Redada en la frontera

Ayer por la mañana, con pomposos anuncios publicados por los propios participantes en los hechos, comenzaba una operación en la región rusa de Belgorod que recordaba a lo ocurrido el pasado marzo, cuando un grupo de soldados adscrito al Directorio Principal de Inteligencia Militar (GUR) del Ministerio de Defensa de Ucrania cruzaba la frontera rusa en una redada que Ucrania calificó, al mismo tiempo, de bandera falsa del Kremlin y heroico acto de grupos clandestinos rusos contrarios a las autoridades rusas. Desde entonces, medios estadounidenses como The Washington Post han publicado artículos en los que relataban los planes del director del GUR, Kiril Budanov, en la retaguardia rusa. Entre ellos destacaban la captura de ciudades y pueblos rusos, no para reclamar el territorio, sino como herramienta de presión a las autoridades rusas. Según The Washington Post, Budanov habría tomado el ejemplo de la actuación de grupos chechenos en Dagestan, que buscaban capturar territorio y rehenes. Algo similar se ha producido en las últimas horas.

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Entre las 8.31 y las 9.31 de la mañana de ayer, 23 de mayo, el Cuerpo de Voluntarios Rusos (RDK por sus siglas en ruso), uno de los grupos participantes en las acciones “especiales” del GUR ucraniano, publicaba en su canal de Telegram diversos vídeos de apenas unos segundos en el que algunos de sus militantes posaban delante de las señales de entrada a diversas localidades de regiones rusas. En su primera publicación acompañaban al documento gráfico: “¡Parece que los luchadores de RDK están visitando su tierra natal de nuevo! ¡Las llamas de la lucha se encienden!”.

En ese intervalo, en su Facebook, Dmytro Korchinsky pedía a sus seguidores que rezaran por los miembros de su batallón Bratsvo, y de otras unidades “que están asaltando la fortaleza enemiga en este momento”. Como es bien conocido, Bratstvo es otro de los grupos en los que se apoya la inteligencia militar ucraniana para este tipo de actuaciones irregulares en territorio ruso.

Unas horas después, a las 14.34, Korchinsky añadía que “las batallas en la región de Belgorod son las operaciones de combate terrestre más grandes en el territorio de Erefia no solo desde el comienzo de la guerra a gran escala, sino también desde 1943”, asumiendo de facto la continuidad observada entre ambas guerras. Sin embargo, y más allá de la flagrante exageración de los hechos, reflejando la dimensión Granucraniana de su visión política (como la de la elite del sistema político actual ucraniano), a continuación señalaba que todavía “la región de Belgorod es el este de Slobozhanshchina ocupado temporalmente por los moskali, por lo que, de hecho, la guerra todavía se libra en el territorio de Ucrania”. Este irredentismo del que hace gala Korchinsky no es exclusivo a la extrema derecha nacionalista de grupos como Bratstvo. El año pasado, en su última visita a Kiev antes del inicio de la intervención militar rusa, una de las imágenes publicadas por Ucrania mostraba a Antony Blinken observando en el despacho del ministro de Asuntos Exteriores Dmitro Kuleba un mapa de la “gran Ucrania” que incluía varias regiones rusas.

Sin embargo, el irredentismo no es el argumento principal de estas operaciones militares al otro lado de la frontera. Ayer por la mañana, la redes sociales hablaban de “feroces batallas”, captura de localidades -pequeñas aldeas en la zona fronteriza-, evacuación de la ciudad de Belgorod y pánico general, ese último, objetivo principal de la operación. Las autoridades rusas informaron del bombardeo de una de las localidades cercanas a la frontera y añadieron que se había producido la destrucción de una vivienda residencial y que tres civiles habían resultado heridos. A partir de ahí, comenzaba en la región de Belgorod una operación contra los grupos de sabotaje que habían penetrado a través de la frontera.

En esas horas, el Cuerpo de Voluntarios Rusos, una unidad perfectamente conocida, liderada por Denis Nikitin, White Rex¸ un neonazi con una gran trayectoria en la ultraderecha y cuya unidad actúa bajo la cobertura del Directorio Principal de Inteligencia Militar del Ministerio de Defensa de Ucrania anunciaba su participación. En las imágenes publicadas, los voluntarios del RDK mostraban uno de los vehículos que han participado en la operación: un MaxxPro de fabricación estadounidense y entregados a Ucrania por Washington, que teóricamente siempre ha afirmado que su equipamiento no sería utilizado en territorio ruso. Así han insistido también las autoridades de Kiev, que recientemente han renovado su promesa en relación con los cazas F-16. Hasta ahora, Estados Unidos había insistido de forma explícita en que sus armas no debían utilizarse en ataques contra territorio ruso.

