014 se han empezado a mencionar los nombres del abogado detenido Arbatsky, el exdiputado Igor Kopeika y algunos más. Como alguien que tuvo relación directa con la dirección del movimiento anti-Maidan en Nikolaev, puedo decir que, en ese momento, ni siquiera escuché el nombre de Arbatsky, ni se recibió una sola grivna de esas personas. Por otra parte, como no se recibió de nadie más. Pero me compadezco del abogado Arbatsky, a quien intentan acusar únicamente porque probablemente no profese ideas banderistas.

Los misiles nocturnos han impactado contra el famoso edificio Kiev-Mogila de Nikolaev. La semana pasada, un conocido canal de Telegram publicó que había tropas situadas allí. Una visita a la oficina de admisiones realizada justo después de la publicación no convenció de que el objetivo de los misiles fuera ese edificio. En un edificio enorme en un territorio tan amplio, siempre se puede encontrar una habitación para una excursión así. En general, los misiles rusos rara vez impactan en el centro de la ciudad e intentan no afectar a los edificios residenciales. Los principales ataques se producen en las zonas industriales y los puertos.

Aunque después de la guerra, las fábricas, universidades y edificios residenciales tendrán que ser restaurados. Y tendrán que reaparecer los nombres rusos en calles y plazas.