A las 11.18, la cuenta de Twitter War Monitor señalaba que, según fuentes rusas, en este momento “se está librando una feroz batalla” contra un grupo de reconocimiento y diversión ucraniano “en la frontera de la región de Belgorod, cerca del pueblo de Dronovka”. Un poco antes, el RDK publicabaa un vídeo en el que señalaba seguir trabajando durante el día.

Los datos disponibles sobre la redada son escasos, confusos y, como suele ocurrir en la guerra, contradictorios. Mientras las fuentes rusas admitían las batallas, la captura de edificios en pequeñas localidades, el uso de blindados y una pequeña cantidad de tanques y daban importancia a la operación ucraniana, las fuentes ucranianas añadían épica a la cuestión y se intentaba instalar el discurso de una ofensiva contra Belgorod e incluso la evacuación de la capital del oblast.

La misma cuenta de Twitter señalaba a las 11.21 que un vehículo militar no identificado había ingresado penetrado, desde territorio ucraniano, en la zona del puesto de control de Gráivoron (en realidad Kozinka), también en la región de Belgorod, a unos 30 kilómetros de Dronovka. A las 11.23 publicaba una imagen, tomada desde un dron ucraniano, de uno de los pueblos fronterizos en el distrito de Gráivoron, atacado por disparos de artillería por más de una hora.

En otro vídeo, publicado a las 12.47 y grabado desde un dron ucraniano en el mismo punto de control fronterizo mostraba una columna de varios vehículos blindados y soldados ucranianos, incluido un Humvee estadounidense.

En paralelo, se hacía mención a las 11.35 de un falso documento relativo a un decreto oficial.  A las 11.41, el jefe de la región de Belgorod denunciaba que se estaba difundiéndose información falsa sobre una propuesta para evacuar a los residentes del distrito de Shebekinsky (Belgorod).

A las 13.00, se reivindicó la toma de Kozinka (Belgorod) por la Legión y el RDK así como la entrada en Gráivoron de destacamentos avanzados. Las imágenes de un dron ucraniano mostraban una columna militar supuestamente cerca de la frontera con Belgorod.

A las 13.15, residentes locales mostraron la llegada de helicópteros de las fuerzas rusas, volando a muy baja altitud, y disparando. A las 13.36, el Gobernador Gladkov confirmaba que un grupo de sabotaje y reconocimiento de las Fuerzas Armadas de Ucrania se había infiltrado en el distrito de Gráivoron y señalaba que las Fuerzas Armadas de la Federación, junto a los servicios fronterizos, la Guardia Rusa y el FSB, estaban tomando las medidas necesarias.

A las 14.04 se añadía que continuba la búsqueda de los saboteadores en los pueblos de Kozinka, Glotovo y Gora-Podol, al sur de Gráivoron. Estas localidades se encontraban entonces sin suministro de agua. A las 14.14 se informaba de la acción de la artillería en la zona. A las 14.29, según citaba RIA Novosti, el Kremlin señalaba que se trabajaba activamente para expulsar a los saboteadores de territorio ruso. Poco después, helicópteros de ataque Ka-52 sobrevolaban la zona y la población local informaba de presencia de vehículos blindados rusos en las carreteras en dirección a Gráivoron. A esa misma hora, se publicaba una foto de una tienda de comestibles destruida durante el enfrentamiento con los saboteadores ucranianos en el pueblo de Gora-Podol.

A las 15.25 se publicaban imágenes de la batalla en la ciudad de Gráivoron en las que se podía observar un cañón automático BMP en acción.

A las 15.38, Readovka anunciaba el envío de autobuses para evacuar la zona de Gráiboron, incluidas las aldeas colindantes.

A las 15.53, el gobernador de Belgorod precisaba que tres viviendas residenciales y un edificio administrativo habían sufrido daños durante los ataques ocurridos cerca de la frontera con Ucrania.

A las 15.55 Baza publicaba unas imágenes que mostraban a saboteadores ucranianos disparando a un automóvil civil en la región de Belgorod y apoderándose de él. A continuación, los saboteadores desplegaban sistemas antitanque cerca del automóvil. En todas estas actuaciones se habrían utilizado MRAP y HMMWV estadounidenses.

A las 16.55 se publicaba un vídeo de militantes del RDK. A la derecha de la imagen, uno de los participantes en la acción de marzo en Bryansk, Kirill Kanakhin.

A las 17.08 se anunciaba el estado de acción antiterrorista en la región de Belgorod.

A las 17.31 Alexander Bogomaz, Gobernador de la región de Bryansk, informaba de que el pueblo de Solovyovka había sido atacado con artillería y precisaba que una vivienda y un edificio exterior habían sido destruidos.

A las 17.58 se anunciaba que todavía continúan los combates con los saboteadores ucranianos en las aldeas de Kozinka y Glotovo. En Glotovo los combates se desarrollaban en el sector residencial, lo que imposibilitaba la evacuación de la población civil (escasa en estas aldeas). La fuerzas ucranianas parecían haber establecido posiciones en esta zona exclusivamente civil y escudándose en esa población.

A las 17.38, Vitaly Chorny, una de las figuras más conocidas del batallón Bratstvo publicaba un comunicado en el que dejaba claro el objetivo del ataque: crear pánico y desestabilización a partir de un ejercicio de desinformación.

Los saboteadores tomaron la estación de policía en Gráivoron y en forma de policías rusos en coches de policía se están moviendo hacia Belgorod, los grupos avanzados ya han entrado.

Solicitud a los residentes de Belgorod de abrir fuego sin previo aviso contra personas con uniformes de policía.

Atención, en Belgorod y sus alrededores en este momento no hay policía rusa. Todas las personas con uniformes de policía son DRG, disparan a matar.

¡Difundid la palabra!

A las 18.09 el gobernador de Belgorod comunicaba que gran parte de la población de las aldeas fronterizas y el centro regional en el que había ingresado el grupo de sabotaje ucraniano había abandonado el territorio.

Al final del día la operación continuaba y lo hacía también el duelo de narrativas. Siempre victorioso en sus operaciones, incluso en las que, como la anterior aventura de Bratstvo al otro lado de la frontera, terminan en catástrofe para el grupo, Dmitro Korchinsky anunciaba grandes bajas y pérdidas materiales de las fuerzas rusas. Rusia, por su parte, anunciaba la muerte de 39 saboteadores ucranianos.

Por la noche, fuentes rusas afirmaban que las tropas rusas habían recuperado el control de Glotovo y Graivoronsky, pero admitían la seriedad de los hechos, que habían obligado a las autoridades de la Federación Rusa a implantar el estado de operación antiterrorista.

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Al margen de los resultados, las bajas y la destrucción, que no podrán valorarse hasta que se despeje la niebla de la guerra, Ucrania ha logrado el éxito que buscaba con esta operación que siempre fue fundamentalmente informativa. La presencia de grupos de sabotaje y reconocimiento en las áreas fronterizas es habitual y difícil de detectar. El uso de pequeños grupos complica aún más su detección, especialmente en pequeñas aldeas en las que no hay, ni puede haber, presencia militar. El uso de estas localidades, evidentemente sin importancia estratégica, muestra la voluntad de estos grupos de utilizar la población y la infraestructura civil como escudo para impedir el trabajo de las fuerzas rusas y para garantizar destrozos en caso de actuación militar contra el sabotaje.

Toda redada a través de la frontera busca también crear incertidumbre entre la población civil, con el evidente objetivo, abiertamente reconocido por el Gobierno ucraniano, de crear inestabilidad en la Federación Rusa, país al que Ucrania aspira a balcanizar -descolonizar en palabras de Kiril Budanov, que celebró su cumpleaños partiendo una tarta con forma de Rusia- y a cuyo Gobierno desea derrocar. La operación, con tintes suicidas como ocurre con muchas de las acciones del GUR de Budanov, se produce apenas un día después de que se confirmara la pérdida de Bajmut, ahora oficialmente Artyomovsk, un momento especialmente propicio para iniciar una acción que desvíe la atención de la derrota ucraniana.

En cualquier caso, la situación continúa siendo peligrosa, especialmente para la población civil, y no puede descartarse que vaya a producirse un aumento de este tipo de operaciones, con las que Ucrania pretende lograr que la Federación Rusa tenga que desviar recursos para defender estas áreas de frontera a costa de lugares en el frente. En este sentido, la acción del RDK el pasado marzo, mucho más breve y con un menor número de efectivos y medios, aparenta haber sido un simple ensayo para acciones futuras. Es posible que la acción de estas últimas horas sea también el preludio de otras operaciones similares.

Como es habitual, Ucrania mostró su alegría por los hechos, aunque sin reivindicarlos. Una vez más, aunque los batallones de los soldados que participan en la acción no han escondido su participación y las declaraciones son prueba de la participación de las estructuras militares ucranianas, Mijailo Podolyak afirmaba que “Ucrania observa la situación en la región de Belgorod con interés y estudiando la situación, pero no tiene nada que ver” y añadía que “los grupos guerrilleros clandestinos están compuestos por ciudadanos rusos”. Puede que Budanov haya chequeado los pasaportes de los miembros de RDK -muchos de ellos residentes en Ucrania antes del 24 de febrero de 2022 y miembros de grupos vinculados al regimiento Azov o al Movimiento Imperial Ruso, calificado de terrorista por Estados Unidos- o de los soldados de Bratstvo antes de dar las órdenes para la acción y enviarles al otro lado de la frontera.